SATURACIÓN DE NADA. Por Ciudadanía en Movimiento

La forma de participación de la comunidad en la vida política ha cambiado, de la mano del desarrollo tecnológico en constante avance. Estas nuevas formas de participación e interacción con los gobiernos ha establecido nuevos paradigmas en el escenario político, en el que un rol protagónico han adquirido las redes sociales y las fotografías como herramientas de una nueva forma de comunicar.

Habida cuenta que de ambas herramientas son ampliamente utilizadas por los gobiernos, se espera que comuniquen mejor, interactúen con mayor calidad con la ciudadanía y a la vez que informen cumpliendo los estándares aceptables de transparencia.

En el escenario comunicacional la fotografía se ha transformado en una herramienta comunicacional cada vez más utilizada, por su efectividad a la hora de transmitir emociones, sentimientos y llenar discursos con algo que no sea la palabra, porque lo que canaliza son mensajes emotivos que, en la era visual a la que asistimos, puede ser más potente que la palabra.

Gran desarrollo, sofisticación y protagonismo ha adquirido esta forma de comunicación emocional, acentuada por los cortos periodos electorales y la necesidad de que los candidatos puedan transmitir algo más que palabras, dado que sus aspiraciones tienden a una conexión más emocional que intelectual con su electorado, lo cual para el logro de sus objetivos puede ser tan criticable como aceptable, dependiendo del cristal con el que se mire.

La cuestión para los actores de los gobiernos es diferente, dado que aquí la conexión con el ciudadano debe propender a ser intelectual, ya pasaron las épocas de las promesas y llega el tiempo de dar cuentas de las acciones y políticas de administración.

Las redes pueden brindar mayor fluidez en la comunicación, mayor proximidad, y hasta un conocimiento directo de las demandas y opiniones ciudadanas, lo cual exige conocer y entender la filosofía en la que se ha cimentado la arquitectura social de la red, y tener la capacidad de interpretarla.

Las fotografías, como herramienta de comunicación adoptada casi como protagónica por los gobiernos son muy ilustrativas pero distan mucho de cumplir con los requisitos para ser información pública. Vemos saturadas las redes sociales de fotografías de actores del gobierno; gobernadores, intendentes, concejales, diputados, senadores, ministros que publicando una fotografía con un escueto comentario que describe básicamente lo que se está viendo pretenden que informan, olvidando que su obligación es revelar detalladamente lo que la fotografía no muestra: qué se gestiona, como se hace, con qué razón o fundamento, esto es cuál es el beneficio para la ciudadanía, que resultados se obtuvieron.

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