LA NUEVA VIDA DE LAS SIAMESAS HENSEL, ENTRE EL TRABAJO COMPARTIDO Y LA “DESAPARICIÓN” DE LAS REDES SOCIALES
Desde su nacimiento el 7 de marzo de 1990, las siamesas Abby y Brittany sufrieron el acoso de los medios de Estados Unidos. Las hermanas, que son gemelos parapagus dicefálicos (que tienen dos cabezas en un torso), apareció por primera vez en el popular programa de Oprah Winfreyen abril de 1996. Ese mismo año, aún siendo nenas y en septiembre de 1998, Las chicas fueron también tapa de la revista Life.
Es muy raro que nazcan siameses, se cree que ocurre en uno de cada 200.000 nacimientos, y que el 40-60% de ellos nacen muertos. Con posiblemente menos de 12 siameses adultos en el mundo, Abby y Brittany Hensel están desafiando las probabilidades de sobrevida. Las pocas veces que habló la mamá de las hermanas, Patty Hensel, sostuvo que quiere “que tengan éxito, que sean felices y sanas”.
Eso no fue todo, las adolescentes Abby y Brittany consiguieron su propio reality en el canal de cable TLC. El programa de las siamesas duró una temporada y detalló su tiempo antes, durante y después de la graduación universitaria en el 2012.
Vistas como un fenómeno por la sociedad estadounidense, las hermanas primero se encandilaron con las luces de los medios que todo el tiempo las buscaban para que contaran su historia. Luego, con el tiempo las chicas prefirieron hacer una vida normal, lejos de las cámaras.
La historia de Abby y Brittany Hensel
A diferencia de otros grupos de gemelos unidos que pueden separarse mediante cirugía, los padres de Abby y Brittany decidieron no realizar la operación después de enterarse de que era dudoso que ambas niñas sobrevivieran al procedimiento. Esta decisión marcó para siempre la vida de las hermanas que una vez que conocieron la historia nunca se rindieron a vivir una vida para siempre juntas.
Abby y Brittany comparten muchos órganos vitales, incluido un hígado agrandado, una vejiga, un diafragma, los sistemas reproductivo y digestivo e intestinos. Cada gemelo controla un brazo y una pierna. Por eso, desde muy chicas tuvieron que aprender a convivir y a coordinar los movimientos para evitar problemas y poder desenvolverse en la vida diaria. Es así, que, por ejemplo, en el reality que protagonizaron llegaron a manejar un auto. “Abby controlaba los pedales y la palanca de cambios. Yo me encargo de las luces. Pero a ella le gusta conducir más rápido que yo”, bromeó Brittany en una entrevista para Daily Mail.
Pese a que parezca fácil, tuvieron que ejercitarse también para cosas tan simples como ponerse de pie, hablar sin pisarse o vestirse a la mañana.
Las hermanas aprendieron a caminar a los 15 meses. Nancy Oltrogge, la cuidadora que ha controlado el proceso, recordó en una entrevista con el New York Times: “Nadie enseñó a las niñas qué pie tenían que mover primero. Sabían cómo tenían que hacerlo. Sólo teníamos que asegurarnos de vigilarlas porque su parte superior era un poco pesada y podían caerse”.
“Cada una hace su trabajo. Cuando hacen un examen, podrían copiar muy fácilmente, pero no lo hacen. A veces, Abby comete un error y Britty no. Es sorprendente”, contó una de sus docentes en un reportaje del diario El País, de España, en 1996.
En 2012, Abby y Brittany se recibieron en la universidad y entraron oficialmente en la siguiente fase de la vida: la edad adulta.
Las hermanas aprenden a convivir
Las siamesas se conocen tan bien que con frecuencia dicen las mismas cosas o terminan la idea de la otra. Con dos juegos de pulmón, dos corazones, dos estómagos, un hígado, un intestino largo y un sistema reproductor, aprendieron desde muy pequeñas a coordinar sus cuerpos. Abby controla la mano derecha y Brittany la izquierda.
Hay una diferencia de altura, Abby, de 1,57 metros es más alta que Brittany (1,47metros). Debido a que sus dos piernas tienen alturas distintas, Brittany tiene que pararse de puntillas para mantener el balance.
Pero, como en toda relación de hermanas, también hay desacuerdos que deben aprender a canalizar. “Definitivamente tenemos estilos diferentes -explicó Abby durante el reality show que protagonizaron-. Brittany tiene un gusto más neutral, mientras que a mí me gusta algo más divertido, brillante y colorido”.
Abby es vista como la hermana “extrovertida” y es la que termina decidiendo que ropa se ponen. En cambio, Brittany dice que su hermana también es mucho más “hogareña”.
Nunca se les conocieron parejas. Una de las razones por la que se alejaron de los medios es la obsesión de , tienen que soportar las especulaciones sobre sus vidas privadas, algo que prefieren mantenerlo bajo reserva. Es más, en algún momento cuando estaban en la universidad tuvieron que negar un rumor sobre un supuesto compromiso de Brittany que describieron como una “broma tonta”.
¿Qué pasa cuando se enferman? Brittany suele tener resfriados y alergias de primavera. Es más, de adolescente sufrió de neumonía. Nada de esto afectó a su hermana Abby. que nunca tuvo complicaciones respiratorias. Durante el reality, Abby confesó que se aburre mucho cuando su hermana se enferma porque tiene que estar todo el día en cama, pese a que no siente ningún síntoma en su cuerpo.
El acoso a las siamesas
Erin Junkans es amiga de las hermanas y dio su testimonio para un especial de la BBC. Allí relató que siempre necesita estar alerta porque nunca se sabe cómo va a reaccionar la gente o lo que va a decir. “Me cruzo adelante de ellas para que no le saquen fotos -contó la joven-. Siempre estoy pendiente de lo que está sucediendo y de cómo están reaccionado las chicas”.
Después de mucha deliberación, Abby y Brittany decidieron que ambas asistirían a la Universidad Bethel en Minnesota, el estado donde se criaron. Después de cuatro años de arduo trabajo, los gemelos se graduaron en 2012 con dos títulos de Licenciatura en Artes. Sus títulos abrieron una variedad de oportunidades, pero tenían que decidirse por una sola carrera.
Después de su graduación universitaria y la conclusión de su serie TLC, Abby y Brittany se alejaron del ojo público. Además, no compartieron ninguna foto en su cuenta conjunta de Instagram en unos siete años. La última es una imagen de las hermanas disfrutando las playas de Miami junto a una amiga.
Aunque Abby y Brittany tienen títulos separados y dos licencias de enseñanza, aún comparten un cheque de pago. Antes de empezar a trabajar ya sabían cómo eran las reglas. “Entendemos que vamos a recibir un salario porque estamos haciendo el trabajo de una sola persona -había admitido Abby, mientras estudiaba-. Igual, a medida que tengamos más experiencia, nos gustaría negociar un poco, considerando que tenemos dos títulos y porque podemos brindar dos perspectivas diferentes o enseñar de dos maneras diferentes”. (Fuente: Infobae).