“CUANDO ME DIJERON QUE IBA A DEBUTAR COMO TITULAR EN TALLERES ME TEMBLABAN LAS PIERNAS”


Rodolfo Mario Mendoza fue uno de los mejores volantes por derecha del fútbol de nuestra ciudad. Durante toda su trayectoria, “Roly” tuvo una gran identificación con el club Sarmiento, entidad donde transcurrió la mayor parte de su vida, jugando desde las inferiores hasta la primera división, vistiendo la camiseta “decana” inclusive en el fútbol de veteranos, logrando títulos en todos los equipos. “Roly” también fue director técnico de fútbol infantil y de primera en Sarmiento y en Gualeguay. En su corazón también ocupó un lugar importante el fútbol de los barrios, defendiendo durante muchos años el escudo de Talleres. EL PUEBLO lo entrevistó de esta manera.


- ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol? ¿En qué potrero jugabas en la infancia?
Nací en el barrio de la Rural, más conocido como barrio El Chaco. Mis inicios en el fútbol fueron en el patio de mi casa. La primera pelota que tuve fue una de plástico que me regaló mi papá “Rolo”, quien fue mi maestro, porque me enseñó desde como pegarle a la pelota cuando era chiquito hasta ser mi director técnico en primera división. También a veces jugaba con pelota de trapo. Mi viejo siempre me inculcó que debía manejar los dos perfiles, por eso practicaba con la zurda hasta romperle las plantas a mi mamá y descascarar las paredes, ya que cumplían la función de devolverme los pases. Con los amigos del barrio jugábamos en un campito muy cercano al galpón de vialidad, que era de mi abuelo. Allí armamos un potrerito, hicimos los arcos con varas de chaucha, sacándole las espinas para no pinchar la pelota. Todos los días, apenas salíamos de la escuela íbamos derecho a nuestro campito. Y donde también jugábamos pero ahí ya se rendía un examen más “profesional” era en la vieja cancha de Parque. Los sábados, los muchachos más grandes jugaban los clásicos con el barrio Brasil y muchas veces esos partidos eran por plata. Un día, dirigentes de Parque como Torriani, Nogués y Fornasari habían ido a marcar la cancha para el partido del domingo y nosotros estábamos ahí meta pelota. Siempre nos miraban para ver qué proyecto de jugador podían sumar para su semillero. Apenas nos preguntaron los apellidos y se enteraron que yo era hijo de “Rolo” Mendoza dijeron “qué lo vamos a fichar a éste si debe ser fanático de Sarmiento”.

¿Por qué jugaste tan poco tiempo en las divisiones inferiores de Sarmiento?
Es verdad, jugué muy pocos partidos en 4° y 5° división, hasta que un domingo (yo tenía 17 años), fui a ver un partido Sarmiento vs. Barrio Sud y me invitaron a jugar en reserva, ya que varios amigos de mi viejo integraban ese equipo. Y al poquito tiempo ya debuté en primera. Tuve la suerte de que en esos primeros años me dirigió mi viejo, junto a “Chito” Narváez.

¿Quiénes fueron tus directores técnicos y algunos compañeros de cada época?
Tuve como DT a “Perita” Buet, el padre de “Chito” Abdeneve, Juan Pedro Godoy y “Sospecha” Robledo. En la Selección de la Liga me dirigieron “Pedrín” Escobio y el “Negro” Monjo. En mis inicios en primera tuve de compañeros a varios jugadores jóvenes como el “Tero” Ferrer, Sotelo y “Garza” Delgadino y otros con experiencia como “Pirulo” Colonessi, “Tito” Velázquez, Daniel Arabí, “Negro” Villaverde, Darío Rovetta, “Caio” Esteybar, “Flaco” Martinetti, “Machito” Segovia, Juan Ángel Méndez. A “Perita” Buet, “Sapito” González y “Poro” Arabí, siempre los veía jugar tratando de aprender sus movimientos. Y en 1985, cuando obtuvimos el recordado título de campeón después de varios años, se sumaron a la primera varios chicos de grandes condiciones, como “Tatilo” Romero, “Chito” Barreto, Lucas Vanotti, “Chirola” García y unos años antes también me di el gusto de jugar con Luis “Chito” Abdeneve, quien ya jugaba en un nivel asombroso con sólo 15 años. 


.
El otro gran amor tuyo fue Talleres, en el fútbol de los barrios de Barrio Sud.
Sí, tuve la gran suerte de debutar con la camiseta de Talleres a los 18 años, en 1975. Mi viejo fue uno de los fundadores de ese equipo, junto a “Chito” Narváez, Edgardo Cáceres, “Tokio” Robles, Juan Carlos Lalanda. Eran un grupo de amigos que armó un elenco para participar y que con el paso del tiempo Talleres se fue haciendo muy fuerte y competitivo, logrando numerosos títulos. En mi primer año realmente no podía creer estar adentro de la cancha siendo tan joven y jugando con tantos consagrados. Cuando armaron el equipo y me dijeron que iba a entrar de titular me temblaban las piernas porque no era lo mismo jugar en tu club que en esa verdadera selección: “Pirulo” Colonessi, Carlos Roldán, “Chueco” Gómez, “Tati” Moreyra, “Vasco” Alzogaray, “Pato” Verón, Carlitos Domínguez, “Correntino” Sánchez, Darío Rovetta, “Churi” Zabala. A medida que fue pasando el tiempo se renovaba el plantel y llegaron entre otros Delgadino, Aldo Hualde, “Cachito” Lazzari, Jorge Pérez. Todos querían ganarnos, había grandes equipos como Me Asustaste, San Ceferino y La Academia de Villa Domínguez, cuando nos enfrentábamos eran clásicos que se jugaban a cancha llena. Ese campeonato para nosotros era como jugar un Mundial. Un año no pudimos entrar porque llegamos tarde a la inscripción y ese año jugué para Crispín Velázquez y fuimos subcampeones, perdiendo la final. 

¿Cuándo empezó tu etapa en el fútbol de veteranos?
De la manera en la que yo vivía el fútbol, no me fue fácil aceptar que iba a dejar de jugar en primera, a pesar de que estuve solamente una temporada parado porque me retiré a los 34, luego durante un año dirigí a los veteranos de Sarmiento y al torneo siguiente ya comencé a jugar con ellos. Era un equipo integrado casi en su mayoría por ex compañeros del club. En el mismo año que tomé la conducción técnica de ese elenco, también empecé a dirigir en el fútbol infantil, porque no teníamos divisiones inferiores en el club. 

¿Cómo se armó el fútbol infantil del “Rojo”? La idea surgió a través del presidente, que era “Coco” Monjo, quien me habló a mí y se decidió armar el semillero. Fue una etapa muy linda porque comenzamos de cero y otras instituciones nos llevaban ventaja ya que habían arrancado uno o dos años antes. No teníamos camisetas, ni botines, nada. Al principio nos costó porque los chicos del barrio ya estaban jugando en otros clubes, pero trabajamos muy duro para inscribir pibes y así fuimos sumando categorías. Tuve a mi lado a un gran colaborador como Filomeno Barreto, un hombre honesto, muy querido dentro del club, quien armó la subcomisión, él cobraba la entrada, atendía la cantina, era el tesorero. Fue un verdadero baluarte para el fútbol infantil de Sarmiento. Los comienzos fueron difíciles pero en el tercer año mejoramos muchísimo, llegaron unos chicos de la escuela de Idelio Gandolfo y se sumaron a la dirección técnica Luis Maldone y José Rogulotte. Fuimos consiguiendo los objetivos que teníamos de clasificar para jugar los provinciales. La categoría 87 salió campeona en Nogoyá, con la dirección técnica de Maldone - Rogulotte. Los resultados se vieron años después en la primera división, porque en el 2000 me tocó dirigir a la categoría superior y logramos el título. Fue una enorme satisfacción para mí porque con Marcelo Chaparro, Carlitos y el “Gato” Trabichet, le sumé varios chicos provenientes del fútbol infantil como el “Gordo” Allende, Matías Barrios y “Pelé” Leiva. Al año siguiente salimos subcampeones perdiendo el título por un punto. Después dirigí durante tres años en Gualeguay. Soy un agradecido a la gente de ese club porque que te busque una entidad en la cual no tenés ninguna identificación es muy importante y significa que uno hizo las cosas bien.

Más leídas de la semana

Más leídas del mes

Más leídas del año

Más leídas históricas