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LA ARTILLERÍA, LA INFANTERÍA, LA CABALLERÍA Y DOS ESPACIOS MÁS ABAJO “MUJERES"


Por Manuela Chiesa de Mammana (*) 


Cuando en Mayo de 1910 se realizaron los festejos del Primer Centenario de la Revolución de Mayo se puso especial énfasis en “la cuestión femenina”, aduciendo que era uno de los fenómenos que caracterizaba al nuevo siglo.
Se pensó además que eran necesarias organizaciones que reflejaran las distintas inclinaciones de la mujer moderna. Atrás quedaba la tarea socialmente asignada de cuidar y velar por la prole.

Sin embargo para llegar hasta aquí debió correr mucha agua bajo el puente. Pensemos, por ejemplo, en las mujeres de la historia subterránea argentina, que con su anonimato, su miseria, su entrega, fueron cimentando poco a poco este cambio.

Intuimos el rechazo de la vieja sociedad criolla por estas mujeres, por eso recordamos algunos paradigmas que nos permiten el rescate.

El 26 de diciembre de 1823, el Gobernador Pedro Barrenechea, desde concepción del Uruguay, eleva al Superior Gobierno de la Provincia unas planillas con las clases que componían la guarnición. En primer lugar figura la artillería, luego la infantería, en tercer lugar la caballería y dos espacios más abajo “mujeres". El orden es el siguiente: caballos, mulas, mujeres.

Sin lugar a dudas eran mujeres que acompañaban a la tropa, generalmente conocidas como cuarteleras y sin las cuales era imposible detener a los desertores.

Los nombres de algunas de ellas llegaron a nuestra literatura como ejemplo de sacrificio y abandono.

En este mismo nivel de desprotección se ubicaban las esclavas de la primera mitad del siglo XIX. Fueron carne de cañón en las luchas civiles de Montevideo con Oribe y en Entre Ríos con Urquiza. Cuando los hombres eran reclutados para la guerra, las mujeres se vendían a buen precio como amas de cría o exaltando sus condiciones de planchadoras y lavanderas.

Un ejemplo del Libro de Protocolos de Entre Ríos dice: "si puede bajar el precio de la parda Toribia, quien pide por ella $300, a pesar de que ya le ha servido ocho años".


(*) Este texto forma parte de una serie de artículos sobre las mujeres que intervinieron en episodios fundamentales de la historia de Villaguay y otras zonas de Entre Ríos.

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