Hubo un momento en nuestra historia en la que hombres con coraje, y consecuentes con sus valores de libertad, igualdad, e independencia sentaron las bases de nuestra democracia.
Hubo un segundo momento en la historia, mucho más cercana y que gran parte de nuestros lectores recordara con emoción, el regreso de la democracia perdida, momento en el que como Nación nos prometimos no repetir la historia, no renunciar jamás en el futuro a la vida en libertad, en un territorio en el que se respeten nuestros derechos fundamentales.
¿Qué paso entretanto? ¿Qué nos pasó a cada uno? Quizá no lleguemos nunca a ponernos de acuerdo en el por qué, pero es evidente que hemos ensordecido, hemos enceguecido, hemos desviado la mirada, y, a costa hasta de nuestra dignidad hemos dejado hacer.
Hemos dejado hacer a gobiernos que no solo han demostrado un nivel de corrupción tan destructivo que están acabando con nuestra vida misma, sino también falta de idoneidad y responsabilidad para con la tarea que juraron desempeñar.
Con absoluto desparpajo se nos impone nada más ni nada menos que un TOQUE DE QUEDA, tal cual aquellas formas de gobierno que tanto critica este grupo político que pretende ser respetado como un gobierno, pero cuyas practicas ama, si contamos como testigos a los hechos.
La razón de volver a atacar nuestro esencial y humano derecho de libertad “que no nos hemos cuidado”, “que nos hemos relajado”, todo eso después de todas las violaciones a las disposiciones sanitarias realizadas en forma explícita, por parte de la dirigencia en el ámbito nacional, provincial y municipal.
Casi un año ya de restringir derechos personalísimos, y la contracara de ello es, que como siempre la administración del Estado se ha ausentado, y para muestra sobra un ejemplo porque todos conocemos los hechos: en una pequeña vivienda de la ciudad, de no más de 240 m2 el día 30 de diciembre y hasta casi las 4 de la mañana del día 31 se festejó un cumpleaños de quince con la presencia de por lo menos 40 personas, sin autorización ni protocolo sanitario y que a la denuncia de la clandestinidad de la reunión no hubo respuesta ni municipal luego de cuatro llamados telefónicos, porque “no había gente de guardia del área correspondiente”
¿Cómo se controla entonces? y tampoco desde la autoridad policial cuando hay un protocolo diseñado para estos casos que según el sentido común debió cumplirse. Quizá aquella ciudadana gozaba de algún tipo de privilegio por haber sido colaboradora activa de la campaña del gobierno de turno, y como se sabe hay un lema que dice que el hacer cumplir la ley ahuyenta votos, tal así que por si fuera poco el día 1 del mes en curso repitió la hazaña de violación de la medidas sanitarias descontando obviamente la alteración de la paz, la tranquilidad, y el orden con un irrespeto descarado a las normas de convivencia ciudadana.
El mensaje es claro, y deja a la deriva al ciudadano, se dictan leyes, se dictan decretos, ordenanzas, se confeccionan protocolos que no hay intención ni diligencia a la hora de cumplir y hacer cumplir. La ciudadanía es inteligente y la muestra está a la vista. La exigencia es para algunos, para otros no, vemos comercios con todas las precauciones y respetando prolijamente las medidas sanitarias y vemos supermercados apiñados de gente sin siquiera una protección de aislamiento en las cajas. Lo vemos todos.
La pregunta es si ¿eso es justo?, claro que no, porque a la par, hay vecinos que han cumplido y cumplen acabadamente, otros que han perdido su trabajo, vecinos que durante todo el año no han visto a sus padres, a sus hijos, que ni siquiera han viajado a hacerse un chequeo médico. Se ha pedido a la ciudadanía un sacrificio enorme, pero el gobierno no ha estado a la altura, si así fuera no estaríamos en este lugar, o quizá la altura a la que se debía estar era la de contribuir a la PATREA que algunos sueñan.
Aquella en que mantenemos legisladores para que sancionen leyes perjudiciales para los ciudadanos a los que se deben, para que sancionen una gran cantidad de normas que no se cumplen, y que además hagan las veces de negociadores en representación del municipio con los actores interesados de un medio de comunicación al que ya nos hemos referido, en eso se distraen algunos legisladores provinciales, en invadir ámbitos de gobierno a los que no pertenecen como si fuesen dueños, mientras otros honestos y concienzudos pierden el sueño por el estado de las cosas.
La regla hoy día es el Estado ausente, ausente de la mediación en la convivencia ciudadana, del ordenamiento del tránsito, del hacer cumplir los protocolos sanitarios, del control de obras, de la educación, de la justicia, del cuidado del medio ambiente, de la protección contra la violencia de género, del peligro de los perros sueltos sin control en las calles, y así podríamos seguir. En fin ausente del propio cumplimiento de la ley que rige su actuación.
Este nuevo año, parece encaminarse a consolidar la PATREA soñada, la del sálvese quien pueda, la del ciudadano sin derechos ni respeto, la del ciudadano constantemente en peligro, lo cual representa un conflicto porque la clase gobernante ha hecho un juramento poniendo su incumplimiento en manos de la PATRIA, quizá sea hora de que la PATRIA comience a demandar y de que la clase gobernante comience a reconocer su brutal fracaso. (Foto ilustrativa: Paralelo 32).
Mujeres por la República.
Movimiento ciudadano