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Aldo Meichtry: "LO QUE AYUDÓ A SUPERAR LAS CRISIS FUE EL HECHO DE QUE ESTÁBAMOS JUNTOS"



Lejos de ser meros actos formales, los surgimientos de cooperativas suelen convertirse en auténticos testimonios históricos que dejan una marca indeleble. Tal es el caso de "Arroceros de Villaguay Sociedad Cooperativa Ltda.", surgida el 28 de julio de 1951. EL PUEBLO entrevistó a Aldo Meichtry, uno de los referentes de la empresa y experimentado cooperativista de amplia trayectoria en el tema.


- ¿Qué representa para usted el cooperativismo? ¿Por qué eligió formar parte de una cooperativa?

- Mis inicios en el cooperativismo, alrededor del año 1970; se dieron porque como sembraba de arroz, empecé a entregar la cosecha en la cooperativa que ya estaba conformada. Al informarme de los beneficios que aportaba este sistema ingresé como socio, luego estuve en el consejo en el cual fui ascendiendo hasta el puesto de presidente. Es una forma de trabajo con ventajas innegables, debido al contacto con los colegas productores con los cuales uno tiene trato de par y no de competencia. El intercambio es muy bueno ya que el trabajo en conjunto ayuda a ampliar el rango de ideas y experiencias.




- ¿Cómo surgió la cooperativa Arroceros de Villaguay? ¿Quiénes fueron los fundadores?

- La verdad es que no recuerdo mucho porque surgió mucho antes de que yo me uniera. Pero como todo este tipo de sociedades, ésta surgió a raíz de una necesidad. Socios fundadores no queda ninguno ya. Sólo recuerdo a mi hermano Celso, que era unos años mayor que yo y fue uno de los fundadores. Otro miembro que que le dio gran impulso a la Arrocera fue Neris Bouvet.


- ¿A qué personalidades del cooperativismo local conoció? ¿Con cuáles de ellos trabajó?


- Conocí a muchos trabajadores e impulsores del cooperativismo, como Joaquín Vinzón y Natalio Meichtry. Además de Neris Bouvet, que fue uno de mis precedentes, tuve el gusto de trabajar muchos años con Moisés Zlotnitzky, quien también presidió la institución. Pero muchos otros se destacaron por su trabajo en la institución como Luján Etchebarne, Víctor Urich, Carlos y Alberto Kohon y Emilio Poitevin, entre otros.




- ¿Cómo fue el desarrollo de la cooperativa a lo largo de los años? ¿Qué repercusión tuvo a nivel global?

- Fue una cooperativa muy grande, formábamos parte de Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas (Fecoar), una asociación de nueve grandes cooperativas, todas situadas en Entre Ríos. Fuimos exportadores y hasta llegamos a enviar nuestro producto a Irán. Asimismo representó muchos beneficios para los integrantes al poder llegar con las cantidades que se requerían para la exportación, además de acceder a la adquisición de maquinarias e insumos a precios mucho menores debido a la compra en masa que se realizaba. También se ayudaba a otros productores que se acercaban, sean socios o no, y para realizar compras a través a la cooperativa.


- ¿De qué manera superaron las sucesivas crisis del país?

- Altibajos siempre hubo en todo negocio. Desde que comencé en la Arrocera sufrimos varias crisis grandes, pero creo que lo que ayudó a superarlas fue el hecho de que estábamos juntos, teníamos un apoyo colectivo ya que éramos muchos los que atravesábamos la misma situación. De esa manera el acompañamiento era tanto económico como psicológico. No era lo mismo que atravesar una crisis estando sólo en la posición de los pequeños productores.




- ¿Qué situación llevó a la inactividad de la cooperativa?

- La decadencia llegó debido a la baja producción por los altos costos de la energía y los insumos necesarios para la siembra de arroz. Además la competencia ahora es directa con grandes empresas que manejan números abismales, por lo que no se puede hacer frente a los valores que se dispararon. En estos momentos la arrocera se encuentra inactiva en la parte de la producción, pero no se ha cerrado definitivamente.


- ¿Qué representó para usted, a nivel personal, esa situación?

- Mucha nostalgia y pena. Si bien ya estaba retirado de la actividad desde el año 2000, me da tristeza ver desaparecer arroceras que en algún tiempo tuvieron tanto movimiento. Pero todos los cambios en el país se dan para que estas situaciones pasen. No podemos culpar a los productores cuando las políticas económicas no los acompañan.




- ¿Qué beneficios le brindó a la localidad el desarrollo del cooperativismo?

- Se generaron muchos puestos de trabajo, tanto en la cooperativa como en el rubro de transporte, talleres y demás. Es un movimiento general que se hace en una cadena de producción.


- ¿Cree que sería bueno implementar la enseñanza del cooperativismo en las escuelas?

- Es algo muy bueno, porque aunque no lo practiquen, el sistema cooperativo ayuda a pensar y trabajar en conjunto. Además hace que sea más llevadero el trabajo, tanto económico como por el acompañamiento personal y psicológico de los pares.


- ¿Qué tan viable es en la actualidad esta forma de sociedad?

Depende de las necesidades de cada localidad, y de la mentalidad. Si se puede dejar de lado el individualismo es una muy buena forma de trabajo y desarrollo social.

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