“ME QUEDARON RECUERDOS MUY LINDOS DE MI CAMPAÑA EN EL FÚTBOL PROFESIONAL”


Durante una década, el villaguayense Emanuel Villa se dio el gusto de jugar al fútbol profesionalmente en el ascenso de AFA, vistiendo las camisetas de Quilmes y Talleres de Remedios de Escalada, entre otros clubes. En el fútbol infantil de la Liga Villaguayense fue integrante de la recordada categoría 1982 del club Gualeguay, que dejó su sello practicando un juego vistoso y efectivo que la llevó a festejar varios campeonatos. Emanuel activó junto a EL PUEBLO los imborrables recuerdos de su campaña.

“Comencé en el fútbol infantil del club Sarmiento a los 8 años, me había llevado un gran amigo del barrio como Diego Enrique. Mi primer director técnico fue Rodolfo “Roly” Mendoza. Después pasé al club Gualeguay, donde integré aquel muy buen equipo de la categoría 82´, donde tuve como compañero a Walter Cuder y nos dirigía José Esquivel. Obtuvimos varios títulos y jugamos a nivel provincial. "Jugué en la Selección de Villaguay, bajo la dirección técnica de Francisco “Pancho” García y también integré el Seleccionado Entrerriano.

"A través de un tío (Hugo Caropresi) me consiguió una prueba en Quilmes de Buenos Aires, donde estuve durante dos semanas entrenando con gran intensidad hasta que quedé en el club.

"Yo tenía 15 años, al principio me costó bastante porque el fútbol de Villaguay era muy distinto en cuanto a preparación física, ya que no se practicaba de esa manera, pero con el paso de los días me adapté muy bien quedé como jugador del plantel de 7° división.

"Sentí una alegría enorme, porque es el primer paso para lograr cumplir ese gran anhelo que uno tenía cuando salió de Villaguay. No lo podía creer, llamé a mis viejos y les comenté que había quedado, fue un momento muy lindo. Se venía un desafío nuevo para mí, vivir en Buenos Aires, dejar la familia, los amigos y el barrio en busca de concretar el sueño.

"Tuve la suerte que durante los primeros seis meses me alojó mi tío en su casa y luego pasé a la pensión de Quilmes, donde tuve que acostumbrarme a una nueva vida.

"En 7° división por ahí jugaba y a veces quedaba en el banco, pero cuando pasé a 6° empecé a encaminarme y a conocer el ambiente de inferiores de Buenos Aires, jugué contra Boca, River y todos los equipos de AFA.

Emanuel junto al Máquina Giampietri y Chori Domínguez



"Como es lógico, al principio me costó porque me sumaba a un grupo viniendo desde el interior, pero gracias a Dios conocí muy buena gente, me fui metiendo en el equipo y aprendí muchas cosas que nunca las había visto en Villaguay, como por ejemplo la preparación física, los planteamientos tácticos de acuerdo al juego del rival, las prácticas de definición.

"A medida que vas creciendo y quemando etapas dentro del club, ya te van preparando para el día que te toque jugar en primera división.

"Te van inculcando todo, de la manera en la cual tenés que moverte en la cancha, como marcar, defender, los conceptos sobre las diferentes situaciones que se plantean en un partido, los planteos tácticos de los DT, como desmarcarse, el armado de la barrera, como pararse para evitar el off side, las diagonales que debe tirar un delantero para marcar los pases, conceptos básicos para aguantar una pelota, definir, pegarle con derecha o zurda, aprender a cabecear.

"También incrementé mi potencia física en general y especialmente de piernas, debido a lo riguroso de los entrenamientos, mucho gimnasio y a la forma de alimentación, ya que tenés que cuidarte y seguir una dieta. Además fui cambiando mi posición dentro de la cancha, porque cuando arranqué en el fútbol infantil de Sarmiento jugaba como volante por derecha (número 8) y después en Gualeguay tuve la suerte que el técnico me puso de 9.

"En Quilmes también jugué como centro delantero y logré aprender muchas cosas en este puesto como 9 de área, el que juega de espaldas al arco. Sabemos que el centrodelantero vive del gol. Al principio me costó convertir por el tema de no conocía a mis compañeros pero después gracias a Dios se me dieron los goles.

"Y esto es así, cuando uno encuentra el gol se da otro panorama, entrenás con más ganas, se siente la confianza de los compañeros y se hace todo más fácil.

"Cuando estaba en 5°, con 18 años, el DT del plantel superior fue a ver nuestro partido y anduve bien, además metí un gol, por lo cual nos citó a un grupo para hacer fútbol con la primera. Fuimos a entrenar y el viernes me comunicó que a partir de ese momento pertenecía al equipo de primera.

"De a poco me fui adaptando a cómo se manejaban los jugadores de primera, porque yo era un juvenil y en el plantel había varios jugadores de renombre, como Alejandro “Chori” Domínguez, Adrián “Máquina” Giampietri, Agustín Alayes, Rodrigo Braña, Fabio Schiavi (hermano de Rolando), el hondureño Eduardo Bennet, Gabriel “Tanque” Bordi. El DT era el “Chulo” Héctor Rivoira.



"En esa temporada, Quilmes perdió ante Belgrano de Córdoba y no logró ascender. Lamentablemente, en esa época, el club “Cervecero” perdió en forma consecutiva en tres finales y promoción que si las ganaba hubiera logrado el ascenso a la primera “A”.

"Para mí y todos los integrantes del plantel fue muy frustrante porque en las tres ocasiones perdimos por escaso margen, inclusive, jugando bien y ganando en nuestra cancha, pero el fin de semana siguiente caíamos ajustadamente y no podíamos conseguir el objetivo que tanto deseábamos.

"Después, con tristeza me fui de Quilmes (porque dejé muchos amigos) y jugué la “B Metropolitana” en Talleres de Remedios de Escalada, donde compartí equipo entre otros con Raúl “Dudy” Pérez, Roberto “Fito” González y el “Pirata” Adrián Czornomaz.

"Después jugué el Torneo Argentino “A” en Juventud de Pergamino y luego estuve en Defensores de Salto (Provincia de Bs As), donde jugué el Argentino “B”, que fue un certamen muy competitivo y donde anduve muy bien porque convertí muchos goles. Ahí tuve una lesión en el tobillo, tenía que operarme pero surgieron problemas en el club y decidí recuperarme por mi cuenta. Pero no pude volver en plenitud, no me sentía bien, me infiltraban todos los partidos para poder jugar. Al otro día cuando se me pasaba el efecto anestésico de la infiltración no podía ni mover la pierna, era un dolor tremendo, por lo cual forzaba a otros músculos y la cintura al caminar mal. Durante la semana no podía entrenar y cuando llegaba el sábado me volvían a inyectar para jugar. Uno se va dando cuenta de que no iba a poder jugar más.

"Dejé un tiempo hasta que un muchacho conocido me ofreció ir a Juventud de Pergamino a jugar el Argentino “C”. Pero fui como para terminar mi carrera, más que nada a entrenar y a jugar algunos minutos, porque no podía más.

"Después me volví a Villaguay porque anhelaba volver a estar con mi familia, mi hermano y los sobrinos.

"Me quedaron recuerdos muy lindos de mi campaña dentro del fútbol profesional, si bien no llegué adonde apuntaba que era jugar en la primera división de AFA, me dí el gusto de permanecer diez años en el mundo del ascenso, lo cual no es fácil.

"Ahora juego en el equipo de Veteranos de Talleres acá en Villaguay, porque me fueron a buscar y paso momentos muy lindos.

"Siento la calidez en la amistad de mis compañeros, los muchachos reconocen que uno pudo jugar profesionalmente y son muy fabulosas las charlas de fútbol que se dan en los asados donde compartimos esta pasión”.

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