
- ¿Cómo fue la pimienta de los enfrentamientos clásicos Argentino vs. Ciclista?
- Fueron partidos tremendos, tuvimos la suerte de ganarle a Ciclista los dos partidos de la fase regular, de local y de visitante. Sin exagerar, cuando íbamos a la cancha de Ciclista nos acompañaban diez patrulleros. Y después de los partidos, al otro día, empapelaban toda la ciudad con los afiches que cargaban al perdedor. En los play off de cuartos de final nos tocó enfrentarlos de vuelta y “barrimos” la serie ganando 3-0. Eso es muy recordado hasta el día de hoy, gracias a Dios yo anduve muy bien en esos partidos. A causa de la lesión de nuestro goleador José Luis Gil, tanto a mí como a Horacio Beigier nos pidieron una mayor participación y por suerte salió todo bien, le pudimos dar ese plus al equipo.

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- Y luego ustedes lograron el ascenso a la Liga Nacional con Argentino venciendo a Echagüe en Paraná, con toda la implicancia emocional que eso significó para vos.
- Sí, fue terrible, algunos hinchas de Echagüe fueron al hotel donde nos alojábamos la noche anterior al partido para gritarme cosas y tratar de no dejarme dormir. Y en la cancha me decían de todo. Lograr ese ascenso fue una emoción muy grande para mí porque después de aquel frustrado retorno a Echagüe en 2001, dejé el básquet por un año y volví al fútbol, luego de haber firmado contrato con Argentino, en el último partido en el arco de ADEV, me fisuré una vértebra cuando semanas después tenía que irme a Junín para arrancar la pretemporada. En la presentación del equipo no podía ni correr y la gente comenzó a decir “Carulla vino lesionado a robar”. Entonces no pude empezar la pretemporada junto a mis compañeros y con kinesiología logré recuperarme. Pero la mala suerte no terminó ahí porque cuando comencé a entrenar con todo me hice una distensión en el talón de Aquiles. Fueron muchas cosas y por eso conseguir ganar ese ascenso y como visitantes en Echagüe, justo el lugar donde comencé mi carrera profesional, fue algo inolvidable, lo cual me dio muchas fuerzas para seguir adelante. Además, el festejo de la gente en Junín fue una verdadera locura, un recibimiento tan grande que nunca jamás lo he visto. Llegamos a las 7 de la tarde y nos estaban esperando con una larguísima caravana a 5 km de la ciudad. Terminamos entrando al club las 2 de la mañana.
- ¿Por qué te fuiste a Central Entrerriano y no continuaste en Argentino?
- Cuando terminó el campeonato en el cual ascendimos, yo había hablado con el presidente de Argentino para quedarme en el club y jugar la Liga, inclusive había dejado todas mis cosas en Junín. Pero un mes antes de empezar la pretemporada, me llamó el entrenador de Central Entrerriano de Gualeguaychú (el otro equipo que había ascendido a la Liga “A” ese año). Entonces, a través de una conversación en familia resolvimos que continuara mi carrera en Central porque Gualeguaychú era más cerca que Junín y en ese momento iba a nacer mi hija. Así que jugué en Central, donde a pesar del bajo presupuesto que teníamos, se logró conformar un buen equipo e hicimos una destacada campaña.
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- Después aparece Santiago del Estero en tu vida.
- Sí, porque me llamaron de Quimsa, así que me volví a ir lejos de Villaguay. Quimsa recién empezaba, estaba en el TNA, hoy es un club muy grande que ha ganado campeonatos y Liga Sudamericana. Es una entidad muy apoyada por el gobierno provincial, además la gente acompaña siempre y posee un estadio inmenso. Fue una experiencia muy linda, perdimos la final del ascenso contra La Unión de Formosa. Fue un año complicado para mí porque perdí a mi papá, que tenía una enfermedad muy grave, justo durante los play off del torneo. Yo terminaba de jugar y me subía al auto para hacer 800 km hasta Villaguay. Después, el lunes volvía a Santiago para retomar los entrenamientos. Mientras estábamos jugando la semifinal contra Bahía Basket falleció mi papá, por lo cual después de ganar la semi estuve una semana en Villaguay, me fui a jugar la final sin entrenar y con una mano lesionada. Ganamos uno de los partidos en Formosa y ya estaba toda la fiesta armada en Santiago porque ganando los dos próximos cotejos allá ascendíamos, pero ganamos el tercero y perdimos el cuarto. Para completarla, me lesioné en un tobillo y no pude jugar el quinto partido. Tenía contrato por otro año para continuar, la gente y los directivos estaban muy contentos conmigo pero tomé la decisión de no jugar más afuera. Inclusive me llamaron de Sionista (Paraná), al principio les dije que sí pero dos días antes de presentarme decidimos con mi familia que no iba a ir.
- Entonces comenzaste a jugar la Liga de Entre Ríos con los equipos de Villaguay.
- Claro, primero se armó Villaguay Básquet (la fusión de ADEV y Huracán), donde jugué 2 o 3 años y luego me llamó Alejandro Fiorido, que era el DT de Estudiantes de Concordia. Ya me había buscado un año antes y le dije: “Si ascienden para jugar la Liga B te prometo que voy”. Entonces lograron el ascenso al año siguiente y fui a cumplir mi promesa. Teníamos un muy lindo equipo e hicimos una destacada campaña junto al “Lolo” Farabello, “Quico” Etcheverry, Isaac Monti y Ariel Blanc. Querían que me quedara a jugar un año más pero no acepté y me volví a Villaguay. Después jugué dos años la Liga “C” dos años en Huracán y me llamó Rocamora (Concepción del Uruguay), donde jugué durante un año. Luego jugué otra temporada y media con Huracán en la Liga Entrerriana, que fue mi último paso por el básquet en forma competitiva.
- ¿Cuáles son los recuerdos con la camiseta de la Selección de Entre Ríos?
- En nuestra época el minibásquet era muy competitivo y con el equipo entrerriano logramos una excelente actuación en el Campeonato Argentino que se realizó en Santa Fe. Años más tarde jugué un Argentino Juvenil en Chaco, en el cual llegamos a la final contra el elenco local y recuerdo que para ellos jugaba el “Colorado” Rubén Wolkowyski, quien posteriormente fue jugador de la Selección Argentina, de equipos europeos y de la NBA. Después no tuve otras oportunidades de integrar el combinado de nuestra provincia porque cuando me llamaban para una selección yo siempre estaba jugando la Liga y los entrenadores no me dejaban ir. Lamentablemente muchas veces me pasó eso.
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