Por Manuela Chiesa de Mammana (*)
Probablemente haya sido 1947. El Club Huracán lucía casi nuevo, sus instalaciones recibían disciplinas deportivas, juegos de salón, bailes y fiestas. Pero además solía adecuar un gran escenario en su conocida cancha de pelota a paleta para las compañías que llegaban o pasaban por el pueblo ofreciendo comedias o espectáculos musicales.