
De acuerdo a información recopilada por el Museo local, se trataba de un vehículo de color rojo que había sido adquirido por el vecino Francisco Clemens. De ahí que el auto pasara a ser conocido como 'El colorado de Clemens".
Era importado de Alemania, de marca Schacht, y lo distribuía en Argentina la Casa Vogel y Kulenkampff, de Buenos Aires. Lo enviaron a Villaguay totalmente desarmado y con la promesa de que en breve mandarían a un mecánico de apellido Galuppo a ensamblar las piezas y a enseñar a manejarlo. Pero no fue necesario: Clemens estaba tan entusiasmado que logró armarlo sólo con la ayuda de un mecánico local y aprendió a conducirlo leyendo un manual de instrucciones.
Por entonces, el "Invencible auto Schacht" era publicitado en los diarios porteños como un vehículo de "un mecanismo práctico, fuerte y económico" que daba "un resultado magnífico, cruzando los campos, el barro, la arena y las cuestas".
Se indicaba además que el vehículo tenía 20 caballos de fuerza, aceleraba hasta 45 kilómetros por hora, pesaba 500 kilos e incluía un asiento para dos personas con "tapicería de cuero fino rellenada de cerda". Costaba $ 3600 sin capota y $ 4000 con capota de material especial contra lluvia y cortinas delanteras y de costado.
"Es de imaginarse el revuelo que provocó en el pueblo el colorado de Clemens. Cuando se lo oía todos salíamos a mirarlo con más o menos recelo", recordó Justo José Miranda en su libro 'Villaguay mi Pueblo', mucho tiempo después.