Por Manuela Chiesa de Mammana (*)
En 1828, se elige por tercera vez, gobernador a León Sola (ilustración), pero no permanece mucho en el cargo ya que se lo acusa de malversación de fondos. Mientras tanto el comandante general del segundo departamento principal, Concepción del Uruguay, pone en conocimiento del gobernador electo que el teniente coronel Felipe Rodríguez entró a esa ciudad con doce hombres la noche del 30 de enero, con intención de tener noticias del capitán Martín Medina porque éste no dio respuestas a un oficio urgente que se le envió.
Para colmo de males, Medina contestó desde San José que le había entregado 19 fusiles, 24 latones, 10 cananas y 20 cartuchos a un alférez a quien no identificó. También declaró que él se marchaba a otra provincia, sin perjudicar a nadie, porque no tenía culpa alguna.
Por lo tanto, el comandante de Concepción del Uruguay le informó al gobernador que le había ordenado a Felipe Rodríguez que si llegaba encontrar a Medina lo condujera arrestado.
Después, sucesos escandalosos se presentan en Entre Ríos. Entre ellos la temporaria fuga del gobernador electo.
(*) Este texto forma parte de una serie de artículos sobre los caudillos del antiguo Villaguay.