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Alfredo Echániz: “PARA MÍ, ARGENTINA SIEMPRE VA A SER UNA OPCIÓN Y TAMBIÉN VILLAGUAY, PORQUE ME ENCANTA MI CIUDAD”



Miguel Alfredo Echániz tiene 28 años y es uno de los jóvenes villaguayenses que decidieron ampliar sus horizontes y enfrentar el desafío de irse al exterior para buscar un futuro.

“Alfre” vive desde hace tres años y medio en Lyon, Francia, donde trabaja como repostero y pastelero en una panadería. Es gastronómico, egresado de la academia Gato Dumas en Rosario. Nos cuenta su vida allá y sobre las esquirlas del Covid 19 en el Viejo Continente. EL PUEBLO dialogó con él de esta manera.


- ¿Dónde realizaste tus estudios primarios y secundarios en Villaguay?

- Una parte de la escuela primaria la hice en la Escuela Martiniano Leguizamón y la otra en la Mariano Moreno, y el secundario en la Escuela Técnica.


- ¿Cuándo comenzó a madurar en tu cabeza la idea de irte de Argentina?

- Cuando tenía 15 o 16 años ya tenía ganas de viajar y conocer otros países pero a los 18 años tuve la posibilidad de venir a Europa por primera vez, en un viaje que duró 25 días. Vinimos a Madrid a una Jornada Mundial de Juventud Católica para reunirnos con el Papa. Hicimos el viaje con un grupo de amigos de la parroquia Santa Rosa de Lima. Recorrimos España (Madrid, Zaragoza, Toledo), luego nos fuimos al sur de Francia, visitamos París, posteriormente Londres y un poco de Italia. Fue un recorrido bastante largo. Después de esa experiencia fantástica me quedó dando vueltas la idea de volver y me picó el “bichito” de venirme a vivir.



- ¿Qué estudios terciarios realizaste?

- Cuando terminé el secundario hice un año de ingeniería en Oro Verde pero no me convenció, porque no estaba seguro y me di cuenta que no era lo mío. A mí siempre me gustó la cocina. Entonces al año siguiente me fui a Rosario a estudiar pastelería en la Academia Gato Dumas. El primer año hice sólo pastelería y luego también arranqué cocina. Una vez finalizada mi carrera, ya hacía tres años que estaba en Rosario pero a ciencia cierta no sabía que iba a hacer con mi vida, dudaba si quedarme allá o volverme a Villaguay. Ahí me enteré de la existencia de una visa que se llama “vacaciones – trabajo”, la cual me permitía venir a Francia por un año a vivir y trabajar. Está destinada a los jóvenes ya que posee el requerimiento de tener de 18 a 30 años. Los requisitos son mínimos (no solicitaban idioma) porque yo no sabía francés antes de venir. Entonces a mis 25 años decidí viajar y probar esta experiencia, lógicamente pensando en retornar a La Argentina luego de que pasen los 365 días y la visa llegue a su vencimiento. Pero acá estoy todavía (risas) desde hace tres años y medio.


- ¿Qué pasó en el medio para que decidas quedarte allá?

- Vine desde Rosario a Lyon, no quise ir a París porque es una ciudad muy grande, donde el costo de vida es más caro, no sabía aún donde iba a trabajar y todo es más difícil. Además ya había escuchado que Lyon es la capital gastronómica del país y tuve la suerte de encontrar trabajo muy rápido, en una panadería (“boulangerie” en francés). Mi jefe es francés y su esposa boliviana. Ellos estaban buscando un pastelero y tenían la idea de expandirse, poner una sucursal y fabricar un poco más de los productos sudamericanos, haciendo un mix entre las dos culturas. Arranqué a trabajar y nos entendimos muy bien desde el principio. Luego de transcurridos seis meses, un día hablando con la jefa me dijo que la visa se terminaba en medio año, pero que estaban muy contentos conmigo por lo cual querían que me quedara laburando con ellos. Entonces me gestionaron una visa de trabajo (demoró alrededor de cinco meses hasta que me la aprobaron). Luego, en la temporada siguiente la volví a renovar y ya me la dieron por cuatro años más, por lo cual ahora la tengo vigente hasta el 2024. La verdad estoy muy agradecido con mis jefes porque tenemos una relación excelente y estoy feliz acá.




- ¿Cómo son tus horarios de trabajo y que tipo de confituras o pastelería hacés?

- Trabajo desde las 6 de la mañana hasta las 3 o 4 de la tarde de lunes a viernes, pues acá son obligatorios dos días de descanso. Hace poco abrimos una nueva sucursal y estoy encargado de esa panadería. Además me toca hacer toda la producción de facturas francesas (por ejemplo croissants) y también de productos sudamericanos como medialunas y alfajores. Otra de las vedettes de nuestra panadería son las empanadas, el único inconveniente es que acá es bastante difícil conseguir las tapitas. Hay un solo local que las vende y son carísimas (8 euros las 16), entonces decidimos hacerlas nosotros. El año pasado viajé a Argentina el 12 de marzo, tuve que hacer la primera etapa de cuarentena en el país y recién pude volver a Francia en mayo. Lo bueno de todo esto fue que me traje una máquina de hacer empanadas. Es un producto que si bien se hacía en nuestra panadería, yo lo fortalecí porque cuando llegué hacían solamente de carne y champignon con cebolla, pero ahora tenemos diez variedades distintas.


- ¿Qué hacés de tu vida cuando salís de trabajar?

- En estos momentos no podemos hacer nada porque estamos con toque de queda a partir de las 6 de la tarde. Es una medida que se tomó desde mediados de enero ya que está muy complicado el tema Covid 19, se han incrementado los contagios. A partir de este sábado, todos los habitantes del conurbano francés van a quedar confinados al cien por ciento y se van a limitar al mínimo posible los viajes entre las regiones del país. Desde el gobierno intentan que la gente no se mueva porque no logran bajar el número de casos. Por consiguiente, todo lo referente a la vida social está muy apagado. Lyon está atravesada por dos ríos y tiene una costanera hermosa. A mí me gustan mucho los rollers, en tiempos normales me iba a patinar por ese lugar. También hacíamos picnics con mis amigos pero todo eso ahora está vedado. A pesar de que se vienen los días más templados, hoy cuando me levanté a trabajar había 2 grados bajo cero. Me gusta el frío pero ahora que ya estamos en marzo estoy cansado. Se me hace muy largo el invierno, porque acá en octubre ya arranca con 8 o 10 grados y cuando llega diciembre tenemos entre 2 y 5 grados bajo cero. Los días se hacen muy cortos. De calor sólo tenemos tres meses (junio, julio y agosto), pero tampoco hace tanto calor como en Sudamérica.


- ¿Extrañás Villaguay o Rosario?

- Por suerte a través de la tecnología me comunico casi todos los días y las cosas se hacen más fáciles, pero lógicamente que extraño Villaguay y también Rosario. Nosotros acá siempre estamos jugando de visitante, por más que haga cinco o diez años que uno esté en Europa. Para mí, Argentina siempre va a ser una opción y también Villaguay. Me encanta mi ciudad, donde me siento muy a gusto y me gustaría volver, sobre todo para estar más cerca de mis afectos (mis viejos, mis abuelos y mi sobrina, que son los que más extraño). Estoy bastante al tanto de lo que pasa en Argentina y cada vez que puedo me hago una escapada. Por ejemplo en diciembre pasado durante las vacaciones fui a pasar Navidad y Año Nuevo allá.

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La familia

Alfredo es hijo de Miguel Echaniz y Patricia Meichtry y tiene dos hermanos Antonella y Julián y una sobrina llamada Olivia, y es nieto de Aldo Meichtry, Delma Gallay y Ana Rande. Su abuelo paterno, Miguel Angel, falleció en 1999.

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