LLORA POR LAS NOCHES Y “EXTRAÑA A SUS JEFES”: ASÍ VIVE EN SU CELDA LA EMPLEADA DOMÉSTICA DETENIDA POR EL DOBLE CRIMEN DE VICENTE LÓPEZ


María Ninfa “Nina” Aquino durmió poco en los últimos días. Cada tanto solloza, se queja y se recuesta en el colchón delgado que le dieron en uno de los calabozos de la Comisaría de la Mujer de San Isidro. Cerca de ella, incluso, asegura que extraña a sus jefes.

La mujer, empleada doméstica hace 11 años, está encerrada en esa celda desde el viernes pasado, cuando fue acusada de ser participe del doble homicidio de sus jefes, el ex abogado José Enrique del Rio de 75 años y su esposa Mercedes Alonso de 72 en Vicente López. La pareja fue brutalmente asesinada de cuatro disparos dentro del garage de la casona que compartían a pocas cuadras de la Quinta de Olivos. Los investigadores tienen pocas certezas todavía sobre los asesinos, pero están convencidos de que Aquino mintió cuando declaró como testigo.

La mujer de 64 años, que vive en la localidad de Pablo Podestá, tiene dos hijos que son mecánicos y una hija que se desempeña como agente en la Policía Federal. En las últimas horas, contrataron a un abogado penalista privado para defender a su madre. También son los únicos que la fueron a visitar, hasta el momento, para llevarle algo de ropa de abrigo y comida. Es posible que esas visitas se extiendan en el tiempo. Es que en el juez Ricardo Costa convalidó la detención de la mujer por lo que, por el momento, seguirá tras las rejas.

“La acusación contra ella muy endeble Dicen que es la entregadora, pero no aclaran a quien le dio información ni donde ni cuándo. No tiene prueba alguna de que ella pudo haber participado del crimen. Es una mujer muy rudimentaria en su forma de expresarse y de moverse, que no tiene capacidad para participar o planear algo semejante”, dice a Infobae el nuevo abogado de la mujer, Hugo López Carribero.

Los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, incorporada recientemente al equipo que investiga la causa, piensan distinto. Están convencidos de que la mujer mintió cuando declaro. “No sólo omitió datos importantes, sino que se contradijo en cuento a horarios y su actitud al descubrir los cuerpos fue sumamente extraña”, dice un investigador.

Para entender las dudas de los fiscales, conviene repasar en detalle los hechos tal como están expresados en el expediente.


La policía llegó a la casona de Melo y Gaspar Campos cerca de las 9 de la mañana del jueves pasado. Cuando lo hicieron, se encontraron con Aquino en la puerta, que les relató haber encontrado los cadáveres de Enrique Del Rio y Mercedes Alonso en el garage de la importante casa. Efectivamente, los cuerpos estaban dentro del Mercedes Benz de la pareja. La mujer en el asiento del conductor y el hombre en el del acompañante.

Los dos estaban con el cinturón de seguridad puesto. Del Rio tenía tres disparos en su cuerpo y su esposa sólo uno en el ojo derecho. La autopsia confirmaría, preliminarmente, que al menos ese disparo fue efectuado de atrás hacia adelante. Es decir, el asesino estaría sentado, en el asiento de atrás.

En el baúl del Mercedes Benz, había bolsas de supermercado con mercadería adentro. Eso le dio a pensar a los fiscales que la pareja, o al menos Mercedes Alonso, volvía de hacer compras al momento en que fueron asesinados. Ninguno de los accesos a la casa estaban forzados, por lo que las hipótesis de ingreso de los asaltantes pasaron a ser dos: los ladrones tenían llaves o aprovecharon el ingreso de la pareja para ingresar. Un dato que no pasó inadvertido es que el portón automático de la casa es muy lento. Los efectivos de la DDI de Vicente López lo probaron varias veces. Primero abre una hoja y luego la otra, y puede tardar hasta un minuto en completar la apertura y el cierre.

Cuando la policía revisó la casa, lo primero que encontró fue una escena “amañada”. Es decir, que los asaltantes revolvieron varios ambientes con el objetivo de despistar a la policía. El objetivo de los delincuentes quedó claro cuando los efectivos policiales encontraron la caja de seguridad abierta y con la llave puesta. Estaba vacía. Ahora se sabe, por las declaraciones de los familiares, que ahí había muchos objetos de valor. Entre ellos, diamantes y 20 lingotes de oro.

Con esta escena planteada, la primera en declarar como testigo fue Ninfa Aquino. La mujer dijo que llegó a las 6.40 de la mañana a trabajar. Diez minutos antes del horario habitual. Explicó que le llamaron la atención tres circunstancias. En primer lugar que todas las luces de la casa estaban prendidas. También que no había vajilla para lavar y, por ultimo, que la persiana del living que da a la calle estaba levantada. Sin embargo, tardó dos horas en descubrir los cuerpos.

También sacó de su delantal una vaina y dijo que la encontró en el living cuando, al caminar, pateó una alfombra y la descubrió. Contó también que llamó a la enfermera de Del Rio, que sufría una grave enfermedad, y fue esta mujer quien le recomendó fijarse en el garage si estaba el vehículo. Fue en ese momento en que encontró a sus jefes asesinados.

A partir de este testimonio, comenzaron a surgir las dudas de los fiscales y que fueron planteadas en el pedido de detención de Aquino.

Aquí, la lista:

* ¿Por qué en las dos horas que estuvo en la casa antes de llamar a la policía no se percató del visible desorden que había por todos lados?

* Cuando llegó la policía, certificó que la puerta que conecta el garage con la casa estaba cerrada. ¿Por qué la mujer luego de encontrar los cuerpos se preocupó por cerrar la puerta con llave?

* ¿Por qué dijo desconocer que existía una caja fuerte cuando hace 11 años que trabaja en esa casa y la enfermera, que está hace 5 meses, dijo saber de la existencia?


Estas dudas terminaron de hacerse más relevantes cuando, en el teléfono de la mujer, los policías encontraron fotos borradas del interior de la casa y, en especial, de un monedero donde los hijos de la víctima aseguraron que guardaban la llave de la caja fuerte.

Aquino, en un escrito presentado el sábado cuando todavía estaba asistida por una defensora particular, aseguró que el desorden no le llamó la atención porque cómo sus jefes se estaban por mudar al edificio Chateau de Avenida del Libertador, creyó que era propio de la mudanza. En cuanto a la foto de la billetera, que luego fue encontrada en un allanamiento en su casa, especificó que había sido uno de los tantos regalo que recibió por parte de la dueña de casa en los años que trabajó para ella.

Los fiscales no le creyeron y pidieron formalmente la detención que fue convalidad por el juez Costa.

Por otro lado, los fiscales todavía no logran encontrar datos certeros de los autores materiales. Mientras se analizan decenas de horas de cámaras de seguridad cercanas, las hipótesis y líneas investigativas comienzan a diversificarse: “estamos investigando a todas las personas que pudieran tener algún motivo para asesinarlos, más allá del móvil del robo. No dejamos de ver quienes fueron las ultimas personas que hicieron algún negocio con Del Rio o si tenía un litigió judicial con alguien”, explica un investigador.

Mientras tanto, Aquino seguirá detenida por unos días más en la comisaria de la mujer de San Isidro ubicada en Juncal 46. Sin embargo, es posible que en breve sea trasladada a un penal, posiblemente a la Unidad 8 de Los Hornos. (Fuente: Infobae).

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