Quinta entrega de la serie "'… amateur': veinte entregas, veinte textos, veinte fotografías".
Persona que ama, soñé que bajaba por una colina, pendiente hacia el río. Camino curvo, por sauces curvos.
Villorrio, personas salían de sus casas y no me miraban precisamente a mis ojos. Yo veía los suyos, yo los miraba desde mi sueño, yo no sé si ellos. Saludaban. Me ofrecían todo tipo de regalos y ofrendas, hasta el puerto.
Marinero esperando y cofre de madera. En el sueño pensé, persona que ama, depositar todo allí. Fue abrirlo y una gran luz me encandiló. Lo envolvió todo hasta despertarme.
Pasé en vilo la vigilia, buscando aquella gente y esa luz en toda la ciudad. No encontré nada y volví apenado.
Me acosté queriendo vivir soñando. Retomar el sueño desde donde lo había dejado.
Comienza a nevar con la luna a pleno y todo se ilumina como con aquella luz del cofre en el sueño.
Ser yo el que no pueda ver esa luz y quedaré dando vueltas en un mundo que no puede imaginar aquella luz.
“No hay revolución sin urgencia”, me decías persona que ama, y creo que la urgencia es el sueño eterno.
Ahora que lo escribo, era a ti a quien saludaban en mi sueño, yo te llevaba en andas, triunfante y derrotada, esperanzado, en mi retina.