“HACER UN ARQUERO ES UN PROCESO QUE LLEVA MUCHÍSIMO TIEMPO Y NO ES PARA NADA SENCILLO”



Adolfo Zanolli es uno de los entrenadores de arqueros más prolíficos de la región, porque la mayoría de los guardavallas que se destacan en los equipos de primera división o en las categorías del fútbol infanto juvenil de la Liga Villaguayense aprendieron de sus enseñanzas y sufrieron con la rigurosidad de sus prácticas. EL PUEBLO charló con él sobre diversos temas relacionados a la exigente actividad de los cancerberos del arco en esta jugosa entrevista. 


¿Qué balance podés hacer de lo que fue la temporada 2019 en tu intenso trabajo como entrenador de arqueros? 

Creo que ha sido una temporada muy positiva, en la cual hemos avanzado muchísimo en cuanto a la parte formativa. Los chicos han evolucionado bastante bien, incorporando muchos conceptos tanto sobre la parte física como psicológica, elementos que en la vida de un arquero se conjugan en forma permanente.

¿Cómo separás a los grupos de trabajo en los entrenamientos? 

Tengo divididos a los chicos en dos etapas bien diferenciadas. Una es la infantil (6 a 12 años), que se basa en los aspectos lúdicos, ya que se enseña a través de juegos a los cuales de a poco se les va incorporando los gestos técnicos propios de la actividad. Además en esta etapa se trata de que conozcan su aspecto corporal, lo cual les cuesta bastante porque comienzan a desarrollar la parte motora (los movimientos de sus brazos, cadera, piernas). Esto ocupa la parte coordinativa infantil, que es la base de los desplazamientos que posteriormente van a realizar en la cancha. Por ejemplo, el salto (impulso vertical) sería aplicado a la acción de juego de descolgar un centro. Y la otra etapa es la juvenil (12 a 17 años), donde se empieza a trabajar con los distintos gestos técnicos propios del arquero, como por ejemplo caídas laterales o recepciones con las manos. Al principio, en la etapa infantil, entre otras cosas les va a costar la motricidad fina, es decir los movimientos de los dedos (por ejemplo les van a rebotar mucho las pelotas), distintas cosas que se van a ir corrigiendo en la etapa juvenil. En lo que respecta a las características de los guardavallas, cada chico tiene su propia individualidad. Hacer un arquero es un proceso que lleva muchísimo tiempo y no es para nada sencillo, porque primero tiene que convencerse él mismo de sus capacidades y formarse a través de las herramientas que uno le aporta. 





¿Por qué se dice que atajar es la posición más difícil? 
En mi opinión es la posición más completa, por el reglamento, ya que el arquero es el único jugador que puede agarrar la pelota con la mano (obviamente dentro de un sector delimitado como el área grande). Pero es difícil porque la capacidad atlética que tiene que desarrollar es superior, además de los gestos técnicos que debe incorporar a su juego. También sus tomas de decisiones tienen que ser en el menor tiempo posible. Un jugador de campo dispone de un tiempo más para pensar que hacer con la pelota o como resolver una determinada jugada mientras que el arquero solo tiene milisegundos para lo mismo. Por suerte, en la actualidad se le está dando muchísima importancia a este tipo de desarrollo en la parte formativa de los guardavallas. Además, partiendo de la base que el fútbol es un juego dinámico y de errores, la equivocación la puede cometer cualquiera. Aun así, todos los jugadores dan varios pases malos por partido pero no se los recrimina como al arquero si sale jugando con los pies y se equivoca dándosela a un contrario o facilitando el ataque rival, máxime si esta jugada termina en gol. Y cuando sucede esto, nadie se acuerda que en el primer tiempo tapó dos pelotas de gol y luego salvó un mano a mano. 



Además, el arquero también tiene un gran componente de intuición en sus reacciones. 

El nivel de presión psicológica que tiene el jugador durante un partido es muy importante. El arquero, al tener menos tiempo para accionar, la mayoría de las veces actúa de acuerdo a lo que tiene memorizado como conducta motora. Es decir que se entrenan tanto los gestos técnicos que llegado el momento de utilizarlos los hace sin pensar. Si el arquero tuviera que pesar que reacción va a desplegar, la pelota entra y le convierten el gol. El ser humano tiene algo que se llama la amígdala cerebral, que es el principal núcleo de control de las emociones y sentimientos en el cerebro. Nuestras tomas de decisiones pasan por allí. Si nuestra vida está en peligro, por ejemplo si nos estamos asfixiando, vamos a tratar de salir de esa situación lo más rápido posible, es decir que uno no piensa, sólo actúa. En cambio si la situación no implica un riesgo de vida, ahí funciona la amígdala cerebral, que procesa en una fracción de segundo las opciones de reacción que tiene de acuerdo a toda la información que ha aprendido en la actividad que realiza, ya que queda grabada en su memoria. Me sorprendió mucho cuando estudié esto en neurociencia.

¿Arquero se hace o se nace? 

Yo considero que no cualquiera puede ser arquero porque es un puesto extremadamente difícil. La expresión “arquero se nace” sería más antigua, porque antes el que atajaba no tenía un entrenador que le enseñara las técnicas y trabajara junto a él. Es decir alguien que le facilite herramientas que le permitan corregir lo que hace mal. Antes los arqueros entrenaban solos y sus capacidades eran formadas en el potrero, atajando desde muy chico. En la actualidad y desde hace algunos años, con los arqueros se trabaja de forma diferenciada con su entrenamiento específico. Esto estaría más cerca al concepto de que el arquero “se hace”. Pero el guardavallas también debe ser muy “fuerte de cabeza”, es decir tener la fortaleza mental necesaria para sobreponerse al error cometido, alejándolo de su mente y continuar atajando con la misión de salvar a su equipo en próximas contingencias que deba afrontar. Y también, debe tener el coraje necesario para esa posición en la cual muchas veces va a tener que jugarse su integridad física ante la carga de un delantero y no tener miedo al posible choque. Por eso, uno puede enseñarle a un arquero absolutamente todo, pero si en el fondo de su ser no tiene la valentía para atajar o a toda la gama de recursos que uno le brindó en cada entrenamiento, él las ejecuta mal, no tomando buenas decisiones, entonces no lo va a lograr en la forma deseada.

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