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Ignacio “Tato” García: “ME GUSTA MUCHO LA ÉTICA DE TRABAJO CON LA CUAL SE TOMA AL BÁSQUET, DE PARTE DE CHICOS Y ENTRENADORES”

A sus 15 años, luego de haberse construido en el minibásquet y en parte de las categorías formativas del Club Huracán de nuestra ciudad, Ignacio García partió hacia Córdoba para sumarse al Club Atenas, afrontando de esta manera el desafío más importante de su incipiente carrera como jugador de básquet.
 
Pasaron dos años y “Tato” mostró el temple y la disciplina necesaria para consolidarse en el club “Griego”, integrando el año pasado el equipo de Liga de Desarrollo de la institución cordobesa. A pesar de una realidad deportiva atravesada por la pandemia de Covid 19, el joven valor del “Globito” sigue entrenando a pleno para revalidar credenciales como uno de los valiosos proyectos villaguayenses.

- ¿Cómo viviste el desarraigo ya que te fuiste a Córdoba con sólo 15 años?

- En líneas generales la llevo bastante bien, no extraño tanto, vengo a Villaguay a visitar a mi familia una vez al mes o cada dos meses. Cada vez que puedo me hago una escapadita. Hace dos años que estoy en Atenas de Córdoba, llegar a ese club para mí fue cumplir un sueño, que en realidad nunca me había imaginado. Pero a la vez lo siento como una gran responsabilidad. Una vez que llegué acá me enfoqué en que tengo que aprovechar al máximo esta oportunidad, me propuse objetivos claros y me siento muy bien.


 

- ¿Cómo se desarrolló tu camino en estos dos años en Atenas?

- Cuando llegué al Club Atenas era muy chico, estuve viviendo en la pensión y lógicamente que fue difícil al principio, porque además de cambiar a Villaguay, que es una ciudad chica por Córdoba que es inmensa, ingresé en una institución nueva, con compañeros que no conocía. Tuve que trabajar mucho en los entrenamientos, ser constante y estar dispuesto al sacrificio para lograr que confíen en mí. Todas las circunstancias que viví adentro del básquet, tanto en Huracán como en Atenas me formaron como jugador y me hicieron la persona que soy hoy. Cuando llegué me recibió el entrenador de las divisiones inferiores, quien me explicó como son las cosas allá, como se manejaba el club. La gente de Atenas siempre me apoyó un montón y me enseñó a aprender a vivir en Córdoba. Me ayudó mucho que hayan guiado de esa manera, por lo cual me adapté rápido.

- ¿Qué cosas te llamaron más la atención?

- Creo que la pasión con la que se vive el básquet es lo que más me impactó, porque si bien en Villaguay también se siente fanatismo por el club, en Córdoba va más allá, es superior. También me gustó mucho la ética de trabajo con la cual se toma al básquet, de parte de los chicos pero sobretodo de los entrenadores, quienes están muy focalizados en lograr que los jugadores jóvenes mejoren su físico y también la parte mental. En Atenas aprendí e incorporé a mi juego muchas herramientas nuevas que antes no conocía. También como es lógico en una entidad de Liga Nacional, tanto el preparador físico, el kinesiólogo, como los médicos y entrenadores están a disposición nuestra en todo lo que nos esté pasando, para lo que necesitemos. Ese ámbito de sentirnos tan cuidados también me sorprende. Otra cosa que me llamó mucho la atención es entrenar en el “Polideportivo Cherutti”, ya que es enorme y tiene una historia muy importante. Para mí es un honor poder practicar allí, cada vez que entro en esa cancha me parece que es una experiencia inolvidable.

- ¿En qué cosas sentís que evolucionaste para convertirte en un jugador mejor?

- Trabajé mucho mi cabeza, mi concentración, lo cual considero que es una de las partes más importantes de un jugador de básquet. Obviamente además de la intensidad en el trabajo físico, que le puse una enorme voluntad para mejorar en ese aspecto. También mejoré en otras cosas que parecen mínimas y son solamente detalles de mi juego, pero no por eso menos importantes.


- ¿Qué torneos jugaste en estos dos años?

- Antes de la pandemia jugamos el torneo asociativo, el provincial en diferentes categorías y también llegué a disputar la Liga de Desarrollo. Después, cuando llegó la pandemia se hizo muy complicado volver a jugar, pero luego se organizaron dos torneos y en ambos pude integrar el equipo, uno local (el cordobés) y otro provincial. La experiencia de la Liga de Desarrollo estuvo excelente y fue muy motivante para mí. Siempre desde que llegué al club veía como jugaban los otros chicos más grandes con la camiseta de Atenas en las categorías más importantes y cuando me llegó el momento lo viví muy intensamente. Nuestra identidad como equipo es jugar de manera inteligente y siempre corriendo, con transiciones que llegan rápido y que se resuelven de la misma manera. En general, con todos mis compañeros me llevo muy bien.

- ¿Te acostumbraste a que los jugadores de nuestra ciudad te tomen como un referente?

- Por supuesto que sí y estoy a disposición para ayudarlos en lo que sea para que de esta manera puedan mejorar en su juego o cambiar algo de la forma en la que entrenan. Lo que noto mucho cada vez que vengo es que mis amigos, los ex compañeros de Huracán y otros chicos que juegan al básquet acá en Villaguay en distintos clubes me preguntan sobre las cosas nuevas que aprendo o cómo es el básquet en otras provincias, lo cual no me molesta para nada y está muy bueno porque demuestra que se interesan por mejorar.

- ¿Quién de los jugadores del plantel profesional tiene más contacto con vos?

- Tengo un compañero que vive en la pensión conmigo (Máximo Araujo, oriundo de San Francisco, Córdoba y con 19 años), que es parte del plantel de primera división de Atenas y obviamente es con él con quien mejor me llevo, quien más me ha aconsejado y guiado en este ámbito que hace dos años era tan nuevo para mí. Me llevo muy bien con todos los integrantes del equipo ya que hablo bastante con ellos, pero con Máximo, por ser quien vive conmigo, compartimos tantas cosas y pasamos tiempo juntos, me entiendo mucho más.

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