AMOR POR LOS AUTOS, EL COMBUSTIBLE DE UNA EMPRESA FAMILIAR.


A casi cincuenta años de establecerse como vendedor de autos, Alberto Schmoisman cuenta sobre sus inicios, cómo vive la situación actual y cómo logró mantener tantos años a flote un negocio próspero y bien enraizado en nuestra comunidad. 


- ¿Cómo fueron sus inicios en el rubro? 
- Me inicié en la venta de autos por una necesidad económica que tenía en ese momento cuando vivía en Concepción del Uruguay. Era viajante para una bodega, vendía vinos dentro de la provincia de Entre Ríos y parte de Corrientes. Pero como los ingresos no eran suficientes, los fines de semana salía al campo a visitar a la gente, ofrecer productos de distintas concesionarias y si había ventas, en una semana, entregaba el vehículo. A partir de ese momento empecé a encariñarme con los autos.  En 1973, una concesionaria oficial de Fiat necesitaba abrir una sucursal en Villaguay y por recomendación de un amigo en común con el dueño, me eligieron a mí para ser el encargado de esa subagencia. El 15 de mayo de ese año inauguramos un local en calle San Martín 642, donde actualmente hay un edificio de viviendas. Ese local funcionaba para exhibición, venta y el taller estaba en la parte trasera.  Por una decisión personal, en 1978 renuncio a la agencia Fiat y emprendo la venta por cuenta propia. Alquilé un local la esquina de calle San Martín y Dorrego, perteneciente a la familia Sauan. Ahí comencé con exhibición de autos 0 Km y autos usados que me daban amigos de acá de Villaguay. Tuve la suerte de progresar, y dos años más tarde compré un local en Rivadavia 33, con un crédito del Banco Entre Ríos. Siempre voy a estar agradecido con Sergio Perego, el gerente del banco que me lo otorgó, y con los amigos que me brindaron su firma como garantía, Mario Glussman y Moisés Lifschitz. En ese local estuvimos hasta el 2007. El 7 de diciembre de ese año inauguramos el local en San Martín 1916, donde estamos actualmente y contamos con servicio de taller, gestoría, exhibición y venta de autos nuevos y usados. Así transcurrieron estos años hasta el día de la fecha. Puedo decirte que ya casi al final de mi carrera me encuentro satisfecho de haber trabajado de lo que amo, porque fue mi sueño vender autos.




- ¿Cómo viven ustedes esta etapa en la que nos encontramos? 

- La situación es muy difícil, hay una realidad que es la siguiente: las perspectivas de venta son negativas porque por un lado no sobran clientes, y por otro los productos que vienen desde Brasil no se encuentran en el mercado. Las fábricas estuvieron paradas desde marzo y recién se están reactivando, por eso hay marcas que están vendiendo productos a precio congelados pero los entregan a 60 días. Quienes también hacemos reventa tenemos que manejarnos con los usados, pero al no venderse autos nuevos no ingresan usados. Es una situación complicada, pero creo que hay que aguantar y hacer sacrificios para conservar el personal. 


- ¿Con cuánto personal cuentan en este momento? 

- Contamos con cinco empleados, más tres de la familia. 



- En casi cincuenta años de trayectoria habrá sido testigo de más de una crisis en nuestro país, ¿qué tiene de diferente la situación actual con otras? 

- Hemos vivido crisis, pero esta pandemia nos hace ver otra realidad, la gente perdió el entusiasmo por el consumo. Antes uno tenía argumentos para vender variedad de productos, ahora los pocos que entran ya vienen con una idea fija y si no tenés el vehículo que buscan es improbable que compren otro. La circulación de gente en Villaguay es muy poca y de afuera no viene nadie, entonces las ventas están muy paradas. Tampoco podemos viajar para visitar posibles compradores en otros pueblos para realizar las ventas. 


- ¿Con qué marcas trabajan y cuáles son las que mejor resultado les dan? 
Nuestro negocio es multimarcas, tratamos de tener todas. Pero para decir cuáles se venden más tenemos que ver las diferentes épocas. Hubo tiempos en que Fiat estaba a la cabeza con las ventas, luego Chevrolet. Si hablamos de camionetas, Toyota es la “niña bonita” del mercado. Pero de todos modos eso era antes, en la actualidad la gente ya no puede permitirse ser marquista. Algunos tienen la posibilidad, pueden darse el gusto de elegir un auto que les guste y comprarlo.

¿Qué tipo de servicio ofrecen dentro de sus instalaciones? 
Nosotros tenemos el taller donde atendemos nuestros usados, pero también ofrecemos reparación para autos de terceros y clientes particulares de todas las marcas, sin ser servicios oficiales.

Al ser una empresa familiar, ¿tienen diferentes perspectivas, usted y su hijo, del mercado y de la forma de venta? Las tenemos, sobre todo porque a mí la tecnología me ha superado enormemente, y José se maneja con las ventas online sin dificultad. Yo opero con la venta cara a cara, mi hijo realiza ventas por internet, por Whatsapp, cosas con las que yo no me siento del todo cómodo. Para mí, no hay nada mejor que mirar a la cara al cliente. De todos modos tenemos un empleado que también se encarga de la parte virtual junto con mi hijo. 


¿Cómo considera la relación de su empresa con nuestra comunidad? 
Yo estoy totalmente agradecido a Villaguay, porque no es fácil perdurar durante 47 años con un producto tan variable como lo es un auto. Cuando es nuevo no hay problema porque siempre está todo bien, pero cuando es usado uno tiene que encargarse de que esté en óptimas condiciones. Es algo que siempre intentamos mantener.

¿A qué se debe la solidez con la que se mantienen en el mercado en un país tan inestable como éste? 
Yo pienso que todo eso depende del amor que le pongas al oficio o profesión que tengas. Si hacés tu trabajo con dedicación y respeto, cuando escuchas al cliente y sos transparente al momento de vender, se logra mantener cualquier empresa. Nosotros no trabajamos con un nombre de fantasía, ponemos nuestro propio nombre en la firma. Eso es una tradición que tenemos, para demostrar que hacemos las cosas bien.


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