VIRUS QUE RESPETAN UN POCO MAS A LA POBLACIÓN VULNERABLE. Por Daniel De Michele

El coronavirus no distingue entre centro y periferia, ricos y pobres y casi no afecta a niños.

Hace unos pocos meses, una bien conocida familia de virus llamada Coronavirus, nos presentó a un nuevo miembro; el COVID-19, el que llegó a este mundo tocando la sirena a su paso. 

A pesar de su corona y a diferencia de la mayoría de sus congéneres, no mostró respeto alguno por la clase social alta. De hecho en Argentina, el primer infectado fue un banquero que volaba hacia el país en primera clase. 

Este ataque artero a miembros de los sectores acomodados es sorprendente, pues bien sabido es que los virus buscan de preferencia huéspedes vulnerables, mal nutridos, con pobre inmunidad y bajos ingresos. 

El virus entró en la historia de la epidemiología por la puerta de atrás de China, voló a Estados Unidos, al sudeste asiático y Australia. Su arribo a Europa (Italia, España, Francia y Alemania) ha sido selectivo y veloz, continuando con su ataque a personas y países con buen nivel de vida. 

David Trueba escribe a propósito: "Imaginen que el contagio del coronavirus se extiende por Europa de manera incontrolada mientras en el continente africano, por las condiciones climáticas, no tiene incidencia". 

"Aterradas las familias europeas escaparían de manera histérica, camino de la frontera africana, tratarían de cruzar el mar por el estrecho, se lanzarían en embarcaciones precarias desde las islas griegas y la costa turca. Perseguidos por la sombra de una nueva peste mortal tratarían de ponerse a salvo, pero al llegar a la costa africana las mismas vallas que ellos levantaron, los mismos controles violentos y las fronteras más inexpugnables invertirían el poder de freno. El COVID-19 no distingue entre centro y periferia, entre ricos y pobres, economías centrales o marginales". 

Podríamos agregar que en Europa sería capaz de invertir el flujo migratorio. Abusando de la contramano epidemiológica, el virus perdió interés por los dos continentes más desiguales: África y América del Sur. Casi no molestó a sus habitantes hasta hoy. Los infectados en nuestro país son poco mas de 20. Sin embargo la persistencia mediática lo ha vuelto un asunto de agenda nacional continua imparable. Comparado con otras de nuestras endemias aparece como un mal menor, pero nadie ni nada lo quitará de la primera plana hasta que paren de subir las cifras de infectados y de muertes y se detenga el freno a la economía internacional que la pandemia produce.

Otros dramas sanitarios argentinos ocultos Tuberculosis: 10.500 casos nuevos por año y más de 500 muertes por año Chagas: más de 2 millones de infectados y 500 muertes por año. Armas de Fuego: 3.000 muertes por año por uso de armas de fuego SIDA: 1.500 muertos por año Sífilis: 51 casos cada 100.000 habitantes (2018) Sífilis Congénita: 1,5 cada 1000 nacimientos

Daniel de Michele 
eljibaro2002@gmail.com 

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