Todo comenzó con una denuncia anónima al teléfono del Ministerio de Seguridad de la provincia. La voz del otro lado del teléfono avisaba en la tarde del martes que un hombre había recibido unos 200 kilos de marihuana y lo estaba comercializando en una casa de Monte Grande.
Los policías del área Narcóticos de Ezeiza de la Policía Bonaerense, a cargo del comisario Maximiliano Anahuati, no tardaron en dar con lo que esperaban. Una moto entró y salió de la casa y cuando los policías quisieron detenerla para requisar a su conductor, la moto escapó y su ocupante descartó un paquete. Al revisarlo, era medio kilo de marihuana.
Se allanó entonces el domicilio: en el lugar había dos hombres y una mujer y un auto. También una pistola. Al revisar el auto, un Peugeot 207, los agentes se encontraron con paquetes de marihuana que sumaban unos 130 kilos.
En el auto también había un papel: las indicaciones para llegar a una dirección. “Hacer un kilómetro, pasar la tranquera de doble hoja”, decía. El lugar era en San Andrés de Giles. Uno de los hombres de la casa se convirtió en el principal sospechoso de vender la droga y se negó a declarar ante la Justicia.
El operativo entonces continuó en el campo ubicado entre Azcuénaga y Villa Ruiz, en donde indicaba la dirección. Era lógico que hubiera instrucciones, pensaron los policías cuando llegaron. No era fácil llegar.
Cuando los agentes se pusieron a revisar el lugar, encontrar en un galpón, rodeado de maíz, la otra parte del cargamento: unos 4.500 kilogramos de marihuana.
El procedimiento ocurrió en menos de 24 horas, entre que se concretó la denuncia y se hallaron las toneladas de droga. Casi en paralelo a la investigación abierta para encontrar a los responsables de vender la cocaína adulterada que mató a por lo menos 20 personas. (Fuente: Infobae).