“EL HANDBALL ES MI CABLE A TIERRA, ME DESCONECTA UN RATO DE LAS SITUACIONES DIFÍCILES”

Abril Sosa es la goleadora de Kinesio Villaguay

Abril Sosa es oriunda de Neuquén pero toda su familia paterna tiene sus raíces en Villa Domínguez. Abril, de 20 años, es una de las figuras del equipo de handball femenino que representa exitosamente a nuestra ciudad en la Liga Regional de este deporte. Brindando excelentes actuaciones, Kinesio Villaguay se ha consagrado campeón dos veces en forma consecutiva en este certamen. Junto a EL PUEBLO, la joven y talentosa jugadora analizó el presente del handball de nuestra ciudad y las virtudes del elenco que integra. 



- ¿Cómo entrenás durante la cuarentena? 
Al principio cuesta mucho, porque sabés que estás encerrada por un largo tiempo, pero siempre con la mente pensando en positivo y tratando de hacer algo para no perder el estado físico. Estoy haciendo la cuarentena en Neuquén y acá tengo un tío que es profesor de educación física, quien me ayuda a entrenar mandándome videos con distintas rutinas. Mis abuelos viven a dos cuadras de mi casa y antes, en los primeros momentos del aislamiento, estaba con ellos, que tienen un patio grande donde mi tío me armaba las rutinas, pero después se hizo más exigente la cuarentena y como son personas que están en edades de riesgo, me vine a mi casa, pero acá no tengo mucho espacio como para correr y eso me está matando (risas). 

Abril en acción en pleno partido


 ¿Cuándo comenzaste a jugar al handball? 

Fue en la primaria, cuando se hacían los juegos interescolares. Tenía un profesor de educación física que siempre me decía que yo iba a ser una gran deportista, porque me gustaba competir, además me veía correr rápido y con gran facilidad para hacer cualquier deporte. Cuando tenía 12 años fui a jugar a Zapala, una ciudad que está a 15 km de acá. Desde ahí, sobre el final de 7° grado, un entrenador que enseña handball hace muchos años en el club donde me inicié, habló con mi profesor y le pidió mis datos para que yo empezara. El handball para mí es un cable a tierra, ya que te desconecta un rato de las situaciones difíciles que podés estar pasando. Porque cuando te sentís mal, vas a entrenar y a través de la satisfacción que te produce jugar te olvidás de todo, te rodeás de muchos amigos. Además, en los torneos conocés gente nueva y eso te dá la energía de seguir. 

¿Cuál fue la mejor jugadora de handball que viste y si trataste de copiarle cosas? 
Tuve la oportunidad de conocer a jugadores de las Selecciones Argentinas masculina (Los Gladiadores) y femenina (La Garra), que vinieron a Neuquén para brindar una clínica. Ahí estuve en contacto con Lucía Haro, quien me enseñó muchas cosas. Con “Lula” hablamos bastante, ella arrancó a jugar a los 17 años y es una de las mejores del país, me contó que en el handball no es una actividad en la cual tenés que sumar muchos años de práctica para sobresalir, sino que poniendo actitud y ganas se aprende muy rápido. En esa clínica también estuvo Agustín Bidart, quien nos explicó varias técnicas. Además, en lo personal, admiro mucho a los hermanos Diego, Sebastián y Pablo Simonet. 

Abril junto a los DT Matías Schimpf y Juan Manuel Fernández

¿Cómo evaluás el crecimiento del handball en Argentina? 

Cuando yo fui a vivir a Villaguay hace tres años, el handball no estaba tan difundido como lo es en la actualidad. Al principio no salíamos a competir a ningún lado, solamente nos juntábamos a practicar. A mí me hubiese gustado que sea muy visto, tener la posibilidad de sumar partidos contra equipos de otras ciudades. Gracias a Dios, con el tiempo esto cambió y pudimos participar con éxito de la Liga Regional, además formamos un gran equipo en Villaguay y salimos campeonas dos veces el año pasado. Creo que el handball siempre estuvo presente como una disciplina muy practicada en la educación física de las escuelas, inclusive ha sido un pilar de los juegos intercolegiales, pero a nivel clubes no tenía un desarrollo concreto. Nosotros tenemos el mérito de que logramos difundir este deporte, a través de las actuaciones que hemos conseguido, por eso muchos chicos nos preguntan dónde practicar, ahí el “boca en boca” es importante. Y también les enseñamos a los que quieran aprender este hermoso deporte y así debe haber sucedido en varias provincias, porque ahora el handball está en pleno crecimiento. Aunque sí estamos lejos de que nos vean los entrenadores de las selecciones para evaluar nuestras condiciones, porque tengo compañeras que son muy buenas jugadoras y no pueden trascender. 



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¿Por qué en Neuquén (y en el sur en general) es tan fuerte en el handball? 
Creo que tiene mucho que ver el clima, ya que es una actividad que generalmente se juega en gimnasios cerrados y como durante la mayor parte del año acá hace frío, es ideal para practicarlo. A mí me pasó algo particular, ya que en Neuquén siempre jugamos en espacios cerrados y en Villaguay lo hice por primera vez al aire libre, en el polideportivo y sentí que me ahogaba, que me faltaba al aire. También acá en Neuquén el clima es muy seco mientras que allá es bastante húmedo, por lo cual me costó acostumbrarme a eso. 

¿Cómo se formó el equipo de Kinesio Villaguay? 
Lo principal fueron las ganas para armar ese equipo, cuando recién empezamos nos faltaba roce, jugar partidos. Con el transcurrir de los meses nos fuimos poniendo las pilas, nació un gran compañerismo entre nosotras y nos comprometimos a entrenar a full. En primer término nos dirigió Matías Schimpf, quien se alejó por algunos inconvenientes personales y luego tomó la dirección técnica del grupo Juan Manuel Fernández, quien nos concientizó de que somos un buen equipo. Los dos son muy buenos profesores pero “Juanma” nos llenó de confianza, es más competitivo, nos convenció de que podíamos jugar mejor y salir campeonas, por lo cual comenzamos a practicar más duro, además consiguió otro lugar donde entrenar. Yo estoy en la Agrupación Renovadora de la Facultad de Kinesiología, entonces pude hablar en el centro de estudiantes para solicitar ayuda por ejemplo con el tema del transporte. Estoy muy agradecida con la facultad porque siempre nos dieron una mano en la parte económica, consiguiendo el combustible para viajar a los torneos.

Al ser la goleadora del equipo ¿te bajoneás cuando no convertís? 
Admito que me gusta competir y ganar, por lo cual siempre trato de convertir la mayor cantidad de goles que pueda. Es un tema que he hablado con mis compañeras y también con el profesor. Gracias a Dios, siempre estoy bien posicionada y tengo la posibilidad de anotar muchos goles, pero últimamente me he concentrado en el concepto de que somos un equipo y que está bien convertir pero también está muy bueno por ejemplo, dar una asistencia para que pueda meter gol alguna compañera. Eso es algo que le hace bien al grupo en su conjunto y contribuye a aumentar la confianza de todas las jugadoras.

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