Varios sitios de internet y programas de televisión se hicieron eco de las movilizaciones que se desarrollaron en la Argentina que unió a instituciones civiles y religiosas, sin bandera de credos o partidos políticos, bajo el lema «Sí a la vida».
Alrededor de las 15:45 las personas comenzaron a acercarse tímidamente frente a la municipalidad y desde allí a las 16:30 se llevó a cabo un abrazo simbólico a la plaza 25 de Mayo en el que participaron unas 500 personas integrantes de diferentes instituciones religiosas y civiles. Al finalizar el recorrido acompañado de aplausos, nuevamente en el punto de partida, dos profesionales brindaron su punto de vista respecto al tema.
Opinión calificada
La obstetra Alejandra Segovia se expresó en referencia a la ley de la despenalización del aborto.
La profesional comentó que «esta práctica no es interrupción, porque es ese caso podría tener continuidad, en el aborto no es así, no se puede retomar el embarazo. Debemos reconocerlo como lo que verdaderamente es: exterminio, eliminación, descarte de la vida humana, más allá de la discusión de sobre a las cuantas semanas el feto es persona o no. Las mujeres que reclaman el derecho sobre su propio cuerpo, deben entender que eso no implica avasallar la vida de otro ser humano, no estamos hablando de un órgano o un tumor, es otra persona. Respetemos a la mujer como tal, pero esto es una discusión que afecta a un tercero».
«No resolvemos el problema de los pobres matando a sus hijos. Como sociedad tenemos que tener mejores y más fuertes soluciones con un gran carácter ético, defender la vida no es un tema religioso. Hay estudios de científicos, biólogos, médicos, agnósticos, entre otros, que defienden el derecho a nacer y están éticamente en contra del aborto», explicó la médica.
«Se ha dicho que el embrión o cigoto es solo una masa indefinida de células, dependiendo de que si existe o no actividad cerebral para ser considerado una persona. Actualmente una prueba de ADN acredita que es vida humana con sus propios valores genéticos y con capacidad para desarrollarse. Hoy es la ciencia y no una verdad de fe lo que indica qué hay en el cigoto», finalizó Segovia.
Luego hizo uso de la palabra la abogada Julieta Quignardt de Char quien detalló que «Todos los tratados internacionales a los cuales Argentina está adherido, respetan el derecho de la vida por nacer, nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente. La Convención sobre los Derechos del Niño declara que se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años. Nuestro país cuando adhirió, hizo una salvedad añadiendo que con relación a este artículo, que debe interpretarse por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años».
«Además el artículo 3 de nuestra ley expresa que cuando haya conflicto de intereses de niños o adolescentes frente a otros igualmente legítimos, prevalecerán los primeros. También el Código Penal en la sección de delitos contra la vida, castiga el aborto por considerarlo un crimen contra la vida por nacer y establece que es legal si el embarazo pone en riesgo la salud o la vida de la mujer o en caso de violación», detalló la letrada.
Además la doctora citó unos estudios sobre los cuales afirma que: «de acuerdo a los informes de Unicef de la Organización Mundial de la Salud y del Banco Mundial en otros países, nos permite comprobar que la legalización del aborto no constituye un factor determinante en la reducción de la mortalidad materna. Lugares como Sudáfrica que reconocen y legalizaron esta práctica desde 1996 han incrementado su tasa de mortalidad materna. Otros casos como Polonia e Irlanda son países que sin despenalizar el aborto han disminuido los riesgos de vida hacia las gestantes y preservando los derechos del niño por nacer».
También, Quignardt se centró en las consecuencias negativas que el aborto trae aparejado para la mujer, tanto en la salud física, como psíquica. Citó estudios científicos aportados por investigaciones donde es legal esta práctica y reveló que el 81% de quienes se realizan un aborto, padecen problemas mentales.
La abogada resumió que lo que se busca es que se establezcan políticas públicas en una educación sexual integral priorizando la prevención del abuso infantil, respeto por la persona y conocimiento de los procedimientos para evitar embarazos y el contagio de enfermedades venéreas a temprana edad previo a la adolescencia. También la necesidad de crear espacios de acompañamiento social y económico de las mujeres que están en estado de vulnerabilidad y políticas de apoyo a las víctimas de abuso sexual. Además abogó por una agilización del sistema de adopción y expresó que todas estas iniciativas deben centrarse en el núcleo familiar y en pos de esa institución.
Para finalizar la jornada, Sebastián Villalba, un joven de 31 años contó que su madre había recibido el consejo de abortarlo en su momento, pero que ella decidió continuar con el embarazo. Villalba narró que su madre era adolescente cuando se enteró que estaba esperando un bebé, en una época en que no era común ver a una madre joven sin pareja. El muchacho relató que ella no escuchó las voces y decidió decirle «sí a la vida». Luego de esto se fundió en un abrazo con su promgenitora que se encontraba en la marcha, provocando los aplausos y varias lágrimas entre los presentes.
De esta manera, Villaguay formó parte de las más de 200 ciudades que a lo largo y ancho del país se pronunciaron en contra de la despenalización del aborto y a favor de la vida.
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