Hace unos días, un fotógrafo conmovió a la ciudad de Santa Fe con la imagen de un bombero que se ha sentado a descansar después de luchar contra el fuego en una casa de Santo Tomé, en medio de interminables jornadas de trabajo en las que se intenta controlar los incendios de pastizales que preocupan a la gente de la provincia vecina.
El autor de esa foto tiene pasado villaguayense. Se llama Franco Perego y vivió en esta ciudad hasta su adolescencia. Cursó sus estudios secundarios en la Escuela Martiniano Leguizamón y luego emigró a Santa Fe junto con su familia. Su padre, Sergio, fue gerente de la sucursal local del Banco de Entre Ríos. Tiene un hermano que también se llama Sergio y muchos recuerdan aquí a su madre, llamada Celeste.
Esta semana, Franco y el bombero al que retrató, Sebastián Viubliomnet, fueron entrevistados en la radio Aires de Santa Fe. "Yo estaba sacando fotos para el lado de Santa Fe y con la espalda para Santo Tomé. Cruzó un chico y me dijo: 'Lo más importante está pasando allá atrás'", recordó el fotógrafo. Luego sucedió lo que ya se sabe: consiguió sacar la foto del momento, aquella que resume el trabajo (y sobre todo el cansancio) que implica combatir el fuego a toda hora, durante todo un mes.
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El bombero, por su parte, comenzó esa jornada trabajando en un foco de incendio en Sauce Viejo. Más tarde salió con su equipo desde Sauce hacia una casa donde había una yarará. Luego, el grupo partió hacia Santo Tomé para controlar un principio de incendio en la costanera y en los pastizales aledaños al Puente Carretero.
Más tarde se enteró que unas chispas de esas llamas habían llegado a una vivienda de las cercanías y en pocos minutos se habían apoderado del lugar. "Cuando desde arriba del puente me dijeron que había una casa incendiándose, no lo dudé. Estaba muy cansado pero subí los equipos y fui", contó Viubliomnet.
Mientras tanto, Franco trabajaba en su casa con los productos de su empresa gráfica. Su mujer y su hijo le insistieron en que debía estar fotografiando los incendios. Partió entonces con su familia hacia la costa. Se encontró con que casi no había fuego pero poco después le avisaron que las llamas se habían esparcido hacia la casa vecina. Hacia allá fue y se limitó a contemplar la escena como todos a su alrededor; sólo disparó su cámara al ver que Viubliomnet salía de entre la humareda y se sentaba contra la pared de una casona. "Salió como asfixiado, a tomar aire", recordó. "Las piernas me pesaban, más el traje, el casco y los equipos", agregó el bombero.
Más tarde se enteró que unas chispas de esas llamas habían llegado a una vivienda de las cercanías y en pocos minutos se habían apoderado del lugar. "Cuando desde arriba del puente me dijeron que había una casa incendiándose, no lo dudé. Estaba muy cansado pero subí los equipos y fui", contó Viubliomnet.
Mientras tanto, Franco trabajaba en su casa con los productos de su empresa gráfica. Su mujer y su hijo le insistieron en que debía estar fotografiando los incendios. Partió entonces con su familia hacia la costa. Se encontró con que casi no había fuego pero poco después le avisaron que las llamas se habían esparcido hacia la casa vecina. Hacia allá fue y se limitó a contemplar la escena como todos a su alrededor; sólo disparó su cámara al ver que Viubliomnet salía de entre la humareda y se sentaba contra la pared de una casona. "Salió como asfixiado, a tomar aire", recordó. "Las piernas me pesaban, más el traje, el casco y los equipos", agregó el bombero.
Franco también retrató a otro bombero que salió del incendio, cansado y tomándose el tobillo. Ese hombre se llama Alberto Constantini y hace 45 días se había lesionado el tendón de Aquiles mientras combatía el fuego en unos pastizales. "Me dijo que estaba lesionado, descansó unos minutos y siguió trabajando", destacó su colega.
"Eso quiero destacar de ambos, que descansaron, se pararon y siguieron", subrayó Franco.
Los bomberos de Santa Fe destacaron el trabajo de sus equipos y advirtieron que no dan abasto con todos los incendios en la zona. Hace más de un mes combaten incendios forestales todos los días.
Su trabajo y su desgaste físico, mental y emocional quedaron fielmente reflejados en la foto que tomó Franco Perego. Ahora esa imagen pasa por los ojos de mucha gente, junto a las impactantes postales del fuego que hace días rodea y acecha al Gran Santa Fe.