El Barba se acomoda la túnica y se sienta en un palco, mientras los ángeles guardan el ticket de la entrada en los bolsillos y ya se ubican en la tribuna detrás del arco que da a un hermoso lago. En instantes el partido va a comenzar, mientras se escuchan los acordes de la música desde los parlantes del viejo Rambler de Gabriel Calixto Peralta.
Apenas llegaste, el director técnico te dijo que te cambiaras que ibas de titular, antes les había avisado a todos los muchachos del plantel que “iba a venir un refuerzo de lujo” para encarar el resto del campeonato y todos los que vendrán. Un delantero temible, muy difícil de marcar, de inmenso portento físico, gran potencia y que no daba por perdida ninguna pelota. Que brilló en la Tierra desde sus partidos iniciales allá por fines de la década del 60´ y albores de la del 70´ en la primera división de un club de fútbol amateur con camiseta rojinegra denominado Barrio Sud, oriundo del centro de Entre Ríos, Argentina, y cuyos colores defendió también en el básquet y en las bochas.
Le decían simplemente “Pirulo”, escondiendo detrás de ese apodo un nombre poco común: Silverio. Arranca el partido y enseguida te parás en tu hábitat, allá arriba, muy cerca de los dos centrales del equipo rival, como referente de área, esperando recibir la pelota de espaldas al arco, descargar en un compañero y volver a arremeter con tu fiereza contra la defensa adversaria. Lo bueno es que en éste, tu nuevo equipo, te encontraste con una numerosa cantidad de amigos y ex compañeros.
Arrancando por la dupla técnica, que está integrada por los hermanos “Licho” y “Pepe” Carmona, continuando con el arquero Jorge Zapata, el lateral sobre la punta izquierda es “Cascarita” Zabala, la sobriedad en la línea defensiva está a cargo de “Lalo” Estigarribia y la fortaleza en “Poro” Acosta, la calidad en el mediocampo desplegada por “Tati” Moreyra y “Manengo” Ferreyra y como compañero de delantera tenés nada menos que al “Perro” Celestino Bernabé Rodríguez. Y en el banco de suplentes está esperando para entrar otro recién llegado, “Quique” Luján, junto a “Pilungo” Echániz, Pineda y Molero. Todos están felices de volver a jugar con vos, de volver a escuchar tu increíble vozarrón, de volver a abrazarte luego de un gol, de tenerte en el equipo.
Regaste con tu sudor el césped del “Justo Ramón Ramírez”, uno de los inoxidables templos del fútbol villaguayense, el cual sin dudas te va a extrañar, como así también su fiel legión de simpatizantes, aunque muchos de ellos ya disfrutan de tus goles allá en el cielo. Y sino, decíselo al “Polaco” Barreto o al “Chacra” Hoet, que gritan hasta quedarse afónicos con los dedos atornillados al tejido.
También inflaste redes con la camiseta de la Selección de la Liga y pegaste “chantas” junto a “Moncho” Monzón durante una cantidad de años en todas las canchas de la Asociación de Bochas Villaguay. Volverán a la memoria cada noche en la sede del club rojinegro las anécdotas de los largos fines de semana de “costeadas” con amigos y por supuesto, teniéndote a vos como protagonista.
La verdad que podrías escribir un manual sobre cómo se hace a lo largo de toda la vida para tener una plena identificación con un mismo club, como ese enorme corazón barriosurista que latió con fuerza tantas veces para conseguir un gol, lograr una victoria o festejar un campeonato.
Y el partido continúa, sale desde el fondo “Lalo” Estigarribia dejando a un rival en el camino, descarga el balón para “Manengo” Ferreyra, quien amaga para un lado y sale para el otro, mete el pase profundo para “Celengo” Rodríguez, que corre por la punta con la velocidad de un cometa, le sale un defensor, lo esquiva con una gambeta y saca el centro para el gran “Pirulo”, quien la duerme en el pecho… La pelota se eleva y el tiempo parece detenerse… mientras el balón cae lentamente, Silverio Ribas gira sobre su propio eje para impactar al balón de lleno, con todo el empeine del pie derecho y clavar un furibundo remate que se incrusta en el arco moviendo la jaula de piola para luego dar rienda suelta al festejo. Desde la cabina de transmisión, el comentario de Juan José Suárez que cierra con un “qué manera de debutar Loco eh!!”. La parcialidad se pone de pie para aplaudir semejante golazo e imaginándose los que van a venir, porque “Pirulo” va a continuar haciendo goles por toda la eternidad…