Escribió diversas obras y fue funcionario y catedrático
El científico y doctor en Filosofía Héctor Ciapuscio, intelectual dotado de rigurosa formación humanística, falleció a fines de enero en la ciudad de Buenos Aires. Había nacido en Villaguay y fue sepultado en el cementerio local.
Fue rector de la Universidad Nacional de Tucumán, director nacional de Migraciones durante la presidencia de Arturo Illia, subsecretario de Ciencia y Técnica en la gestión de Raúl Alfonsín y secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Entre sus libros se destacan: “Nosotros y la tecnología”; “Dédalo, tecnología y ética”; “Los gobiernos liberales y la inmigración europea (1853 - 1930)” y “El fuego de Prometeo: tecnología y sociedad”. Dirigió la revista Inmigración y fue columnista del diario Río Negro, de la ciudad de General Roca.
En el plano académico, fue profesor honorario de la UBA y estuvo a cargo de la cátedra de Ciencia, Tecnología y Sociedad del posgrado de Centros de Estudios Avanzados de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Fue un precursor en el campo de la tecnología e impulsor de un perfil humanista. Éstos son algunos de sus pensamientos:
* "La tecnología es buena cuando actúa como herramienta de igualación social; no lo es cuando acentúa las diferencias entre los poderosos y los débiles, entre los ricos y los pobres".
* "Hasta mediados del siglo XX, la tecnología proveyó abundantemente bienes socialmente niveladores: la luz eléctrica, la heladera, la radio, el teléfono, las vacunas, las fibras sintéticas, los antibióticos, la televisión... Fueron factores de igualación social. Beneficiaron la vida de ricos y pobres, disminuyeron la brecha entre unos y otros. Pero en los últimos 40 años no ha sido tan así: el desarrollo tecnológico no ha venido de la mano de la equidad".
* "La mitad más desfavorecida de la humanidad necesita viviendas baratas, cuidado de la salud y educación accesibles a todos y de calidad. Y las nuevas olas tecnológicas prometen un desajuste todavía mayor entre la tecnología y esas tres necesidades básicas insatisfechas. Si esta brecha continúa ampliándose, llegará un momento en que los pobres habrán de rebelarse y su revuelta empobrecerá tanto a pobres como a ricos".
"Esa brecha profunda entre las necesidades humanas y la tecnología sólo puede ser llenada por el poder de la persuasión ética. El movimiento ambientalista mundial es un ejemplo; ha logrado grandes victorias sobre la arrogancia industrial y tecnológica. Ha hecho, por ejemplo, fracasar a la industria nuclear de los Estados Unidos: a su despliegue bélico a través de las armas atómicas y a su despliegue pacífico como fuente de energía. Los educadores, los científicos, los industriales lúcidos deben luchar para que la justicia social gravite sobre el despliegue de la tecnología".
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Esposa, hijos y nietos
En un texto fúnebre publicado en medios nacionales al día siguiente a su fallecimiento, Ciapuscio fue despedido por su esposa Irma Godoy, sus cuatro hijos: Guiomar, Mariano, Eugenia, Juan; y sus siete nietos: Tomás, Andrés, Santiago, Lucía, Mateo, Julia y Dante.