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“YO TENÍA QUE ELEGIR ENTRE DOS OPCIONES, JUGAR AL BÁSQUET O ESTUDIAR Y ELEGÍ EL DEPORTE”


Ramiro Carulla ha sido uno de los mejores jugadores de básquet que ha dado Villaguay. El “Chino” forjó una magnífica carrera profesional que comenzó desde muy chiquito en ADEV para luego continuar en Parque y posteriormente pegar el salto desde Echagüe (Paraná) hacia distintos clubes de Entre Ríos y del país, logrando un rendimiento notable dentro del Torneo Federal, el TNA y la Liga Nacional, donde inclusive participó en una edición del Juego de Las Estrellas. “El Comandante” es un símbolo del básquet de nuestra ciudad y también se destacó como arquero de fútbol. Junto a EL PUEBLO recorrió su exitosa trayectoria en esta extensa entrevista, de la cual hoy publicamos su primera parte. 


- ¿Cómo empezó tu historia con el básquet?

Desde muy chiquito lo veía en los partidos a mi papá, quien también fue jugador y a diferencia de los chicos de hoy, que tienen una gran variedad de entretenimientos a través de la tecnología, mi único juguete era la pelota de básquet. Comencé en ADEV pero al poco tiempo se dejó de practicar la actividad en ese club y pasé a Parque, donde realicé todas las inferiores. En ADEV me dirigieron “Rolo” Blanco y “Fierro” Almada. En Parque, el entrenador que nos enseñó mucho fue Carlitos Elizalde. Estuve allí hasta los 14 años y luego, como ADEV había remontado en el básquet y todos en mi familia somos hinchas de la institución azul, volví al club, donde jugué hasta los 16 años. 




- ¿Cómo surgió la posibilidad de irte a Echagüe de Paraná?

En un Entrerriano de cadetes mayores que se realizó en Concepción del Uruguay, en el cual participamos con la Selección de Villaguay, tuve la suerte de que me habló Cottonaro, un DT de Paraná que era asistente de Volcán Sánchez, el entrenador de Echagüe en la Liga Nacional. Cottonaro ya me conocía porque me había dirigido varios años atrás jugando con la Selección de Entre Ríos en un Argentino de Mini que se realizó en Santa Fe. A los dos o tres meses me llamó para una prueba en Echagüe a la cual fueron cien chicos de todo el país y quedamos solamente ocho.




Hay una anécdota muy particular que sucedió en esa época de tu vida y que hubiera cambiado el universo deportivo en el cual te desempeñaste.

Sí, paralelamente al básquet siempre me gustó el fútbol y atajaba en ADEV. A los 16 años, jugando para el equipo de Mon Reve en el campeonato de fútbol de los barrios, uno de mis compañeros era el “Pata” Protto, quien ya estaba jugando en San Lorenzo, le habló a unos dirigentes de ese club para que me vengan a ver, porque le sorprendía que siendo tan joven me desempeñara en equipos de primera. Justo estábamos disputando una semifinal del nocturno en Barrio Sud pero esta gente no vino a Villaguay, entonces me enfoqué decididamente en el básquet. Por esas cosas del destino no terminé atajando en San Lorenzo, ya que dos meses después era jugador de Echagüe. Y con respecto al fútbol, cuando era chiquito estuve con Idelio Gandolfo en su famoso equipo JC, pero jugaba en el mediocampo. Después, con el paso de los años me fui haciendo arquero, porque mi papá atajaba y mi hermano “Caio” también, es como una tradición familiar. Me gusta tanto que hasta el día de hoy atajo en los veteranos de ADEV.




¿Cómo te fue en la Liga Nacional con la camiseta de Echagüe?

Fue una experiencia muy linda, yo era juvenil (17 años) y lógicamente no tenía muchos minutos, pero estar en un equipo de Liga significó para mí un cambio bastante importante porque pasé de jugar en Villaguay a entrenar con profesionales y a compartir equipo con jugadores norteamericanos. Yo era alto pero muy flaco, de físico delgado y en Echagüe con las rutinas de entrenamiento, gimnasio y cambiando la alimentación, luego de dos años de esfuerzo, además de crecer pude lograr aumentar mi masa muscular y ponerme en muy buena forma física para rendir de la mejor manera. Jugué ocho temporadas en Echagüe. A Volcán Sánchez lo tuve como DT solamente un año, en el cual descendimos. Después, para jugar el TNA tomó la conducción técnica Horacio Seguí, quien me fue dando más minutos y confianza para afirmarme en el equipo hasta quedar como titular. Yo tenía que elegir entre dos opciones, jugar al básquet o estudiar y elegí el deporte, no es como hoy en día que podés hacer las dos cosas. 


¿Después de Echagüe como siguió tu trayectoria basquetbolística?

En 1997 me fui a préstamo a La Unión de Colón para jugar el TNA, donde estuve un año. Después, ya con el pase en mi poder, me pidieron de Ciclista (Junín), donde jugué tres temporadas en un excelente nivel. Luego en 2001 me llamaron nuevamente de Echagüe, pero las condiciones económicas del país no eran las mejores debido a una gran crisis en la cual aparecieron los federales como medio de pago y al club se le complicó muchísimo. Por eso decidí dejar de jugar al básquet y me volví a Villaguay, donde me llamó Francisco Almada, quien estaba como director técnico del plantel de primera división de ADEV, así que atajé durante toda esa temporada. Al año siguiente me llamó el entrenador Capelli, de Argentino (Junín), justamente el rival de toda la vida de Ciclista, donde yo había jugado con gran éxito. En Junín el básquet se vive de una manera muy especial porque son muy pasionales y la rivalidad entre ambos clubes es increíble, entonces la pasé muy mal al principio porque la gente no me trató bien debido a ese cambio de club (risas). Antes de comenzar el torneo tuvimos una gran actuación en la Copa Argentina, donde jugaban mezclados equipos de Liga A y de TNA. Fuimos el único elenco del ascenso que llegamos a disputar la instancia final, clasificamos junto a tres elencos de Liga Nacional (Boca Juniors, Atenas de Córdoba y Gimnasia y Esgrima La Plata). Este mini torneo Super 4 duró tres días y se jugó en Mar del Plata. Viajó muchísima gente de Junín, porque son muy fanáticos. Después, cuando dio inicio el campeonato arrancamos muy bien, entonces la gente de Argentino me empezó a querer un poco más (risas), ya me aplaudían y me alentaban. Y yo empecé a devolver en la cancha toda la expectativa que se había generado con mi llegada, ya que era el primer jugador de la historia que habiendo vestido la camiseta de Ciclista se ponía luego la de Argentino.

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