Hugo Isaak sorprendía a todos con su increíble talento para realizar reportajes a cuanto personaje público se le pusiera enfrente, incluido a un Presidente de la Nación. Su fama creció al ritmo de la calidad de sus trabajos. La gente lo seguía en sus programas a través de LT27 Radio La Voz del Montiel. Se fue a estudiar abogacía a Santa Fe, pero el periodismo era lo que ocupaba su mente y luego de varios años en LT9 y LT10 decidió fundar su propia empresa de producción y publicidad. A través de ella logró el seguimiento de los deportistas santafesinos por todo el mundo.
- Transcurría la última parte de la escuela primaria, donde teníamos determinadas materias optativas, entre ellas el periodismo, ahí fue donde me “picó el bichito”. Manuel Esquivel y Carlos De Meyer hacían un programa en mi querida LT27 al que yo (con 12 o 13 años) concurría con algunos amigos. Con el paso de los meses fui el único que quedó porque hablar por la radio era realmente lo que me gustaba. Así arranqué y tengo fotos de aquella época en las cuales estoy entrevistando a personalidades que concurrían al encuentro entrerriano de folklore, como Luis Landriscina y Horacio Guarany. Después, ya a los 14 o 15 años tenía programas propios en la radio de Villaguay. Recuerdo que grababa boletines y notas periodísticas que me interesaban de las emisoras de Buenos Aires y las pasaba en limpio a mano, con birome y papel para tener información. En aquel tiempo también contábamos con el servicio de teletipo, que era una máquina que escribía las noticias, una especie de dispositivo telegráfico que para la época (década del ‘70) era maravilloso. En esa época, Pedro Luis Raota me llevó durante una semana a Buenos Aires para que yo cubriera todas sus actividades. Incluso estuvo invitado al programa de Mirtha Legrand, fui con él y le realicé una entrevista. Los recuerdos de aquellos años (que después marcarían mi futuro) son inolvidables. Viajábamos a toda la provincia para hacer transmisiones de automovilismo y yo hacía las notas en los boxes con los pilotos. Obviamente que no existía la telefonía celular; las comunicaciones se hacían mediante equipos VHF y VLU. Le poníamos todo el entusiasmo y salían bárbaras, pero el esfuerzo era increíble.
- La educación que me brindaron no sé si tenía que ver estrictamente con el periodismo pero sí en cuanto a apoyar absolutamente todo lo que a mí se me ocurría, desde el día en que quise tener un grabador y rápidamente me lo compraron, el cual todavía conservo. No sólo eso sino que también tengo las cintas; de hecho he pasado material que tengo guardado de aquella época. Siempre sentí el apoyo de mis padres. Mi viejo era el gerente de una cooperativa, el Fondo Comunal de Villa Domínguez, y cuando tenía que asistir a alguna reunión donde estaban presentes las más altas autoridades, me llevaba para que yo hiciera mis entrevistas. Por eso a los 13 años le hice nota al Presidente de la Nación, Alejandro Lanusse. Papá me había llevado a Concordia porque venía el presidente y como el Brigadier [Ricardo] Favre, que era el gobernador de Entre Ríos ya me conocía porque lo había entrevistado, al único periodista que dejó pasar fue a mí. Y todo eso salió en los diarios de Buenos Aires, que un nene de 13 años había entrevistado al presidente. Por esta razón, “Pipo” Mancera me invitó para hacerme un reportaje en su programa Sábados Circulares como el “niño prodigio” del periodismo argentino. En cuanto a la lectura, todo libro o revista que se me acercaba era para mí un deleite y disfrutaba de estar informado. Eso fue así en todas las etapas de mi vida.
Hugo Isaak nació en Villa Domínguez y a los 7 años vino a Villaguay junto a sus padres Nicen y Sara (“Beba”). Tiene un hermano, Abel, que es médico y vive en Villa General Belgrano (Córdoba). Sus padres fallecieron en 2009. Hugo está casado desde hace 35 años con su mujer de toda la vida, María Ester. Tiene dos hijos, Aldana de 33 años (estudió Comunicación Social y se especializa en redes sociales como comunity manager) y Joel, de 29 (abogado especialista en derecho administrativo).