"LA SEQUÍA ES FENOMENAL. EN VEZ DE EXTRAER MIEL, TENEMOS QUE ALIMENTAR A LAS ABEJAS PARA QUE NO MUERAN". Andrés Robín, de La Suiza, entrevistado por una radio de Buenos Aires
Entrevistado hace unos días por una radio de Buenos Aires, el productor villaguayense Andrés Robín describió las diversas actividades que realiza en su quinta La Suiza y se refirió en particular a un hecho que refleja lo tremenda que ha sido la sequía en esta zona: "En vez de extraer miel, tenemos que alimentar a las abejas para que no se nos mueran" reveló.
"Les damos glucosa con miel y agua, y también les hacemos tortillitas de harina de soja, miel y otros componentes vitamínicos. Ellas la van royendo como si fueran ratones", detalló, ante una consulta del periodista Nicolas Razzetti en el programa Bichos de Campo, en la AM570 Radio Argentina.
Desde hace años, Andrés comercializa miel en el mercado interno y también ha conseguido vender algunos tambores al exterior. Este año, sin embargo, "la crisis es fenomenal" y "habido muy poca floración", por lo cual sólo queda esperar a la próxima primavera y rogar que el clima no vuelva a jugar una mala pasada.
Por suerte, él siempre ha tomado el recaudo de diversificar su producción. Además de la apicultura, ha apostado fuertemente al cultivo de nuez pecán y ha logrado colocarla en numerosos destinos. "Pudimos exportar a Brasil, luego a China, Tailandia México y la última vez Alemania. Entre Ríos produce nueces de alta calidad y genera el 70% de la producción de Argentina", detalló.
Otra de sus apuestas está dada por los frutos de las 300 higueras de su quinta. Los vende recién cosechados o también después, congelados, por lo general a clientes de la zona.
En su entrevista con la radio porteña, Andrés recordó que hace "de todo" y lo comercializa principalmente en La Suiza y también en el Mercado Popular de Villaguay. "Lo que no se consume o se comercializa en el día, va al freezer", reveló.
"Acá todo se hace en mi casa-quinta de forma familiar. Lo nuestro es en pequeña escala pero estamos bien. Tenemos autoabastecimiento de ajo, cebolla, lechuga, pepino, melón, sandías, lo que sea", agregó.
En general, recalcó que el campo siempre fue lo suyo y que se siente muy conforme con la producción de múltiples alimentos como ocupación diaria y como estilo de vida. Quizá por eso se muestra tan seguro al afirmar que "de acá me sacan sólo con los pies para adelante".
Productos sanos
Nacido en Colón hace 75 años, Andrés Robín se recibió de veterinario en la Universidad Nacional del Nordeste, en la ciudad de Corrientes, en 1976, y comenzó a trabajar inmediatamente con ganadería vacuna en diferentes regiones del país.
Luego se estableció en La Suiza, su quinta de cinco hectáreas ubicada sobre el acceso norte de Villaguay, casi en el cruce con la ruta 18, y sigue viviendo allí con su esposa y el menor de sus hijos.
A mediados de la década de 1980 decidió dejar de aplicar insumos químicos, algo desconocido por ese entonces, con el fin de cuidar su salud, la de su familia y de sus clientes. Y así sigue hasta hoy. "Queremos entregar un producto sano, sin venderla cambiada", destaca.
Además logró diversificar su producción. "Sembré árboles de naranjas, mandarinas, ciruelas, pomelos, higos y nueces pecán, siempre en conexión con la producción apícola", describe ahora, mucho después.
"También tuvimos cerdas, capones y algunas vacas que ordeñábamos, pero esa cuestión no prosperó porque la superficie es chica. Hacíamos quesos manteca, chorizos, fiambres. Esa tarea granjera era muy común en la zona pero hoy se ha perdido. Es una mosca blanca el que hace estas tareas”, expresa el productor.
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"Contentísimos"
Desde hace ya algunos años, la familia Robín recibe turismo rural: brinda visitas guiadas, degustación y venta de productos. A manera de ejemplo, Andres contó que hace poco recibió a un grupo de 12 alemanes y ugandeses que pasaron el día y "se fueron contentísimos".
Desde hace ya algunos años, la familia Robín recibe turismo rural: brinda visitas guiadas, degustación y venta de productos. A manera de ejemplo, Andres contó que hace poco recibió a un grupo de 12 alemanes y ugandeses que pasaron el día y "se fueron contentísimos".