
Melina Flesler es una médica argentina que reside desde hace 21 años en Israel y trabaja en un laboratorio desarrollando drogas para el cáncer. Vive en la ciudad de KfarYona (muy cerca de Netanya) y tiene 3 hijos.
Su madre es oriunda de Villa Domínguez y su padre de Basavilbaso. La tensa situación debido al conflicto palestino-israelí por la Franja de Gaza llegó a un punto de agravamiento tal que el grupo Hamás atacó a Israel arrojando más de 1400 misiles en cinco días.
EL PUEBLO charló con Melina sobre el increíble contexto de violencia (directamente vivir bajo fuego) que están soportando en Israel.
- ¿Hace cuántos años que vive en Israel y a qué se dedica?
Su madre es oriunda de Villa Domínguez y su padre de Basavilbaso. La tensa situación debido al conflicto palestino-israelí por la Franja de Gaza llegó a un punto de agravamiento tal que el grupo Hamás atacó a Israel arrojando más de 1400 misiles en cinco días.
EL PUEBLO charló con Melina sobre el increíble contexto de violencia (directamente vivir bajo fuego) que están soportando en Israel.
- ¿Hace cuántos años que vive en Israel y a qué se dedica?
- Vivo acá desde hace más de 21 años, soy médica, parte de la residencia la hice en Israel y decidí venir a hacer también la especialidad. Actualmente estoy trabajando en una empresa farmacéutica, particularmente en el desarrollo de drogas para el cáncer. Soy divorciada, tengo tres hijos y vivo en un barrio cerca de Netanya.
- ¿Dónde nació y dónde estudió?
- ¿Dónde nació y dónde estudió?
- Nací en Berazategui, me crié en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Mis padres son de Entre Ríos. Mi mamá, Viviana Chajchir, es de Villa Domínguez y mi papá, Boris Ricardo Flesler, de Basavilbaso. Estudié medicina en la Universidad Maimónides de Buenos Aires.
- ¿Conoce Villa Domínguez, los pagos de su madre?
- ¿Conoce Villa Domínguez, los pagos de su madre?
- Sí, por supuesto, cuando éramos chicos viajábamos varias veces al año. Los restos de mis abuelos maternos (David Charchir y Sara Teper) están en el cementerio Israelita de San Gregorio y los de mis abuelos paternos (Marcos Flesler y Ester Fridman), en el de Baso. Siempre llevo a Domínguez y a Basavilbaso en mi corazón, y Entre Ríos es una provincia muy querida para mí.


- ¿Cómo están viviendo en Israel los ataques constantes por parte de Hamás?
- La situación está bastante complicada. Desde el martes de la semana pasada no estamos bien, el grupo Hamás desde la Franja de Gaza empezó a tirar misiles, esta vez fueron muchos, porque hasta el momento han sido más de 1400. En esta oportunidad llegaron mucho más lejos que otras veces, porque no es la primera vez que atacan a Israel. Yo vivo en una ciudad que se llama Kfar Yona y los misiles llegaron hasta acá. La situación no es fácil para los adultos ni para los chicos. Cuando escuchamos la alarma que avisa cuando se acerca un misil todos tienen que dejar inmediatamente de hacer lo que están haciendo y meterse en la habitación de seguridad. De acuerdo a la distancia de la Franja de Gaza con la ciudad en la que vive la gente tiene diferentes tiempos para llegar a los refugios. Pueden tener desde 15 segundos hasta 1 minuto y medio. Pero no todas las casas tienen habitación de seguridad, por esta razón hay lugares en los cuales deben caminar varios metros hasta poder entrar en refugios que son especialmente construidos para estas situaciones. Desde que comenzaron los bombardeos los chicos no concurren al colegio y estudian por Zoom. Pero los ataques no son lo único, porque ahora se sumaron también los hechos de violencia entre árabes y judíos dentro del país. Realmente esta es una circunstancia que provoca mucho dolor, porque acá estamos muy bien, tenemos una perfecta convivencia entre árabes y judíos, ya que trabajamos juntos y vamos a comprar a los mismos lugares. Por eso observamos con mucha tristeza la violencia que se genera en las calles, escenas en las cuales se tiran piedras, hay linchamientos. Creo que es mucho más duro ver eso que estar atentos a los misiles.
- En estos años que usted está viviendo en Israel, ¿se han dado ataques tan voluminosos como éste?
- En estos años que usted está viviendo en Israel, ¿se han dado ataques tan voluminosos como éste?
- Está claro que no es la primera vez, tuvimos la segunda guerra en El Líbano y hubo otros ataques también, pero en esta oportunidad, la cantidad de misiles que mandaron hacia Israel en sólo cinco días fue impresionante. Y las distancias también, porque llegaron un montón de misiles a Tel Aviv y aún más lejos. El primero llegó cerca de Jerusalém y luego empezó todo. No creo que la relación entre ambos se haya complicado más de lo usual y realmente desconozco cuál fue el motivo de este primer ataque.
- ¿Cómo realiza sus actividades laborales y de qué manera se vive bajo fuego?
- ¿Cómo realiza sus actividades laborales y de qué manera se vive bajo fuego?
- Yo personalmente trabajo desde casa, la oficina está en Tel Aviv pero mi actividad es global. Me comunico con todo el mundo, así que podríamos decir que esta situación no me afecta laboralmente. La casa central de la empresa está en Boston, por lo cual generalmente mi trabajo es en horas de Estados Unidos y de Europa. Pero la gente aquí en Israel tiene que llegar a sus oficinas o a los hospitales, si bien es cierto que en este último tiempo por el Covid 19 muchas cosas cambiaron en relación a las obligaciones laborales, numerosas empresas permiten a sus empleados trabajar desde sus casas. Por esta razón el cambio no fue tan drástico en la primera semana que se produjo el conflicto. Seguramente el impacto mayor fue para los chicos porque esperaron tanto el retorno de las clases presenciales y lo estaban haciendo con total normalidad, y de repente otra vez tuvieron que quedarse en casa ante la imposibilidad de concurrir a las escuelas.


- ¿Cómo son los refugios? ¿Es obligatorio contar con ellos?
- No recuerdo desde qué año es obligatorio construir estas habitaciones de seguridad pero son parte importante de las casas y también de los edificios. Están construidas con bloques de cemento macizo, tienen puertas blindadas y ventanas muy protegidas con acero, por lo cual si llegara a caer un misil a pocos metros, no permite que sus ocupantes sean heridos. Lógicamente que todas las edificaciones nuevas la tienen pero las anteriores no. Para estas ocasiones hay lugares externos, ubicados muy cerca y en los cuales la gente puede introducirse en casos de emergencia. Israel posee un complejo sistema de radares que estiman el tiempo en el cual van a caer los misiles de acuerdo a la distancia desde donde fueron arrojados. A partir del sonido de la alarma, varía el tiempo en el cual las personas disponen para ocupar las habitaciones de seguridad. En algunos casos son sólo 15 segundos y en otros hasta un minuto y medio. Pero además, una de las cosas más fantásticas que tiene Israel es el denominado “Domo de Hierro” (Kipat Barzel), que es un sistema tecnológico de defensa que posee dos estructuras diferentes. Mientras una detecta el misil, automáticamente le avisa a la otra que lance otro propio para destruir al que viene de tal manera que lo hace explotar en el aire. Entonces, el misil atacante no llega a impactar en tierra israelí, pero obviamente luego de ser destruido, sus pedazos caen. Por eso, de todas maneras, desde el momento en el cual nosotros escuchamos la alarma es cuando lo detectan, ya saben cuál es la trayectoria. Hay una gran cantidad de aparatos distribuidos en Israel para localizar a los misiles enemigos en el cielo, pero no siempre pueden detectarlos a todos, por eso hay un margen de error.

- ¿A pesar de esta situación dramática que vive casi a diario, se siente feliz en Israel?
- Sí, soy muy feliz acá. Israel es un país muy avanzado en todos los niveles, la medicina es fantástica, el sistema de salud es uno de los mejores del mundo.También a nivel profesional me siento realizada porque estoy en un puesto importante en la empresa farmacéutica, desarrollando nuevas drogas. Ya tuvimos tres importantes aprobaciones de nuestros medicamentos en los últimos dos años. Y en cuanto a la educación, Israel está muy bien comparado con otros países. La única tristeza es que mi familia se encuentra en Argentina (mis padres y mis dos hermanos), con quienes generalmente nos veíamos una vez al año (ellos venían o nosotros viajábamos), pero ahora por la pandemia ya hace más de dos años que no nos vemos.
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Familia
Melina Flesler tiene tres hijos, el mayor se llama Iair (16 años) cursa el secundario, juega al básquet y además es instructor en una especie de instituto para boys scouts. También tiene 2 hijas mellizas, Mijal y Daniela (12), quienes concurren a la escuela primaria. Melina se refirió a cómo viven los niños estas situaciones cargadas de adrenalina cuando se detecta la llegada de un misil: “Los chicos están muy preparados para los casos de emergencia en los cuales suena la alarma. Los entrenan en el colegio y también cuando van a actividades extra escolares. Hasta los nenes de jardín, con 4 o 5 años apenas escuchan la alarma van tranquilos al refugio y tienen tiempo suficiente para ingresar. En los últimos tiempos nos ha tocado tres o cuatro veces, en dos oportunidades fue a la una de la mañana, por lo cual apenas escuché el sonido de la sirena me fui a la habitación de seguridad. En otra ocasión, los chicos directamente durmieron dentro del refugio para evitar levantarlos tan temprano a la mañana”, describió.