Víctor Enrique Velázquez fue uno de los delanteros más potentes del fútbol de Villaguay. El “Torpedo” vistió las camisetas de Deportivo Villaguay, Policial y Central Independiente. Una de sus principales virtudes era el cabezazo, vía por la cual concretó numerosos goles. Aún hoy con 64 años, es un ejemplo porque sigue jugando y con buen nivel para el equipo de Deportivo Villaguay en superveteranos. EL PUEBLO lo entrevistó de esta manera.
- ¿En qué barrio naciste y en qué campito jugabas a la pelota cuando eras chico?
- Soy oriundo del barrio San Judas, ahí viví hasta los 5 años y luego mi viejo compró un terreno en calles Montenegro y Concordia, o sea en el límite de San Judas y el barrio Pompeya. Mi primera escuela fue la N° 3 Francisco Podestá, ahí empezamos a jugar al fútbol en los recreos con los nenitos del barrio. Después me fui a la ex escuela N° 71, hoy N° 87 Luis Piedrabuena, donde también participamos en distintos eventos deportivos escolares. En la escuela N° 3 había una cancha donde practicábamos junto a “Coroco” Velázquez, “Tito” Luna y “Vasco” Sánchez. También jugábamos en la cancha denominada Los Eucaliptos, en calle Hermelo y en un campito en Rocamora y 9 de Julio. Despué también practiqué atletismo en Paraná: era velocista, 100, 200, 300 y 400 metros en el club Estudiantes. Corríamos con zapatillas con clavos y la pista era de ladrillo molido.
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- ¿Y cómo arrancó tu trayectoria a nivel clubes?
- Mi viejo era hermano de Juan Ledesma y tesorero del club Deportivo Villaguay, por lo cual me fichó en esa entidad y comencé a jugar en la 4° división. Como faltaban delanteros, me citaron en primera y debuté con 16 años en la cancha que se llamaba “La Pileta”, que era propiedad de San Lorenzo. Nuestro técnico era “Coco” Cáceres y un tiempo después tomó la conducción “Tino” Larrosa. Conmigo jugaban entre otros el “Negro” García, Huguito Ferreyra, René Gauna, “Pulga” Bentos, “Chicharra” Farías, el “Turco” Abdeneve (papá de Luis), el “Negro” Julio Velázquez y el correntino Tabarez. Jugué 3 años en Deportivo y después, Bérgamo y Errasti me ofrecieron ir a préstamo al club Policial. Como Deportivo necesitaba indumentaria, el pase mío se hizo por un juego completo de camisetas, pantalones, medias y algunos botines. Luego se hizo pase definitivo. En mi período como juvenil fui convocado para un torneo Entrerriano que se llamaba “Rumbo al Mundial 78”, bajo la dirección técnica de “Pepe” Carmona y “Juancho” Duré. Jugamos en la cancha de Libertad (Concordia), hicimos un gran certamen y perdimos la final contra el equipo dueño de casa. Recuerdo que en el elenco concordiense atajaba el “Gordo” Scala.
- ¿Cómo te fue con el cambio de aire tras pasar de Deportivo a Policial? - Me encontré con un equipo bastante bien formado, donde estaban entre otros “Leo” Estigarrible, Álvarez, “Bocha” Monzón, “Tito” Luna y Piriz. Compartí la delantera con “Tico” Verón y “Linterna” Ojeda. Con Policial hicimos muy buenas campañas, teníamos un gran apoyo por parte de la comisión directiva, pero había equipos muy fuertes en la Liga Villaguayense. Perdimos una final contra Unión y Fraternidad en San Salvador y luego nos fuimos al descenso, pero ascendimos al año siguiente, ganándole en el partido decisivo al club Gualeguay. En la mayoría de los torneos estuvimos peleando al tope de la tabla de posiciones. El técnico siempre fue don Rubén Bérgamo, pero en distintas épocas tuvo a Moreyra o “Juancho” Portillo como ayudantes de campo.
- Además de la velocidad y la potencia, que fueron tus características principales, también te destacabas por el cabezazo. ¿Cuál era tu secreto para lograrlo? - Cuando era chico, en el fondo de mi casa había un paredón y me entrenaba con una pelota de goma. La hacía rebotar en la pared y luego la cabeceaba, eso me sirvió mucho para mejorar y direccionar el impacto con la cabeza. A veces tenía la suerte de entrenar con “Chenga” Ribas, famoso arquero de Parque, quien nos enseñaba a pegar el golpe con las distintas partes de la cabeza. También en ocasiones colgaba una pelotita de las ramas de los árboles y trataba de elevarme para cabecearla. Además gracias a mi físico grandote me ayudaba al momento de saltar para ganar la posición entre los defensores y poder cabecear. Convertí muy buenos goles de cabeza, recuerdo varios pero uno especial fue cuando con la Selección de Villaguay de mayores le ganamos un partido a Patronato en cancha de Barrio Sud. Para ellos atajaba Osoro, un arquero de Concepción del Uruguay. El “Gringo” Mohr (de Villa Clara) desbordó por la derecha, tiró el centro al primer palo y yo que venía a la carrera, me anticipé a Osoro para lograr el 1-0. Con ese cabezazo ganamos. Con el paso de los años uno va aprendiendo a meter el cuerpo. Yo a los defensores me les tiraba por la derecha y los esquivaba en velocidad con una gambeta o un pique largo para desbordar, llegar al fondo y tirar el centro atrás para que conviertan mis compañeros. O cuando podía me iba en diagonal y definía. Por ejemplo, jugando en la Liga, “Fierrito” Almada me ponía muy buenas pelotas para picar de esta manera. Me sentía más cómodo jugando por la derecha que de “número 9” porque me gustaba tener más contacto con la pelota. También me entendía muy bien con “Leo” Estigarrible, con quien jugamos juntos en la Liga Independiente, en Peñarol y en la Oficial, en Policial.
- ¿Cómo siguió tu carrera posteriormente?
- Después de Policial, anduve por La Paz, donde jugué en un equipo que se llamaba El Cañoncito. Luego tuve una propuesta del Sr. Ángel Figueroa, un destacado empresario de Villaguay, quien me comentó que tenía ganas de fundar un club y de esta manera nació Central Independiente. El primer año entramos sólo con 12 jugadores y en la temporada siguiente buscamos refuerzos de todos los clubes y formamos un equipo competitivo: “Piri” Verón, Darío Rovetta, Luis Forsatti, “Cacho” Luna, Juan Barzán y “Tico” Verón entre otros. Anduvimos muy bien, ganamos el ascenso y jugamos en la “A”. Figueroa hizo una hermosa cancha que tenía todas las condiciones requeridas para ingresar en un torneo Nacional, que era el gran sueño de don Ángel, un verdadero visionario. Lamentablemente no se lo apoyó en la Liga Villaguayense y esa ilusión de poner a nuestro fútbol en un lugar más alto quedó trunca. En Independiente también tuve la posibilidad de iniciar inferiores. La mayoría de los gurises llegaron a primera. Un tiempo después también fui director técnico de fútbol infantil en el club Gualeguay.
- Cumpliste una dilatada trayectoria en veteranos, super y que continúa actualmente.
- Jugué hasta los 35 años en primera y después comencé en veteranos de Independiente, que era un equipo “B” de Sarmiento. Estuve un año y luego pasé a Deportivo Villaguay, donde teníamos un equipazo y ganamos 5 campeonatos. Después pasé a La Academia, el equipo de Jorge “Piojillo” Fernández, ya en categoría super veteranos. Años después me fui a Libertad de Villa Domínguez, donde estuve 6 años y también logramos el título con un gran equipo. Luego pasé a Deportivo Villaguay, donde juego hasta el día de hoy, sin muchas pretensiones aunque estoy bien físicamente como para jugar varios minutos y ayudar en lo que pueda a mis compañeros convirtiendo o dando algún pase gol.
- Mi viejo era hermano de Juan Ledesma y tesorero del club Deportivo Villaguay, por lo cual me fichó en esa entidad y comencé a jugar en la 4° división. Como faltaban delanteros, me citaron en primera y debuté con 16 años en la cancha que se llamaba “La Pileta”, que era propiedad de San Lorenzo. Nuestro técnico era “Coco” Cáceres y un tiempo después tomó la conducción “Tino” Larrosa. Conmigo jugaban entre otros el “Negro” García, Huguito Ferreyra, René Gauna, “Pulga” Bentos, “Chicharra” Farías, el “Turco” Abdeneve (papá de Luis), el “Negro” Julio Velázquez y el correntino Tabarez. Jugué 3 años en Deportivo y después, Bérgamo y Errasti me ofrecieron ir a préstamo al club Policial. Como Deportivo necesitaba indumentaria, el pase mío se hizo por un juego completo de camisetas, pantalones, medias y algunos botines. Luego se hizo pase definitivo. En mi período como juvenil fui convocado para un torneo Entrerriano que se llamaba “Rumbo al Mundial 78”, bajo la dirección técnica de “Pepe” Carmona y “Juancho” Duré. Jugamos en la cancha de Libertad (Concordia), hicimos un gran certamen y perdimos la final contra el equipo dueño de casa. Recuerdo que en el elenco concordiense atajaba el “Gordo” Scala.
- ¿Cómo te fue con el cambio de aire tras pasar de Deportivo a Policial? - Me encontré con un equipo bastante bien formado, donde estaban entre otros “Leo” Estigarrible, Álvarez, “Bocha” Monzón, “Tito” Luna y Piriz. Compartí la delantera con “Tico” Verón y “Linterna” Ojeda. Con Policial hicimos muy buenas campañas, teníamos un gran apoyo por parte de la comisión directiva, pero había equipos muy fuertes en la Liga Villaguayense. Perdimos una final contra Unión y Fraternidad en San Salvador y luego nos fuimos al descenso, pero ascendimos al año siguiente, ganándole en el partido decisivo al club Gualeguay. En la mayoría de los torneos estuvimos peleando al tope de la tabla de posiciones. El técnico siempre fue don Rubén Bérgamo, pero en distintas épocas tuvo a Moreyra o “Juancho” Portillo como ayudantes de campo.
- Además de la velocidad y la potencia, que fueron tus características principales, también te destacabas por el cabezazo. ¿Cuál era tu secreto para lograrlo? - Cuando era chico, en el fondo de mi casa había un paredón y me entrenaba con una pelota de goma. La hacía rebotar en la pared y luego la cabeceaba, eso me sirvió mucho para mejorar y direccionar el impacto con la cabeza. A veces tenía la suerte de entrenar con “Chenga” Ribas, famoso arquero de Parque, quien nos enseñaba a pegar el golpe con las distintas partes de la cabeza. También en ocasiones colgaba una pelotita de las ramas de los árboles y trataba de elevarme para cabecearla. Además gracias a mi físico grandote me ayudaba al momento de saltar para ganar la posición entre los defensores y poder cabecear. Convertí muy buenos goles de cabeza, recuerdo varios pero uno especial fue cuando con la Selección de Villaguay de mayores le ganamos un partido a Patronato en cancha de Barrio Sud. Para ellos atajaba Osoro, un arquero de Concepción del Uruguay. El “Gringo” Mohr (de Villa Clara) desbordó por la derecha, tiró el centro al primer palo y yo que venía a la carrera, me anticipé a Osoro para lograr el 1-0. Con ese cabezazo ganamos. Con el paso de los años uno va aprendiendo a meter el cuerpo. Yo a los defensores me les tiraba por la derecha y los esquivaba en velocidad con una gambeta o un pique largo para desbordar, llegar al fondo y tirar el centro atrás para que conviertan mis compañeros. O cuando podía me iba en diagonal y definía. Por ejemplo, jugando en la Liga, “Fierrito” Almada me ponía muy buenas pelotas para picar de esta manera. Me sentía más cómodo jugando por la derecha que de “número 9” porque me gustaba tener más contacto con la pelota. También me entendía muy bien con “Leo” Estigarrible, con quien jugamos juntos en la Liga Independiente, en Peñarol y en la Oficial, en Policial.
- ¿Cómo siguió tu carrera posteriormente?
- Después de Policial, anduve por La Paz, donde jugué en un equipo que se llamaba El Cañoncito. Luego tuve una propuesta del Sr. Ángel Figueroa, un destacado empresario de Villaguay, quien me comentó que tenía ganas de fundar un club y de esta manera nació Central Independiente. El primer año entramos sólo con 12 jugadores y en la temporada siguiente buscamos refuerzos de todos los clubes y formamos un equipo competitivo: “Piri” Verón, Darío Rovetta, Luis Forsatti, “Cacho” Luna, Juan Barzán y “Tico” Verón entre otros. Anduvimos muy bien, ganamos el ascenso y jugamos en la “A”. Figueroa hizo una hermosa cancha que tenía todas las condiciones requeridas para ingresar en un torneo Nacional, que era el gran sueño de don Ángel, un verdadero visionario. Lamentablemente no se lo apoyó en la Liga Villaguayense y esa ilusión de poner a nuestro fútbol en un lugar más alto quedó trunca. En Independiente también tuve la posibilidad de iniciar inferiores. La mayoría de los gurises llegaron a primera. Un tiempo después también fui director técnico de fútbol infantil en el club Gualeguay.
- Cumpliste una dilatada trayectoria en veteranos, super y que continúa actualmente.
- Jugué hasta los 35 años en primera y después comencé en veteranos de Independiente, que era un equipo “B” de Sarmiento. Estuve un año y luego pasé a Deportivo Villaguay, donde teníamos un equipazo y ganamos 5 campeonatos. Después pasé a La Academia, el equipo de Jorge “Piojillo” Fernández, ya en categoría super veteranos. Años después me fui a Libertad de Villa Domínguez, donde estuve 6 años y también logramos el título con un gran equipo. Luego pasé a Deportivo Villaguay, donde juego hasta el día de hoy, sin muchas pretensiones aunque estoy bien físicamente como para jugar varios minutos y ayudar en lo que pueda a mis compañeros convirtiendo o dando algún pase gol.