Martín Bardín tenía un excelente promedio y una vocación profunda por el Ejército. Pero carecía de recursos para sustentar su vida en Buenos Aires y su asistencia al Colegio Militar. A punto de cumplir los 27, "Tincho" recuerda como "el momento más feliz de su vida" los dos años en que fue soldado voluntario en el Batallón de Arsenales de Holmberg, vecino a Río Cuarto (la ciudad cordobesa donde se domicilia) , y el año que pasó por el Colegio Militar.