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Ricardo Sánchez: “MENEM TOMÓ EL CONTROL DE LA PELOTA, YO LO TRABÉ FUERTE Y LO HICE VOLAR POR EL AIRE”

"'Quiero que venga el que me pegó', dijo Menem, y salió en la foto abrazado conmigo".

Ricardo Sánchez fue un batallador mediocampista de recuperación con mucha dinámica, oriundo de Estación Raíces y que a pesar de haber jugado muy poco en primera división (Parque y Sargento Cabral), tuvo sus mejores momentos en el Colegio Militar en Buenos Aires y en Veteranos con la camiseta de Sargento Cabral. También se destacó en la dirigencia de la Liga de Veteranos, marcando una época como secretario general. Además fue vicepresidente de Salud Pública e integrante de la comisión directiva de Barrio Sud. EL PUEBLO lo entrevistó y compartió sus jugosas anécdotas.


- ¿Cuánto comenzó tu historia con el fútbol?
Me crié en la Estación Raíces, desde chiquitos íbamos a jugar junto a mi hermano “Coco”, un gran amigo Miguel Flores y varios muchachos de la zona (compañeros de la escuela primaria) a la canchita del club San Carlos. Mi papá era policía, vivíamos en las cercanías de la fábrica de palmas y luego lo trasladaron a Villa Clara pero yo me vine a Villaguay porque mi mamá me metió en la banda del Ejército. En el Regimiento local, José Nogués y “Castillo” Zabala me descubrieron jugando unos picaditos de fútbol. Aunque “Castillo” era de Barrio Sud, aparentemente a la pulseada la ganó Nogués, porque me fichó junto a Hugo Birocco en el club Parque. A los 14 o 15 años ya me pusieron en reserva y luego también jugué algunos partidos en primera. Mis compañeros eran entre otros “Cachito” Lazzari, Panuncio, Birocco, los hermanos “Guego” y “Tito” Crosa. Después me fui a Buenos Aires a estudiar en la Escuela de Suboficiales. Tuve la suerte que luego de recibirme en la General Lemos (Campo de Mayo) me dieron el pase el Colegio Militar de la Nación, que tiene su sede en El Palomar, donde había muchísima actividad deportiva. Con el equipo del colegio participábamos en el Campeonato Regional del Círculo de Suboficiales, que tenía tres divisiones: A, B y C. Era un torneo muy competitivo, sin dudas que allí fueron mis mejores años como futbolista. Estos certámenes disputaban sus finales nacionales en distintas sedes, así que gracias al fútbol conocí excelentes lugares de nuestro país. Anduve por Mendoza, Córdoba, Chaco, entre otras provincias. Después, ya sobre el final de mi carrera, cuando tenía 43 años, obtuvimos el título con el Regimiento de Patricios.
Tenés anécdotas muy lindas de esos tiempos, contanos algunas de ellas. Sí, por ejemplo, allí en el Colegio Militar practicaban las inferiores de River Plate y el DT siempre nos veía jugar, así que nos convocó a mí y a un muchacho Favre (de Caseros), para ir a probarnos en el club. Pero no nos dejaron ir a la prueba y nos perdimos esa oportunidad. Después, una de las grandes satisfacciones de mi vida fue participar en el Mundial 78´, ya que las bandas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea teníamos la misión de llevar adelante la parte musical del evento. Estuvimos practicando durante varios meses para que nada quedara librado al azar. Y gracias a Dios me tocó estar en la inauguración del Mundial y también en la final, donde Argentina le ganó a Holanda, ambas en cancha de River. Además, también tocamos los himnos y hacíamos los denominados “carruseles” en varios partidos disputados por otras selecciones, en la cancha de Vélez, en el estadio “Chateau Carreras” de Córdoba y en el “Malvinas Argentinas” de Mendoza. Mi instrumento era de viento (de contracanto), integraba la familia de los bronces y se llamaba flicorno barítono.

Volviendo al ámbito deportivo, además de jugador también transitaste los caminos de la dirigencia en dos tradicionales clubes de Villaguay y en la Liga de Veteranos. Sí, fui vicepresidente de Salud Pública en la gestión de Pedro Cardozo y también integré la comisión directiva de Barrio Sud, como secretario de actas, acompañando a mi querido amigo Juan José Suárez. Además, durante más de once años estuve como presidente de la Liga de veteranos. La historia sucedió así, cuando volví de Buenos Aires y me destinaron a Villaguay, Alberto Amarillo me llevó a jugar en los Veteranos de Sargento Cabral. “Pitoco” era el delegado del equipo pero como a mí me gustaban esas cosas, me dejó en el cargo para que lo reemplace. Después, con el paso de los años, los delegados me eligieron como secretario general, otorgándome la responsabilidad de representar a la entidad y llevar el manejo de todo lo concerniente a papeles y documentos. Inclusive me reeligieron para continuar en el cargo en varias oportunidades, conformamos un grupo de trabajo muy lindo junto a los demás delegados, cada uno defendiendo los intereses de su institución. Cuando llegué a la Liga me encontré con muchachos que venían laburando desde hacía varios años en Veteranos, como “Churi” Zabala y “Papi” Maldonado, quienes habían sido los iniciadores de la categoría. Le dediqué muchas horas de mi vida a esta dirigencia, viendo la posibilidad de conseguir canchas y terrenos, me reunía periódicamente con los Intendentes de Villaguay, Villa Domínguez y Villa Clara, además gestioné subsidios para la categoría. Se logró abrir una caja de ahorro en el banco Entre Ríos a nombre de la Liga de Veteranos, todos los años actualizábamos el reglamento incorporando nuevas ideas. Ante la solicitud de Ligas de otras provincias, mandé copias del reglamento a Misiones, La Paz y Junín de Los Andes, que hasta la actualidad se rigen por él. Nos reuníamos en los clubes Parque o Barrio Sud los miércoles por la noche y no falté nunca en los once años en los cuales estuve como dirigente. 


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¡Que excelente campeonato ganaron con Sargento Cabral! Un equipo inolvidable. Ya lo creo, yo siempre sostuve que Cabral era un equipo para estar entre los cinco primeros e inclusive entre los tres de arriba. Y peleamos el título durante muchos años, pero nunca podíamos salir campeones hasta que se nos dio, lo cual significó una gran alegría para nosotros. Veníamos de perderlo dos o tres veces sobre el final y ese torneo que logramos fue un verdadero desahogo. Teníamos un plantel integrado por excelentes jugadores, con mucho corazón y excelentes compañeros: Luis Cosso, “Fredy” y “Funcho” Ledesma, “Pitoco” Amarillo, Walter Romano, “Oveja” Mendieta, Miguel Montigel, entre otros, nuestro gran goleador era el “Tanque” Ramírez y el director técnico el “Chino” Luque. Fue una hermosa época.


Tenés una anécdota fantástica con el ex presidente de la nación Carlos Saúl Menem. Sí, por supuesto. Desde el año 1990 hasta el 1995 estuve destinado en el Regimiento de Patricios. El presidente Menem recorría los cuarteles y como era un gran entusiasta del deporte, armaba partidos de fútbol en todos lados. Tenía su equipo, que estaba integrado por destacados ex futbolistas como “Beto” Alonso, “Japonés” Pérez, “Negro” Enrique y Ernesto Corti entre otros y nosotros los enfrentamos. Entonces, estábamos jugando el partido y resulta que cuando tenía la pelota el presidente, había que correr al lado de él sin tocarlo, es decir marcarlo de manera muy light, pero yo no lo sabía, nadie me lo había dicho. En una de las jugadas en las cuales Menem recibió el balón en el mediocampo, salí a marcarlo, pero lógicamente en forma un poco vehemente porque yo siempre jugaba en serio, le quise quitar el control de la pelota pero lo toqué justo en una de las piernas y lo hice volar por el aire (risas). Y se armó un lío increíble, me sacaron afuera de la cancha diciéndome “cómo le vas a pegar así al presidente no ves que estamos jugando un partido recreativo”. Se enojaron conmigo y me retaron absolutamente todos. Quiero aclarar que en ningún momento tuve mala intención, yo iba fuerte y él era livianito. Después del partido sacamos fotos, Menem preguntó por mí, dijo “quiero que venga el que me pegó” (risas) y salió en la foto abrazado conmigo.

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