ALUDE A VILLAGUAY UN CELEBRADO LIBRO DE UN PERIODISTA DE BUENOS AIRES


Al centro, uno de los tres Samuel Sivak: el que vivía en Maciá. (Foto: Biblioteca Popular Maciá).


En su celebrado libro 'El salto de papá' (ver aparte), el periodista e historiador porteño Martín Sivak incluye una breve crónica de su paso por Villaguay en 2013 para "averiguar más sobre el origen confuso de nuestra familia". Con un tono irónico que parece reflejar incomodidad o quizá incluso molestia o desagrado, el autor describe un encuentro con sus parientes villaguayenses, una recorrida por la zona urbana y finalmente su certeza de que no encontraría aquí la información que había venido a buscar. Hasta ahora, aparentemente, nadie conocía aquí esas referencias a la ciudad.

En el capítulo 17, titulado "Abuelo desclasificado en Washington DD y Villaguay", Sivak empieza recordando que había decidido venir a la ciudad tras viajar a Concepción del Uruguay para presentar su libro sobre el diario Clarín ante una audiencia muy escasa. "Cincuenta personas de un pueblo de 50.000: al 0,1 por ciento de Concepción le dije que yo venía de ahí, que mi abuelo era de esa zona", detalla el escritor.




Luego continúa de la siguiente manera:

Al día siguiente me levanté a las 5 de la mañana para ir a Villaguay y averiguar más sobre el origen confuso de nuestra familia. Fanny Sivak, maestra jubilada, me contó que hubo tres Samueles, y que eran primos. Todos habían muerto ya. Ella era la hija del Samuel Sivak del pueblo de Maciá.

— ¿Nos encontramos en la empresa familiar? —me había citado

—. Gomerías Sivak, con el nombre entre comillas. La vas a encontrar sin problemas.

Había sido el negocio y la marca familiar de Villaguay desde su fundación en 1969: Gomerías "Sivak", pude ver el cartel.

—Para nosotros, tu abuelo era el Samuel con plata. Y seguro que para él mi padre era el Samuel pobre —ironizó.

Samuel Sivak, el pobre, había trabajado treinta y ocho años en una ferretería de Maciá. No le alcanzaba el salario para mantener a sus cinco hijos: vendía, además, colchones y chucherías.

Entonces Fanny quiso también saber sobre los familiares de Buenos Aires: hablamos de nuestras biografías mientras tomábamos mate con bizcochitos. Por fin encontré un hueco para colar una pregunta sobre la casa en la que Samuel había vivido en Villaguay.

— Noooo… Que yo sepa, tu abuelo nunca vivió en Villaguay. ¿De dónde sacaste eso vos?

Me quedé sin habla: había ido a buscar a Samuel —a su espectro: algo, aunque fuera casi insignificante— al pueblo equivocado. No, no tenía idea de dónde había sacado el dato. Un sobrino de Fanny me llevó en su Torino a dar unas vueltas aunque ya sabía que no era el pueblo de Samuel. Encontré un solo café, muchas panaderías, la plaza, la feria de ropa, el hotel modernizado, el Jockey Club, casinos y bingos y un par de prostíbulos.

Al volver me quedé un rato largo mirando el cartel de Gomerías "Sivak", un servicio que ahora atendía el nieto de uno de los Samueles. La casa de Fanny y su hermana Rebeca no tenía gas; en aquel momento el tendido de las líneas proveedoras habían llegado hasta 200 metros de la casa. Cocinaron las empanadas en un horno alimentado por una garrafa.

Mientras las comíamos, me contaron que el apellido es un factor fundamental en el negocio: en un mercado que se volvió competitivo Gomerías "Sivak" ostentaba el peso de la tradición. En Villaguay, Sivak no se asocia al secuestro y el asesinato de mi tío Osvaldo ni al suicidio de papá ni a la carrera de Samuel. Sivak se asocia solamente a esa gomería, que a lo largo de su existencia ha brindado servicios sobresalientes.

Antes de regresar a Buenos Aires entré a un cybercafé del pueblo e intercambié correos con mi prima Analía. Le conté que estaba en el pueblo equivocado. Pronto me contestó: "Por lo que sé, el abuelo Samuel había estado viviendo en Basavilbaso, una de las colonias del Barón Hirsch. Alguna vez me dijeron que sus padres vinieron en el vapor Weser, pero busqué el apellido en la lista de pasajeros y, en principio, no aparece".

Me había equivocado por 64 kilómetros: Basavilbaso, el primer pueblo con inmigrantes judíos de Rusia, Ucrania y Besarabia. En el viaje decidí que no quería volver a Entre Ríos. Ni a Basavilbaso ni a Concepción del Uruguay. Nada iba a cambiar si conseguía tres datos más sobre Samuel.




En 'El salto de papá', Martín Sivak narra diversos episodios que tuvieron como protagonistas a varios miembros de su familia, principalmente a su padre, Jorge Sivak, que se suicidó el 5 diciembre de 1990 tras decretarse la quiebra de su empresa; y también a su tío Osvaldo, secuestrado y asesinado en agosto de 1985, en un resonado caso que tuvo en vilo al país.
Martín Sivak nació en Buenos Aires, en 1975. Es doctor en Historia de América Latina y ha trabajado más de 20 años como periodista. Publicó 'El asesinato de Juan José Torres' (1997), 'El dictador elegido: biografía de Hugo Banzer Suárez' (2001), 'El doctor: biografía no autorizada de Mariano Grondona' (2005), 'Santa Cruz: una tesis' (2007), 'Jefazo: retrato íntimo de Evo Morales (2008) y los tomos 'Clarín, el gran diario argentino: una historia' (2013) y 'Clarín, la era Magnetto' (2015). Es docente universitario, editor y escribe para diarios y revistas de la Argentina y el exterior.


De "los tres Samueles" a Martín Carruego

Tal como indica Martín Sivak en 'El salto de papá', su abuelo Samuel Sivak había vivido en Basavilbaso y tenía dos primos que también se llamaban Samuel: uno vivía en Maciá y el otro en Villaguay. Los descendientes de este último son vecinos muy conocidos en la ciudad.

Uno de ellos se llamaba Enrique y era esposo de Rebeca Kroch (también mencionada en el libro), que a su vez tiene siete hermanos y hermanas: una es Dora, la madre del recientemente fallecido experiodista de este diario, Martín Carruego.

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