SE CONOCIÓ EL IMPACTANTE ÚLTIMO AUDIO QUE ENVIÓ EL PILOTO QUE TRASLADABA A EMILIANO SALA: “ESTE AVIÓN TIENE QUE VOLVER AL HANGAR”
El contenido del comunicado es entre el hombre a cargo de pilotear el Piper PA-46 Malibu y un “compañero piloto” en las horas que transcurrieron tras el desembarco en Francia a la espera de retornar rumbo a Gales. “Estaba volando y luego ‘boom’. Pensé: ‘¿Qué pasa?’. Así que puse todo por delante y comprobé mis parámetros, todo estaba bien y seguía volando, pero me llamó la atención”, le comentó Ibbotson a un amigo identificado como Kevin Jones, según reveló la cadena BBC.
En estos audios, Ibbotson también señala una frase profundamente estremecedora a la luz de los hechos: “Normalmente tendría mi chaleco salvavidas entre los asientos, pero mañana lo llevaré puesto”. En el diálogo también deja entrever que el pedal del freno izquierdo no funcionaba correctamente y se sincera: “Este avión tiene que volver al hangar”.
“Estoy en medio del Canal de la Mancha y ‘bang’”, le señaló, evidenciando que en el vuelo de ida rumbo a Nantes ya se habían identificado algunas señales de alerta. “Ese Malibú, tiene como una niebla de vez en cuando. Puedes sentirlo, muy, muy bajo en todo el fuselaje”, le expresó en esa conversación que se grabó “accidentalmente”, según remarcó el medio británico. Allí señaló que el transporte era “poco fiable”.
La autopsia que realizaron los investigadores sobre el cuerpo de Sala determinó que estaba sometido a un “envenenamiento grave” por monóxido de carbono y concluyeron que esa exposición seguramente generó que “estuviera profundamente inconsciente”. La hipótesis indica que el piloto padeció algo similar: ”Se considera probable que el piloto también hubiera estado expuesto al monóxido de carbono”, dijo el informe.
Este hallazgo de saturación de carboxihemoglobina (COHb) del 58% estaría emparentado a un “escape de gas que se filtró por la manguera del calentador con la calefacción de la cabina” y también explicaría los extraños movimientos que hizo la aeronave monomotor antes de caer al noroeste de la Isla de Guernsey sobre el Canal de la Mancha.
La investigación posterior que realizaron los especialistas determinó que “ni el piloto ni la aeronave tenían las licencias o permisos necesarios para operar comercialmente”. Es decir, Ibbotson no estaba habilitado para trasladar pasajeros a cambio de dinero y tampoco podían realizarse ese tipo de tareas en ese avión.
Tras ese hallazgo, los integrantes del buque Geo Ocean III lograron rescatar el cuerpo que se encontraba entre los restos del avión: los forenses determinaron que se trataba de Emiliano Sala. El cuerpo de Ibbotson nunca se localizó.
En noviembre del 2021, la Justicia de Cardiff determinó que el organizador del vuelo, David Henderson, debía cumplir 18 meses de prisión inmediata tras ser declarado culpable por negligencia. Las conclusiones durante el juicio indicaron que él iba a ser el encargado de pilotear el avión pero como se encontraba de vacaciones en París le cedió el trabajo a Ibbotson para que lo reemplace, a pesar que no tenía licencia comercial para tal tarea. Henderson es un experimentado piloto trabajaba regularmente con Willie McKay, un agente de futbolistas escocés que trabajaba junto a su hijo Mark, quien había actuado como intermediario entre el acuerdo que el FC Nantes hizo con el Cardiff City para vender a Sala.