- Cuéntenos un poco de su vida, ¿cómo está compuesta su familia?
- Nací en Villa Clara pero por cuestiones laborales de mi padre nos trasladamos a Domínguez, donde transcurrió casi toda mi vida. Cuando era niño fui canillita de EL PUEBLO y en la secundaria fui alumno de su directora, “doña Pincha”, por lo que siento una especial conexión con este diario. Me casé en Domínguez con Claudia y acá nació nuestra primera hija, María del Huerto. Después nos establecimos en Rosario: vivimos allá unos años y volvimos definitivamente a Domínguez, donde tuvimos dos hijos más: Martina Ayelén, que ahora tiene 25 años, y Thiago Andrés, de 17. Martina se recibió de profesora de Biología el año pasado, y actualmente cursa la carrera de Medicina. Thiago está en el último año de la secundaria y jugó tres años [al fútbol] en el Club Patronato, de Paraná.
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- ¿Cómo era el carácter de su hija? ¿Cómo fue la enfermedad?
- María del Huerto era muy cariñosa con nosotros. Era un poco rebelde, tenía un carácter fuerte y una personalidad muy efusiva. Era muy inteligente y amante de los libros: se pasaba mucho tiempo leyendo. También le gustaba mucho la danza. Su enfermedad fue la diabetes, que se despertó a los ocho años y la volvió insulinodependiente. Pero ella no asumía que estaba enferma, y siempre realizó una vida normal, llena de actividad física. No le gustaba que la trataran de manera diferente. De todos modos, la enfermedad avanzó y fue deteriorando sus órganos, por lo que fue necesario realizarle un doble trasplante renopancreático. La operación se realizó el 17 de junio de 2014, fue un éxito y un milagro. Pero cuatro meses después, cuando fuimos a un control, ella falleció de un paro cardíaco. Fue como cruzar un río para morirse en la otra orilla.
- ¿De qué manera transitaron su enfermedad?
- Era una lucha muy dura. Priorizamos su salud por sobre todo: si había que salir corriendo con ella se salía; si mi esposa tenía que quedarse diez días sentada a su lado lo hacía. Fue muy difícil, pero lo que nos dio cierta tranquilidad en medio de tanto dolor es que hicimos todo lo que se podía hacer.
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- ¿Cómo se las arreglaban para cumplir su rol con sus otros hijos?
- María del Huerto siempre estuvo integrada con sus hermanos, así que hacíamos todo juntos y llevábamos una vida normal. Cuando teníamos que partir con ella al médico, dejábamos a los chicos al cuidado de sus abuelos o tíos.
- ¿Cómo realizaron ustedes el duelo teniendo que ser el sostén para ellos?
- El duelo fue muy difícil. El trasplante se había realizado con éxito, sin rechazo, y fue un golpe tremendo que ella muriera de algo totalmente diferente a lo que le pasaba. La tenemos presente en todo momento y sobre todo en fechas significativas.
- ¿De qué manera canalizó la familia un dolor tan grande?
- Recordando los buenos momentos, a pesar de que siempre están teñidos con ese gusto amargo de la pérdida. Cada uno tiene sus actividades, ya sea el trabajo, el estudio, el fútbol, que nos ayudan a canalizar el dolor. Pero la pena no se mata con nada.
- ¿Qué pasatiempos comparte con sus hijos?
- La actividad principal que compartimos todos es el fútbol y también hablamos sobre los proyectos que tiene Martina con respecto al estudio. Nos gusta acompañar a nuestros hijos en sus cosas.
- ¿Qué planes tienen para este domingo?
- Si la flexibilización de la cuarentena lo permite, nos gustaría reunirnos con mis suegros y unos pocos familiares para compartir un almuerzo y pasar un buen rato.
- María del Huerto siempre estuvo integrada con sus hermanos, así que hacíamos todo juntos y llevábamos una vida normal. Cuando teníamos que partir con ella al médico, dejábamos a los chicos al cuidado de sus abuelos o tíos.
- ¿Cómo realizaron ustedes el duelo teniendo que ser el sostén para ellos?
- El duelo fue muy difícil. El trasplante se había realizado con éxito, sin rechazo, y fue un golpe tremendo que ella muriera de algo totalmente diferente a lo que le pasaba. La tenemos presente en todo momento y sobre todo en fechas significativas.
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- ¿Qué lo impulsó a estudiar abogacía?
- Cuando falleció “Marihué” mi esposa se había recibido de abogada hacía poco tiempo y yo ya estaba en segundo año. La carrera era una deuda pendiente y me sirvió para desentenderme un poco del dolor, aunque sea por un rato. Me despejaba la mente. La verdad es que la facultad me salvó anímicamente: me motivó a salir adelante, a no caer en un pozo. Mis compañeros me ayudaron mucho.
- ¿Qué proyectos tiene a futuro?
- La verdad es que, con Claudia, quisiéramos dedicarnos a nuestra profesión. Hace poco inauguramos el estudio en nuestra casa y nos gustaría vivir de esto. Actualmente soy secretario en el concejo deliberante de Domínguez. Además quiero seguir apoyando a mis hijos en sus proyectos: a Martina con su estudio y a Thiago con el deporte.
- Cuando falleció “Marihué” mi esposa se había recibido de abogada hacía poco tiempo y yo ya estaba en segundo año. La carrera era una deuda pendiente y me sirvió para desentenderme un poco del dolor, aunque sea por un rato. Me despejaba la mente. La verdad es que la facultad me salvó anímicamente: me motivó a salir adelante, a no caer en un pozo. Mis compañeros me ayudaron mucho.
- ¿Qué proyectos tiene a futuro?
- La verdad es que, con Claudia, quisiéramos dedicarnos a nuestra profesión. Hace poco inauguramos el estudio en nuestra casa y nos gustaría vivir de esto. Actualmente soy secretario en el concejo deliberante de Domínguez. Además quiero seguir apoyando a mis hijos en sus proyectos: a Martina con su estudio y a Thiago con el deporte.
- ¿De qué manera canalizó la familia un dolor tan grande?
- Recordando los buenos momentos, a pesar de que siempre están teñidos con ese gusto amargo de la pérdida. Cada uno tiene sus actividades, ya sea el trabajo, el estudio, el fútbol, que nos ayudan a canalizar el dolor. Pero la pena no se mata con nada.
- ¿Qué pasatiempos comparte con sus hijos?
- La actividad principal que compartimos todos es el fútbol y también hablamos sobre los proyectos que tiene Martina con respecto al estudio. Nos gusta acompañar a nuestros hijos en sus cosas.
- ¿Qué planes tienen para este domingo?
- Si la flexibilización de la cuarentena lo permite, nos gustaría reunirnos con mis suegros y unos pocos familiares para compartir un almuerzo y pasar un buen rato.