Juan Amador Sánchez fue un emblema del fútbol argentino durante las décadas del 80´ y 90´. A pesar de iniciarse como delantero en Totoras (Santa Fe) su ciudad natal, luego como profesional, se destacó de marcador central. Tras iniciarse en Huracán, vistió las camisetas de Boca Juniors, Platense, River Plate, Atlético Rafaela, Unión (Santa Fe), San Martín y Atlético (Tucumán), Nueva Chicago y Deportivo Morón. También tuvo una destacada trayectoria como entrenador, dirigiendo equipos de Argentina, Paraguay, Perú, Ecuador y la Selección de Haití. EL PUEBLO se dio el lujo de entrevistarlo de esta manera.
- ¿Cómo arrancó su extensa vida deportiva?
- Empecé en mi pueblo, Totoras (Santa Fe), a los 14 años debuté en la primera división de Unión Fútbol Club y a los 17 años el DT rosarino que tenía en aquel momento era muy amigo de César Menotti y me trajo a probar en Buenos Aires en San Lorenzo y Huracán. Me fue bien en los dos, pero tuve que elegir y me quedé en Huracán, a partir de ahí comenzó mi carrera futbolística. El cambio en mi vida fue muy grande y me tuve que adaptar a hacer muchas cosas solo. Vivía en una pieza debajo de las tribunas de la cancha de Huracán. Así se hizo mi vida, con gran sacrificio, por eso después cada logro que tenía lo disfrutaba muchísimo ya que el costo había sido muy alto. Tuve que dejar la familia, los amigos, el pueblo, venirme sólo a Buenos Aires, pasar de jugar en un club de Barrio a disputar el clásico San Lorenzo vs. Huracán con 30.000 personas en la tribuna. Además, yo ni sabía lo que era un preparador físico, porque en mi pueblo dábamos dos vueltas a la cancha e íbamos a jugar al fútbol. El cambio fue grandísimo a todo nivel y lo pude asimilar.
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- ¿Siempre jugó como marcador central o se desempeñó en otro puesto?
- Yo era delantero y muy goleador, pero en una oportunidad fui como suplente a Estación Díaz, donde teníamos que jugar contra Estudiantes de Río Cuarto, se lesionó el “número 3” y no había reemplazo, entonces el DT me hizo jugar en esa posición y anduve bárbaro. A partir de ahí me pusieron de “8” o de “5” y terminé como “2”. Jugué durante 20 años como profesional en primera división, con más de 500 partidos disputados y solamente hice 5 goles (risas) así que totalmente contrario a lo que fui como jugador en mis inicios.
- ¿Qué compañeros tenía en Huracán?
- Tuve grandes jugadores como compañeros: Brindisi, Babington, Houseman, Pogany, Marangoni, Carrascosa, “Baby” Cortés. Todos ellos (varios venían de jugar en Europa) me enseñaron a manejarme como profesional. Yo escuchaba todos sus consejos. Le agradezco a Dios que me puso a esos compañeros en el camino porque era difícil llegar tan jovencito a primera como me tocó a mí. Jugué muy poquito en divisiones inferiores, porque llegué de mi pueblo y debo haber jugado 4 o 5 partidos, luego pasé a reserva y posteriormente a primera. Estuve 7 años en Huracán y después me compró Boca. Fue muy emocionante llegar al club del cual era hincha de chiquito. El paso por Boca fue muy lindo de arranque pero terminó mal porque justo mi papá se enfermó (cáncer en la cabeza), no sé si me alcanzó a ver porque cuando el día que debuté le pregunté y me respondió cualquier cosa porque ya estaba ido, pobrecito. Por esa razón no hice la pretemporada, no pude arrancar jugando, estuve un año y lo agradezco (en la actualidad juego para los veteranos de Boca) pero sinceramente no pude desplegar mi juego ni rendir de acuerdo a mi nivel.
- Yo era delantero y muy goleador, pero en una oportunidad fui como suplente a Estación Díaz, donde teníamos que jugar contra Estudiantes de Río Cuarto, se lesionó el “número 3” y no había reemplazo, entonces el DT me hizo jugar en esa posición y anduve bárbaro. A partir de ahí me pusieron de “8” o de “5” y terminé como “2”. Jugué durante 20 años como profesional en primera división, con más de 500 partidos disputados y solamente hice 5 goles (risas) así que totalmente contrario a lo que fui como jugador en mis inicios.
- ¿Qué compañeros tenía en Huracán?
- Tuve grandes jugadores como compañeros: Brindisi, Babington, Houseman, Pogany, Marangoni, Carrascosa, “Baby” Cortés. Todos ellos (varios venían de jugar en Europa) me enseñaron a manejarme como profesional. Yo escuchaba todos sus consejos. Le agradezco a Dios que me puso a esos compañeros en el camino porque era difícil llegar tan jovencito a primera como me tocó a mí. Jugué muy poquito en divisiones inferiores, porque llegué de mi pueblo y debo haber jugado 4 o 5 partidos, luego pasé a reserva y posteriormente a primera. Estuve 7 años en Huracán y después me compró Boca. Fue muy emocionante llegar al club del cual era hincha de chiquito. El paso por Boca fue muy lindo de arranque pero terminó mal porque justo mi papá se enfermó (cáncer en la cabeza), no sé si me alcanzó a ver porque cuando el día que debuté le pregunté y me respondió cualquier cosa porque ya estaba ido, pobrecito. Por esa razón no hice la pretemporada, no pude arrancar jugando, estuve un año y lo agradezco (en la actualidad juego para los veteranos de Boca) pero sinceramente no pude desplegar mi juego ni rendir de acuerdo a mi nivel.
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- ¿Y después de Boca cómo siguió la historia?
- Me fui a Platense, donde estuve 4 años y medio, que fueron los mejores de mi carrera deportiva, tal es así que a los 30 años me compró River. A Platense le debo mucho porque tuve la suerte de jugar, años más tarde dirigirlo y hoy ser el manager. Además del orgullo inmenso por mi hijo Alan que debutó en Platense. El “Calamar” salió campeón dos veces en su historia, en una está mi hijo y en la otra estoy yo, así que la familia Sánchez siempre agradecida al club. Platense era un club que sacaba muchos chicos de inferiores y llegaban jugadores que estaban libres. Así y todo se armó un muy buen equipo, siempre humilde porque no cobrábamos mucho dinero pero nos pagaban del 1 al 5. Se formaron grandes grupos humanos, tal es así que al día de hoy varios de mis amigos del fútbol son de aquella época. Junto a mí vinieron Orellano y Boldrini, que habían quedado libres de Maipú (Mendoza), el arquero Serrano (Racing de Córdoba), De Vicente (River), más los chicos del club que eran Baena, Scotto, Cascini y Alfaro Moreno, entre otros.
- ¿Cómo fue el impacto de llegar a River?
- River venía de salir campeón, me encontré con un excelente equipo, tuve la suerte de estar 3 años muy lindos, salimos subcampeones de la Copa Sudamericana y campeones del Apertura en el año 91´. Teníamos un equipo muy competitivo, con un gran técnico como Passarella. Para mí, las presiones por jugar en un equipo de primera división de AFA son todas iguales, ya sea con la camiseta de Boca, River, Platense o Huracán. Son mentiras eso que dicen que las casacas de los equipos grandes son más “pesadas”. Uno siempre tiene que salir a dar lo mejor y para el hincha su club es el más importante, entonces la responsabilidad es la misma. Además, lo digo con conocimiento de causa porque viví el fútbol en varios países, estoy orgulloso de haber jugado 20 años en el fútbol argentino, que es la liga más difícil del mundo por lo competitiva.
- ¿Y después de River donde fue a jugar?
- Ahí empecé mi campaña en el Nacional “B”, estuve en Atlético Rafaela, Unión de Santa Fe, San Martín y Atlético (ambos de Tucumán), Nueva Chicago y me retiré a los 38 años en Deportivo Morón. Quizás podía haber jugado un par de temporadas más pero en el último club estuve 5 meses sin cobrar, pensé que ya a esa altura de mi carrera no era necesario soportar eso y hacer el sacrificio después de tantos años jugando en el primer nivel. Me retiré en un partido televisado, Morón vs. Almirante Brown, en el cual me eligieron la figura de la cancha. Cuando llegué a casa le dije a mi hijo que ya había tomado la decisión de no jugar más.
- ¿Cuándo comenzó su trayectoria como entrenador y por qué clubes lo llevó?
- Hice todos los deberes (risas), mi carrera como técnico fue muy larga y linda también. Arranqué por la “B” Metropolitana en San Telmo, luego me fui al Argentino “A” con Patronato (Paraná), de ahí al Nacional “B” Instituto (Córdoba), después la Selección de Haití. Luego me habló “Quique” Hrabina para hacer una dupla, agarramos a Almagro en el último lugar de la tabla y lo ascendimos a primera. De ahí nos fuimos a Paraguay para dirigir a Guaraní, donde también tomamos al equipo último y lo clasificamos a la Copa Sudamericana terminando en el 2° puesto en el torneo. Luego continué sólo porque “Quique” no podía seguir laburando así que me fui a Universitario (Perú). Después me vine a Platense, Almagro, Aucas (Ecuador), posteriormente volví a Argentina para dirigir a Atlético Rafaela, luego a Talleres (Córdoba), Boca Unidos (Corrientes), después volví a irme para tomar a Olmedo (Ecuador), retorné a nuestro país para conducir a Defensores de Belgrano, San Martín (Tucumán), Chaco For Ever, luego otra vez a Ecuador para dirigir al Manta y volví a Platense. Actualmente soy el manager del club “Calamar”.
- Me fui a Platense, donde estuve 4 años y medio, que fueron los mejores de mi carrera deportiva, tal es así que a los 30 años me compró River. A Platense le debo mucho porque tuve la suerte de jugar, años más tarde dirigirlo y hoy ser el manager. Además del orgullo inmenso por mi hijo Alan que debutó en Platense. El “Calamar” salió campeón dos veces en su historia, en una está mi hijo y en la otra estoy yo, así que la familia Sánchez siempre agradecida al club. Platense era un club que sacaba muchos chicos de inferiores y llegaban jugadores que estaban libres. Así y todo se armó un muy buen equipo, siempre humilde porque no cobrábamos mucho dinero pero nos pagaban del 1 al 5. Se formaron grandes grupos humanos, tal es así que al día de hoy varios de mis amigos del fútbol son de aquella época. Junto a mí vinieron Orellano y Boldrini, que habían quedado libres de Maipú (Mendoza), el arquero Serrano (Racing de Córdoba), De Vicente (River), más los chicos del club que eran Baena, Scotto, Cascini y Alfaro Moreno, entre otros.
- ¿Cómo fue el impacto de llegar a River?
- River venía de salir campeón, me encontré con un excelente equipo, tuve la suerte de estar 3 años muy lindos, salimos subcampeones de la Copa Sudamericana y campeones del Apertura en el año 91´. Teníamos un equipo muy competitivo, con un gran técnico como Passarella. Para mí, las presiones por jugar en un equipo de primera división de AFA son todas iguales, ya sea con la camiseta de Boca, River, Platense o Huracán. Son mentiras eso que dicen que las casacas de los equipos grandes son más “pesadas”. Uno siempre tiene que salir a dar lo mejor y para el hincha su club es el más importante, entonces la responsabilidad es la misma. Además, lo digo con conocimiento de causa porque viví el fútbol en varios países, estoy orgulloso de haber jugado 20 años en el fútbol argentino, que es la liga más difícil del mundo por lo competitiva.
- ¿Y después de River donde fue a jugar?
- Ahí empecé mi campaña en el Nacional “B”, estuve en Atlético Rafaela, Unión de Santa Fe, San Martín y Atlético (ambos de Tucumán), Nueva Chicago y me retiré a los 38 años en Deportivo Morón. Quizás podía haber jugado un par de temporadas más pero en el último club estuve 5 meses sin cobrar, pensé que ya a esa altura de mi carrera no era necesario soportar eso y hacer el sacrificio después de tantos años jugando en el primer nivel. Me retiré en un partido televisado, Morón vs. Almirante Brown, en el cual me eligieron la figura de la cancha. Cuando llegué a casa le dije a mi hijo que ya había tomado la decisión de no jugar más.
- ¿Cuándo comenzó su trayectoria como entrenador y por qué clubes lo llevó?
- Hice todos los deberes (risas), mi carrera como técnico fue muy larga y linda también. Arranqué por la “B” Metropolitana en San Telmo, luego me fui al Argentino “A” con Patronato (Paraná), de ahí al Nacional “B” Instituto (Córdoba), después la Selección de Haití. Luego me habló “Quique” Hrabina para hacer una dupla, agarramos a Almagro en el último lugar de la tabla y lo ascendimos a primera. De ahí nos fuimos a Paraguay para dirigir a Guaraní, donde también tomamos al equipo último y lo clasificamos a la Copa Sudamericana terminando en el 2° puesto en el torneo. Luego continué sólo porque “Quique” no podía seguir laburando así que me fui a Universitario (Perú). Después me vine a Platense, Almagro, Aucas (Ecuador), posteriormente volví a Argentina para dirigir a Atlético Rafaela, luego a Talleres (Córdoba), Boca Unidos (Corrientes), después volví a irme para tomar a Olmedo (Ecuador), retorné a nuestro país para conducir a Defensores de Belgrano, San Martín (Tucumán), Chaco For Ever, luego otra vez a Ecuador para dirigir al Manta y volví a Platense. Actualmente soy el manager del club “Calamar”.