Por Manuela Chiesa de Mammana (*)
Aquellos aconteceres encauzaban los días. Me acuerdo de los carros playeros que iban al arroyo a buscar arena con su traqueteo infame sobre las calles de tierra y las voces estridentes de los carreros que no respetaban los silencios de la madrugada. Se alejaban por Caseros al este hasta desaparecer en la floresta húmeda.Read more »