
Dice el boletín de Arquitectura y Restauración de Valencia (España): "El patrimonio cultural es de todos; su uso constituye un derecho social y su preservación y defensa una responsabilidad de la sociedad. Este patrimonio es vivido por la ciudadanía como algo propio e interesa a la misma ciudad en su conjunto histórico; por esto las resoluciones que se tomen deben ser globales, nunca romper el vínculo entre arte y ciudad".
Nuestra plaza nació con el pueblo o quizá al revés. Tiene tantos años como Villaguay aunque su apariencia fue cambiando con las épocas.
Si evocamos las épocas de los caudillos, la plaza siempre está presente. Ya sea porque ellos pasearon allí su poderío o por sucesos trágicos como la muerte de tres individuos por desertores.
Si leemos los Decretos y Resoluciones Municipales descubriremos cómo poco a poco se fue forjando su historia. Más o menos así:
En 1890: paseo cercado con postes de madera dura y alambre para evitar la entrada de lecheras y caballos que solían pacer por los alrededores. De este tiempo datan las mejoras de los cordones cunetas y de los puentecitos como pasadizos en las bocacalles.
En 1905, casuarinas y paraísos la distinguían frente a la Municipalidad.
Alrededor de 1920 fue la plaza del jardín francés y las glorietas en las diagonales.
El 4 de marzo de 1945, La Prensa, de Buenos Aires, dedica un suplemento a la plaza de Villaguay y destaca "sus hermosos jardines artísticamente diseñados".
Durante muchos años fue la única plaza y quizás de allí su poder de convocatoria. Todas las generaciones del pueblo tejieron en ella algo de su historia. No creo equivocarme cuando digo todas ya que el archivo fotográfico me lo confirma.
Este testimonio y la memoria oral hacen al patrimonio local y regional. Desestructurarlo desprotege nuestra identidad.
Hace unos días tuve el privilegio de escuchar que Villaguay cuenta con una de las plazas más bonitas de la provincia, tanto por planificación como por sus cuidados.
"En la plaza, la casuarina sola enciende marionetas de luz atardecida. Geometría de espacios, su sombra apetecida".