Por qué conviene evitar el pago mínimo de la tarjeta de crédito?


Ante la dificultad de llegar a fin de mes, muchos de quienes están bancarizados optan por financiarse con el plástico, pero la estrategia puede ser perjudicial para la economía personal.


En momentos de crisis, resulta más tentador pagar el mínimo mensual de la tarjeta de crédito. Se trata siempre de montos más fáciles de cubrir y al hacerlo, el banco deja que sigas usando el plástico para atractivos descuentos y para las facilidades de pago en cuotas. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo: pagar el mínimo podría costarnos muy caro por las altas tasas de interés que conlleva.


Si bien el pago mínimo no es fijo, por lo general representa alrededor del 5% del saldo de deuda y la totalidad de todos los gastos no financiables (como los costos administrativos o cuotas, comisiones, impuestos y las cuotas de las compras). Los intereses a pagar hoy superan el 100%.

Nicolas Litvinoff, economista y director de la consultora estudinero!, explicó a minutouno.com que "nunca conviene hacer el pago mínimo de la tarjeta de crédito porque en la práctica es como pedir un préstamo sin garantía al banco o al emisor del plástico".

La tasa de interés para el pago mínimo se llama costo financiero total. Según contó el economista, ésta se calcula con "un sistema de amortización directo" compuesto por una tasa de interés de referencia más una prima de riesgo. En este caso, se toma la tasa de interés de referencia de las Lebacs, que está en un 60%, y la prima de riesgo tiene que ver con la situación del mercado y la alta morosidad.

Entonces, si se abona el pago mínimo cada 30 días, la deuda original no se reducirá porque está compuesto en mayor parte por intereses, comisiones e impuestos. Es sólo un buen negocio para el banco ya que definen el pago mínimo para cubrir los intereses y no la deuda en cuestión.

"Si uno usa la tarjeta de crédito como si fuese una extensión de su sueldo, realizando el pago mínimo y financiándose mes a mes, está pidiendo préstamos sin garantía. Las tasas pueden más que duplicar el costo de la mercadería o el servicio que se haya comprado", concluyó Litvinoff. (Fuente: Ahora).

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