Historias de viajes, por Emilio Nogueira (*)
Temprano por la mañana aterrizamos en Noi Bai, un aeropuerto chico, silencioso, algo sombrío y casi vacío a 35 kilómetros de Hanoi. Para este trayecto habíamos contratado un remís unos días antes. Generalmente sugiero utilizar el transporte público ya que es la primera y más efectiva inmersión en la cultura local, pero cuando la infraestructura y los tiempos no lo permiten, conviene hacer la excepción. La flexibilidad es otro de los elementos esenciales del arte de viajar.