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“SOY DE ADEV PERO SIENTO UN AFECTO ESPECIAL POR SARMIENTO YA QUE ME BRINDÓ UN MONTÓN DE COSAS”

Eduardo Vuoto, el 1° abajo, a la izquierda con la casaca de Desamparados

Aunque es hincha de ADEV y también jugó varios años en la institución azul, Eduardo Vuoto dejó su sello en Sarmiento y es muy querido por ex compañeros y simpatizantes. Se destacaba por su velocidad y capacidad goleadora, pero reconoce que convirtió mucho gracias a los excelentes jugadores con quienes compartió equipo. También integró Salud Pública en la “B” logrando el ansiado ascenso. Su pasión por el relato deportivo lo hizo abandonar el fútbol mucho antes de lo deseado. Diario EL PUEBLO lo entrevistó así.

- ¿Cuándo comenzaste a acercarte a la práctica futbolística?
Cuando tenía 9 años me fui a vivir a la casa de mis abuelos que estaba ubicada en 25 de Mayo y Belgrano (barrio Villa Pedro). Enfrente, la mitad de la manzana era un inmenso baldío y allí armamos la canchita donde nos divertíamos jugando prácticamente todo el día salvo el horario en el cual teníamos que ir a la escuela. Recuerdo que cortamos unos troncos más o menos parejos y construimos los arcos, bastante precarios, al punto que una vez, luego de un pelotazo en el travesaño, éste se quebró y menos mal que no le pegó en la cabeza al arquero, sino que lo impactó en el hombro y gracias a Dios la cosa no pasó a mayores. La mayoría de mis compañeros después terminaron jugando en Barrio Sud, como Adalberto “Chispa” Álvarez, los hermanos Zabala y “Moacir” Robledo. 


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¿Cómo terminaste fichándote en ADEV y luego pasando a Sarmiento cuando vivías muy cerca de Barrio Sud?
Aunque mucha gente cree que soy de Sarmiento porque jugué varios años allí, toda la vida fui hincha de ADEV. Sucede que mis padres eran de ADEV, mamá inclusive estuvo en la comisión directiva, entonces me fiché en esa institución. Como no existía el fútbol infantil, se jugaban campeonatos de baby fútbol. Don César Douglas Lobbosco organizó un torneo en lo que era la vieja “cancha de polo”, donde hoy está el Plan Alborada. Era para chicos de hasta 13 años y cada equipo podía incluir un jugador de 14. Yo tenía esa edad y me invitaron algunos amigos para jugar. Tengo un gran recuerdo del certamen, porque salimos campeones con ese equipo, que se llamaba “Diario El Pueblo”. Luego, don César me preguntó si estaba afiliado a algún club, le dije que no y me ofreció ficharme en ADEV. Acepté y ese mismo domingo fui con mi mamá a firmar el libro en la Liga, que funcionaba en la avenida Rocamora. A la tarde debuté en la 4° división de ADEV contra Libertad en la vieja “Cancha de las Chapas” en Villa Domínguez. Me fui bien porque pude convertir, creo e insisto que los goleadores nacen, no se hacen y considero que no tiene ningún mérito especial (lo digo por mí), porque uno siempre ha tenido la suerte de que pegándole aún mal la pelota entrara igual contra un palo o en un ángulo. Mi caso es muy parecido al de Miguelito Rodríguez de Parque, porque (lo digo con todo respeto) nos veían correr en la cancha y decían “a estos no los vamos a marcar” y ambos nos cansamos de hacer goles.

¿En qué posición de la delantera te sentías más cómodo?
En realidad yo jugaba de “número 9” pero en ADEV tenía unos “monstruos” jugando conmigo, sino nunca hubiera podido convertir los goles que hice. Digo la verdad, porque si yo quería gambetear en la mitad de la cancha lo más probable es que me hiciera un nudo (risas). En ADEV tenía a talentos a mi lado como “Pelusa” Blanco, “Tukina” Monzón, el japonés Iraí, “Bocucha” Godoy o Carlitos Domínguez. Y en la defensa a baluartes como Miguelito Cachenot y “Vasco” Azogaray. A mí me favorecía el contragolpe porque era muy rápido y le pegaba con las dos piernas. Tuve la suerte de jugar al lado de cracks de verdad como “Pelusa” Blanco y aún en silla de ruedas igual hubiera hecho goles, porque era un fenómeno. En ADEV jugué desde los 14 hasta los 19 años. El logro más importante con la camiseta azul fue un campeonato que le arrebatamos a Delio Panizza en Villa Clara, cuando con el empate ellos eran campeones. De hecho habían organizado una fiesta pero terminamos ganando 1-0 con gol de Luis “Palancha” Palacios y consagrándonos nosotros. Me costó ser titular en ADEV porque “Baby” Chaires era el DT y me mandaba al banco. Yo no tenía problemas pero un día le dije que me ponga en reserva porque quería jugar y después me sentaba entre los suplentes en primera. Entonces me puso en reserva y anduve tan bien que me citó “Pedrín” Escobio para integrar la Selección de la Liga. Después se armó un lío bárbaro entre el DT y la comisión, por lo cual el domingo siguiente cuando fui a jugar en reserva, me dijo “Baby” que estaba entre los titulares de la primera. Eso se lo tengo que agradecer a “Pedrín”. Al año siguiente, el técnico de la Liga fue Juan Ángel Méndez y también me convocó.

¿Cómo se dio el pase de ADEV a Sarmiento, el clásico rival de toda la vida?
A los 19 años, tuve la posibilidad de ir a probarme a Los Andes, que jugaba en la primera B de AFA. Me fue muy bien en la prueba pero cuando vine a buscar el pase ADEV no me lo dio. Entonces me quedé jugando seis meses en Buenos Aires en el “Mil Rayitas”, pero con otro nombre y apellido, ya que por consejo de los dirigentes, lo hice con un DNI prestado. Convertí varios goles, por lo cual tengo un excelente recuerdo. Pero no me gustó la actitud de los directivos de ADEV, me ofendí y no quise jugar más. Medio año después, David Ferrari me invitó a jugar en Sarmiento. Me dijo que ya había hablado con Lobbosco y que lo del pase estaba arreglado por 6 pares de botines. Así fue que me puse la camiseta de Sarmiento, donde encontré un grupo bárbaro, no me costó adaptarme y jugué varios años en el “Rojo”. Allí también tuve excelentes compañeros, en la delantera junto a “Fredy” Sotelo y Darío Rovetta nos entendíamos muy bien. Con una tremenda generosidad, ellos hicieron que los tres convirtiéramos muchos goles. Además, tuve la posibilidad de compartir equipo con grandes jugadores y tipos bárbaros como “Tero” Ferrer, Daniel Arabí, “Chito” Abdeneve, “Caio” Esteybar, “Roly” Mendoza, “Pirulo” Colonessi, “Garza” Delgadino, “Vitamina” Fabricius, “Monito” Ojeda. También teníamos a un técnico como “Perita” Buet, a quien admiro y respeto. Fue una época hermosa, aún hoy siento un afecto especialísimo por el club y su gente, ya que me brindó un montón de cosas, por eso muchos villaguayenses creen que soy hincha de Sarmiento. Con la mayoría de los ex compañeros nos encontramos en las fiestas aniversario de la institución. Casualmente cumplo años el 24 de abril, el mismo día que el club Sarmiento. Creo que lo más importante más allá de los goles y los campeonatos logrados son los amigos que nos han quedado.

También jugaste en los tradicionales campeonatos de los barrios.
Sí, cuando se hacía en categoría Juveniles jugué para Spur Cola, Desamparados y Simón Bolívar Juniors.

¿A qué edad dejaste de jugar?
Abandoné muy joven, a los 24 años, porque había empezado a transmitir a través de LT27 el fútbol de primera de la Liga Villaguayense. Era algo que me apasionaba y a partir de ahí mi vida giró en torno al periodismo. Un tiempo después “Cachito” Donadille me invitó y jugué una temporada en Salud Pública en la “B”, anduvimos bien, salimos campeones y logramos el ascenso. Luego me fui a trabajar a Buenos Aires, donde jugué campeonatos barriales y después vine a Gualeguaychú, ahí jugué en Independiente y en Tiro Federal.

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