"ESTOY CONTENTA DE PODER AYUDAR PERO SIENTO BRONCA E IMPOTENCIA POR LA GENTE QUE NO TIENE UN LUGAR CALENTITO DONDE VIVIR". Gabriela Velázquez colabora desde hace décadas con familias de Villaguay


A los 41 años y con cuatro hijos a quienes siempre ha inculcado su espíritu solidario, Gabriela Velázquez recuerda que desde hace décadas ("desde chiquita, como desde los 12 años") viene ayudando a la creciente población de Villaguay en situación de extrema pobreza. Su tarea, sin embargo, comenzó a hacerse visible hace muy poco, durante la última inundación, cuando fue a distribuir donaciones al barrio Oveja Muerta, en el ejido noreste, donde varias decenas de familias se resignan a vivir en casillas de chapa y silobolsas.




"Me invitaron, fui, vi como estaba esa gente y me partió el corazón. Pensé que podía ayudar, comencé a pedir [artículos de primera necesidad] en redes sociales y la comunidad fue muy solidaria. Lo único que yo hice fue cargar cosas en la camioneta y entregárselas a familias que la están pasando muy mal", expresó, entrevistada hace unos días en FM Del Sol.



"Lamentablemente el Estado deja sola a la gente que no tiene voz", sostuvo, y recalcó que es importante el papel de los medios para que la comunidad esté todo el tiempo informada de las grandes carencias de esa parte de la población de la ciudad.




"Impotencia"

Durante años, Gabriela ha donado remedios, pañales, ropa, útiles escolares y muchos otros elementos, además de ceder su pelotero gratis para el Día del Niño, a gente que vive en situación de indigencia en la ciudad. Actualmente, sin embargo, dice que sus propios medios ya no le alcanzan para cubrir las tremendas necesidades que ve a diario.




Recordó que siempre vuelve contenta después de llevar ayuda, por pequeña que sea, aunque a la vez siente "bronca e impotencia" por la gente que no tiene "un lugar calentito" para poder refugiarse durante los días de mucho frío.




"He llegado llorando a mi casa y mis hijos me han dicho que [las personas con quienes ha colaborado] van a estar bien y Dios las va a ayudar para que puedan vivir en lugares mejores", narró.



"Pero no doy abasto con las cosas que llevo y siempre tengo que esperar hasta recibir más para poder ir de nuevo. Eso me da tristeza. Es tanta la gente que pide que no puedo con todo", lamentó.



Ayer, en comunicación con este diario, recordó que siempre se ha movilizado sola o con la ayuda de su familia, aunque a veces también ha trabajado en coordinación con vecinas como Daniela Pérez y Verónica Verdún. "Nos contamos cuáles son los pedidos que hemos tenido para que una u otra pueda conseguirlos", explicó.




También dijo que recientemente conoció a una señora que se ofrece a tejer colchitas de lana o fabricarlas con tela de ropa vieja. El problema es que debe hacerlo a mano porque no tiene máquina. Si alguien le donara alguna, ella podría realizar ese trabajo de manera mucho más fácil y rápida. "He pedido lana y una máquina a través de Facebook, pero hasta ahora no he conseguido nada. Sería de gran ayuda si contáramos con esos elementos", indicó.

Además, lógicamente, existe la posibilidad de que alguien que disponga de máquina se encargue de armar frazadas para después donarlas.






 Cómo ayudar


Quienes deseen comunicarse con Gabriela Velázquez para donar cualquier cosa que pueda resultar de utilidad para familias de escasos recursos, pueden comunicarse con ella a través de whatsapp al 3455-405401, o por Facebook a su perfil (Gabriela Velázquez) o al de su emprendimiento privado (Pelotero Pelotín).

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