En una actitud digna de destacar con el mejor aplauso, en estos tiempos modernos bastantes huérfanos de nobleza espiritual y que dejan claramente demostrados la identificación y el sentido de pertenencia que pueden generar los clubes de Villaguay, los jugadores que integran los planteles de primera división y reserva de ADEV, trabajaron intensamente durante los meses de cuarentena para acondicionar a la “Terraza Azul”, la cancha que significa un verdadero símbolo para todos los simpatizantes “linyeras”.
Luego de finalizado el torneo de veteranos que se organizó en la entidad, el grupo de jugadores, capitaneados por un referente positivo como Leandro Scattone, decidió ponerse manos a la obra para intentar mejorar la cancha ya que se encontraba en malas condiciones.
En primer término, solicitaron permiso a la subcomisión de fútbol para comenzar a realizar trabajos en el terreno de juego.
Y arrancaron inmediatamente, luego de la respuesta positiva por parte de los dirigentes.
El tiempo los corría porque sólo contaban con alrededor de 20 días antes del inicio del nuevo certamen oficial (lógicamente que esto sucedió antes de la pandemia, cuando existía la expectativa por jugar el torneo local).
Para realizar los trabajos pretendidos se utilizó un dinero que había quedado en las arcas una vez que terminó el torneo para mayores de 35 años.
Entonces compraron la semilla de ray grass anual y encargaron dos camiones de arena.
Vale decir que el inicio de la cuarentena debido al Covid 19 frenó un poco los trabajos durante las primeras semanas, pero había que persistir para tratar de aprovechar la ausencia de partidos y de competencia oficial.
Se laburó incansablemente en el horario de la siesta durante los cuatro meses subsiguientes.
Se resembró la cancha y comenzó el problema de los riegos debido a que las mangueras estaban pinchadas, ya que se encontraban durante mucho tiempo sin utilizar, lo cual obviamente dificultó la labor.
Los muchachos decidieron comprar caños nuevos para realizar el riego y de esta manera todo fue “sobre rieles”.
Mientras la semilla crecía se realizaron otros trabajos importantes como por ejemplo pintar los arcos, además se colocaron “parapelotas” nuevos detrás de cada arco y se mejoró el alambrado perimetral de la “Terraza Azul” sobre el costado que recibe a la parcialidad visitante.
Los jugadores de ambos planteles (primera y reserva) mostraron su compromiso con el club.
EL PUEBLO consultó a Leandro Scattone, quien manifestó lo siguiente:
Para realizar los trabajos pretendidos se utilizó un dinero que había quedado en las arcas una vez que terminó el torneo para mayores de 35 años.
Entonces compraron la semilla de ray grass anual y encargaron dos camiones de arena.
Vale decir que el inicio de la cuarentena debido al Covid 19 frenó un poco los trabajos durante las primeras semanas, pero había que persistir para tratar de aprovechar la ausencia de partidos y de competencia oficial.
Se laburó incansablemente en el horario de la siesta durante los cuatro meses subsiguientes.
Se resembró la cancha y comenzó el problema de los riegos debido a que las mangueras estaban pinchadas, ya que se encontraban durante mucho tiempo sin utilizar, lo cual obviamente dificultó la labor.
Los muchachos decidieron comprar caños nuevos para realizar el riego y de esta manera todo fue “sobre rieles”.
Mientras la semilla crecía se realizaron otros trabajos importantes como por ejemplo pintar los arcos, además se colocaron “parapelotas” nuevos detrás de cada arco y se mejoró el alambrado perimetral de la “Terraza Azul” sobre el costado que recibe a la parcialidad visitante.
Los jugadores de ambos planteles (primera y reserva) mostraron su compromiso con el club.
EL PUEBLO consultó a Leandro Scattone, quien manifestó lo siguiente:
“Se trabajó en gran forma, ayudándonos entre todos. Tenemos que ser agradecidos a los veteranos que colaboraron participando del torneo, a toda la gente que nos compró empanadas en una gran venta que organizamos y también a todos los que adquirieron los tapabocas de ADEV. Los trabajos realizados en la cancha de ninguna manera hubieran sido posibles sin este aporte fundamental.
"Quiero hacer extensivo el agradecimiento a Rubén “Fino” Rodríguez y a la familia Bentos, que estuvieron siempre “al pie del cañón” dándonos una mano.
"Hace demasiados años que la cancha de ADEV se encontraba en mal estado y decidimos que era el momento para mejorarla, aprovechando el parate obligado de todas las actividades deportivas impuesto por la pandemia.
"También les quiero agradecer a Darío Fesser y a Juan Rojas, quienes manejan las páginas oficiales de la entidad y ayudaron en la difusión de las ventas, colaborando de manera inestimable a la concreción del proyecto de reacondicionamiento del “histórico” escenario azul".
"Quiero hacer extensivo el agradecimiento a Rubén “Fino” Rodríguez y a la familia Bentos, que estuvieron siempre “al pie del cañón” dándonos una mano.
"Hace demasiados años que la cancha de ADEV se encontraba en mal estado y decidimos que era el momento para mejorarla, aprovechando el parate obligado de todas las actividades deportivas impuesto por la pandemia.
"También les quiero agradecer a Darío Fesser y a Juan Rojas, quienes manejan las páginas oficiales de la entidad y ayudaron en la difusión de las ventas, colaborando de manera inestimable a la concreción del proyecto de reacondicionamiento del “histórico” escenario azul".