Recuerdo el primer contacto con la institución fue de manera telefónica, una voz muy amigable (era la rectora Liliana) me invita a que me acerque a la ciudad y que me recibiría en su casa, así no tenía necesidad de quedarme hasta el momento de atención que era en horario nocturno.
Me explicó en detalle en qué consistía la carrera y me dice “no hay nada más lindo que pasarse la vida haciendo lo que a uno le gusta” ese día me convertí sin serlo aún, en alumna.
Comenzaron las clases, el primer día fue de nervios e incertidumbre, no conocía a nadie, todo era nuevo, a medida que pasaron los días nos fuimos integrando con la ayuda de Liliana y Juancito que siempre estaban atentos a que nos sintiéramos a gusto y preocupados por el bienestar de cada alumno.
Cursábamos de martes a viernes de noche y los sábados a la mañana teníamos las materias específicas de turismo con profesores que venían de Buenos Aires porque trabajaban en Agencias de Viajes, Aerolíneas o daban clases en Universidades como Del Salvador, de Lanús, entre otras.

Cada sábado era acercarnos a la realidad con ejemplos concretos, cada profesor era especifico del área; Brian master en tarifas de Iberia, Noemí con sus clases magistrales de turismo, Eduardo agente de viajes que nos enseñaba con su experiencia adquirida en sus innumerables viajes por el mundo, Paula y sus clases de marketing y publicad una entendida en esas materias; me falta nombrar otros profes, pero que no lo haga no significa que no los recuerde solo que escribir sobre aquellos años hace que me inunde una gran emoción y se me borran algunos nombres.
Los sábados eran práctica y ejemplo todo el tiempo, que pasaban entre mates, bizcochitos y charlas con los profes cuando en silencio nos contaban sus anécdotas y experiencias de vida.
En clases de la semana también teníamos profesores de una excelencia académica única, y formábamos una gran familia donde nos sentíamos acompañados los que no éramos de Villaguay principalmente.
Pensar en mi paso por Turismo es pensar en agradecimiento y momentos únicos, que hasta hoy me acompañan personificados en mis amigas, con las cuales seguimos en contacto porque aquella amistad que nació en las aulas de Turismo permanece aún hoy.
Hago un recorrido imaginario, años que transcurrieron en los edificios de la Profesional de Mujeres, Colegio Nacional y por último la Sede Actual, también viajes charlas, encuentros y miles de momentos compartidos. Pero lo primero que aparece en mi mente es el trato amigable y cariñoso del personal hacia nosotros haciéndonos sentir como en una gran familia siempre, donde aprendimos a convivir, compartir, ser solidarios, acompañarnos pero sobre todo ser mejores personas, mi paso por la institución dejo una huella profunda que no se borra.
¡Solo digo gracias!
Patricia Verónica Zurdo
Técnico Superior en Turismo y Profesora de Geografía