Hace un poco más de hace 20 años, mas exactamente el 25 de septiembre del año 2000 publiqué mi primer artículo en este diario cuyo título era “El Sistema de Médicos de Cabecera del PAMI y sus dudas”.
Desde entonces con mayor o menor intensidad, he participado desde una columna de opinión en la amplia propuesta del diario a la ciudad y la región.
En las últimas dos semanas El Pueblo ha debido otorgar las vacaciones de ley a su personal, con la consecuente interrupción de la edición diaria del periódico por el mismo lapso. Confieso que he extrañado hojear sus páginas, enterándome de los últimos números del COVID, las pequeñas catástrofes de la ciudad y región y las grandes del país.
Ese tiempo sin recibir nada bajo mi puerta por las mañanas (salvo las cuentas que llueven a fin de año) se hizo mas largo lo que lo esperaba.
Nuestro perro, una pequeña bestia llamada Indio -con la necesaria indulgencia del INADI- le ha declarado una guerra particular al chango que distribuye el diario en bicicleta y al propio diario dejado bajo la puerta.
Si el Indio está sentado afuera, en la vereda de casa, el repartidor del periódico ni se acerca, pues ha habido luchas territoriales en el pasado cercano que ambos preferirían evitar en el presente.
En ocasiones se ve que el distribuidos vuelve más tarde cuando el perro está adentro lo que le permite cumplir con la entrega del diario arrollado y pasado a medias bajo la puerta rápidamente.
Cuando el Indio oye el ruido del deslizamiento acude ladrando, pisa y rasca la primera plana de El Pueblo y en ocasiones la destroza, con lo cual me pierdo las noticias de portada. También me pierdo el resultado del Brinco y las Tómbolas Nacional, de Entre Ríos y Santa Fe por estar detrás de la portada en le pagina 2. Aclaro de entrada que soy fanático seguidor del 396.
En calle Balcarce y 9 de Julio, la Sra Yolanda a cargo del local de quiniela es amiga, lectora de El Pueblo y conocedora de los artículos de mi autoría que periódicamente se publican. Tenemos una rutina timbera.
Ella, su con su proverbial amabilidad, según me ha confesado, siempre coincide con las opiniones que vierto en esas crónicas y yo por mi parte siempre le exijo en vano que interceda para que algún día salga el 396 a la cabeza a quien atribuyo la disminución de mi patrimonio.
Siempre que leo el diario masticado intento rescatar del desastre al Horóscopo, destruido por el Indio, para al menos descubrir las predicciones de mi signo que siempre prometen fortuna en cualquier momento (¿María, estás segura que cambian a eso a diario?).
No importa, yo insistiré con fidelidad total al 396 mientras viva.
También extraño las noticias de Sociales porque puedo conocer a personas del pueblo, enterarme de los egresados, los cumpleaños, otras buenas y malas noticias.
Siempre me sorprendo con la Sección Deportes, por su amplitud, fotografía y la cantidad de deportistas originarios de la ciudad que andan por el mundo.
Extraño también la seccion “Hermanas”, aquella página entera producida por damas cultoras del feminismo. Ya sé que fue difícil legitimar ese espacio mensual en un pequeño pueblo como en el que vivimos. La producción de esa columna mensual siempre me pareció un soplo de aire fresco rescatando a la mujer con una audacia y con un discurso que nunca vi atravesado en una página de El Pueblo en los últimos 20 años en que lo leo. Mi saludo desde aquí a estas mujeres cuyo estilo literario a muchos les pintó sauvage. Justo lo que a mí más me emocionaba.
Salud entonces a la redacción y autoridades del diario de Villaguay: necesitamos este periódico en esta ciudad. Y no aflojen, porque como dice Alejandro Sanz “despues de tí no hay nada...”
¡Preparemos el festejo del centenario, caramba!
_______________
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com
En las últimas dos semanas El Pueblo ha debido otorgar las vacaciones de ley a su personal, con la consecuente interrupción de la edición diaria del periódico por el mismo lapso. Confieso que he extrañado hojear sus páginas, enterándome de los últimos números del COVID, las pequeñas catástrofes de la ciudad y región y las grandes del país.
Ese tiempo sin recibir nada bajo mi puerta por las mañanas (salvo las cuentas que llueven a fin de año) se hizo mas largo lo que lo esperaba.
Nuestro perro, una pequeña bestia llamada Indio -con la necesaria indulgencia del INADI- le ha declarado una guerra particular al chango que distribuye el diario en bicicleta y al propio diario dejado bajo la puerta.
Si el Indio está sentado afuera, en la vereda de casa, el repartidor del periódico ni se acerca, pues ha habido luchas territoriales en el pasado cercano que ambos preferirían evitar en el presente.
En ocasiones se ve que el distribuidos vuelve más tarde cuando el perro está adentro lo que le permite cumplir con la entrega del diario arrollado y pasado a medias bajo la puerta rápidamente.
Cuando el Indio oye el ruido del deslizamiento acude ladrando, pisa y rasca la primera plana de El Pueblo y en ocasiones la destroza, con lo cual me pierdo las noticias de portada. También me pierdo el resultado del Brinco y las Tómbolas Nacional, de Entre Ríos y Santa Fe por estar detrás de la portada en le pagina 2. Aclaro de entrada que soy fanático seguidor del 396.
En calle Balcarce y 9 de Julio, la Sra Yolanda a cargo del local de quiniela es amiga, lectora de El Pueblo y conocedora de los artículos de mi autoría que periódicamente se publican. Tenemos una rutina timbera.
Ella, su con su proverbial amabilidad, según me ha confesado, siempre coincide con las opiniones que vierto en esas crónicas y yo por mi parte siempre le exijo en vano que interceda para que algún día salga el 396 a la cabeza a quien atribuyo la disminución de mi patrimonio.
Siempre que leo el diario masticado intento rescatar del desastre al Horóscopo, destruido por el Indio, para al menos descubrir las predicciones de mi signo que siempre prometen fortuna en cualquier momento (¿María, estás segura que cambian a eso a diario?).
No importa, yo insistiré con fidelidad total al 396 mientras viva.
También extraño las noticias de Sociales porque puedo conocer a personas del pueblo, enterarme de los egresados, los cumpleaños, otras buenas y malas noticias.
Siempre me sorprendo con la Sección Deportes, por su amplitud, fotografía y la cantidad de deportistas originarios de la ciudad que andan por el mundo.
Extraño también la seccion “Hermanas”, aquella página entera producida por damas cultoras del feminismo. Ya sé que fue difícil legitimar ese espacio mensual en un pequeño pueblo como en el que vivimos. La producción de esa columna mensual siempre me pareció un soplo de aire fresco rescatando a la mujer con una audacia y con un discurso que nunca vi atravesado en una página de El Pueblo en los últimos 20 años en que lo leo. Mi saludo desde aquí a estas mujeres cuyo estilo literario a muchos les pintó sauvage. Justo lo que a mí más me emocionaba.
Salud entonces a la redacción y autoridades del diario de Villaguay: necesitamos este periódico en esta ciudad. Y no aflojen, porque como dice Alejandro Sanz “despues de tí no hay nada...”
¡Preparemos el festejo del centenario, caramba!
_______________
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com