
Diez años atrás, “Tedi” Sabag Montiel frecuentaba el circuito de bandas death metal, una variante extrema del heavy, más oscura, revulsiva, acelerada, con seguidores particularmente pacíficos y agradables. No tenía un acento brasileño, a pesar de haber nacido en el Estado de Sao Paulo. No había nada brasileño en su forma. Seguía a ciertas bandas locales, fanático también del grupo austríaco Ektomorf. En ese circuito, también entre sus conocidos, “Tedi” se volvía una presencia incómoda, “Me daba escalofríos”, dice alguien que lo frecuentó.
Sus posteos con mensajes insensatos en redes sociales eran constantes, casi como sus cambios de imagen y estilo, entre camisas y anillos, o tatuajes con símbolos tomados de la estética del nazismo esotérico, algo que sorprendió a sus viejos conocidos, porque nadie lo tenía por nazi. “Era un freak, pero mal”, recuerda otro habitué. Su salud mental era un punto en la conversación sobre él. Si tenía un diagnóstico psiquiátrico, nadie podía precisarlo. “Tedi” presentaba un solo frente, o diferentes variaciones de su frente, una historia contada a través de selfies, en un entorno que aumentaba su distancia cada vez más.
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A fines de agosto, “Tedi” tuvo sus cinco minutos de polémica en Crónica TV. Acompañaba a una joven que decía ser su novia, mientras vendía algodones de azúcar. La joven decía que ya no cobraba planes sociales, que no estaba a favor, porque era “fomentar la vagancia”. En Facebook, en su muro, relató sus enfrentamientos con “las mafias de coperos peruanos”, vendedores de algodón de azúcar sumamente territoriales. Habló de sus peleas a golpe de puño con ellos. “La plata no se hace mágicamente, sino laburando”, dijo. “No avalamos la discriminación y justificamos a los extranjeros que trabajan se levantan temprano para atender una verdulería y por eso tiene 4x4 y camionetas porque trabajan y se lo merecen pero no estamos de acuerdo con gente que viene de afuera a ocupar una villa y vivir gratis y a vivir de planes sin trabajar y venden droga, habría que extraditarlos”, completó luego.
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La causa fue archivada poco después. La fiscalía afirmó que el caso “no revestía entidad”. Pero andar con un cuchillo largo e intentar un magnicidio son dos cosas distintas. (Fuente: Infobae).