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Jóvenes durante la Pandemia de Gripe Española en EEUU, 1918. Cartel: “Usa una máscara o vas a la cárcel”. |
Es verdad que el COVID-19 es un virus nuevo, pero también es verdad que un siglo atrás (1918) una pandemia de Influenza o Gripe española azotó a Europa y Norteamérica durante un año y hubo una rápida expansión de la enfermedad tal como ocurrió con el COVID-19.
En los años 80, aparece el SIDA y pronto, el diagnóstico se transformó en una condena para el portador de la inmunodeficiencia. Hoy los antivirales cambiaron la evolución de la enfermedad.
Luego en 2003 sorprendió a todos un brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) iniciado en Vietnam y diseminado luego globalmente.
La ultima pandemia fue de gripe; la Influenza H1N1 del 2009.
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Si algo tienen en común estos desastres sanitarios, es que son producidos por virus. Tres de las cuatro, son gripes con severa afectación respiratoria y eventual insuficiencia ventilatoria que requiere apoyo mecánico de respiradores.
Con la Gripe española del 1918 se calcula que los infectados fueron casi 500 millones de personas y que entre 40 y 60 millones, murieron. Las cifras no pudieron ser mas exactas pues el desastre sanitario ocurrió en épocas de la 1ra Guerra, lo que dificultó asegurar la causa de miles de muertes.
La enfermedad comenzó con una forma bastante benigna en Kansas, pero rápidamente mutó a formas graves a medida que el brote se expandía. Esta gripe comparte con el COVID-19 su forma de contagio y su avance en “oleadas”.
El distanciamiento social y el barbijo funcionaron en 1918 (ver foto de la época)
El origen exacto de la cepa mortal que generó la pandemia de 1918 es desconocido. La enfermedad apareció en USA y los militares norteamericanos de la 1ra Guerra parecen haberla esparcido en Europa en los escenarios bélicos y en la ulterior desmovilización al fin de la contienda.
De regreso a sus hogares en todo el mundo, los soldados pasaron por los principales centros urbanos europeos esparciendo el virus. La enfermedad se desarrolló principalmente en Alemania, Francia y España ademas de Estados Unidos.
La extraordinariamente mortal segunda ola de influenza en el otoño de 1918 “se difundió linealmente a lo largo de las rutas ferroviarias y marítimas, luego se irradió a Europa para causar estragos en poblaciones que antes no estaban expuestas a nivel mundial”.
En 1919 la enfermedad ya fue mucho menos virulenta por estar la mayoría de los organismos adaptados al virus. Finalmente en 1920 aún se detectó un último repunte, pero todo terminó ahí.
Debido a que las olas de la gripe pandémica retrocedieron, es tentador imaginar que la pandemia actual seguiría una evolución similar.
Sin embargo, las diferencias fundamentales entre los virus hacen que sea difícil trazar el futuro del COVID-19 basándose en lo que sucedió a principios del siglo XX.
Tampoco conocemos si la agresividad del COVID-19 se verá afectada por las estaciones, como ocurrió con la influenza. Una de las diferencias entre ambas épocas es el tamaño de la población del mundo. En 1918 había 2 mil millones de personas contra los 7,5 mil millones que hay ahora. Otra enorme diferencia es la velocidad del desplazamiento humano y con ello, los contagios.
En 1918 no había aviones, la gente de movía a caballo o en barcos. Las pandemias de los últimos 100 años incluida la actual, el 2009, así como el actual brote de Coronavirus han tomado por sorpresa a las autoridades produciendo crisis sanitarias con millones de personas afectadas.
En casi todo el mundo la vulnerabilidad del sistema de salud antes estos eventos quedo en evidencia. Nadie se atreve a imaginar el día después del fin de este desastre global, aunque no hay que ser infectólogo ni epidemiólogo para imaginarlo...
Con la Gripe española del 1918 se calcula que los infectados fueron casi 500 millones de personas y que entre 40 y 60 millones, murieron. Las cifras no pudieron ser mas exactas pues el desastre sanitario ocurrió en épocas de la 1ra Guerra, lo que dificultó asegurar la causa de miles de muertes.
La enfermedad comenzó con una forma bastante benigna en Kansas, pero rápidamente mutó a formas graves a medida que el brote se expandía. Esta gripe comparte con el COVID-19 su forma de contagio y su avance en “oleadas”.
El distanciamiento social y el barbijo funcionaron en 1918 (ver foto de la época)
El origen exacto de la cepa mortal que generó la pandemia de 1918 es desconocido. La enfermedad apareció en USA y los militares norteamericanos de la 1ra Guerra parecen haberla esparcido en Europa en los escenarios bélicos y en la ulterior desmovilización al fin de la contienda.
De regreso a sus hogares en todo el mundo, los soldados pasaron por los principales centros urbanos europeos esparciendo el virus. La enfermedad se desarrolló principalmente en Alemania, Francia y España ademas de Estados Unidos.
La extraordinariamente mortal segunda ola de influenza en el otoño de 1918 “se difundió linealmente a lo largo de las rutas ferroviarias y marítimas, luego se irradió a Europa para causar estragos en poblaciones que antes no estaban expuestas a nivel mundial”.
En 1919 la enfermedad ya fue mucho menos virulenta por estar la mayoría de los organismos adaptados al virus. Finalmente en 1920 aún se detectó un último repunte, pero todo terminó ahí.
Debido a que las olas de la gripe pandémica retrocedieron, es tentador imaginar que la pandemia actual seguiría una evolución similar.
Sin embargo, las diferencias fundamentales entre los virus hacen que sea difícil trazar el futuro del COVID-19 basándose en lo que sucedió a principios del siglo XX.
Tampoco conocemos si la agresividad del COVID-19 se verá afectada por las estaciones, como ocurrió con la influenza. Una de las diferencias entre ambas épocas es el tamaño de la población del mundo. En 1918 había 2 mil millones de personas contra los 7,5 mil millones que hay ahora. Otra enorme diferencia es la velocidad del desplazamiento humano y con ello, los contagios.
En 1918 no había aviones, la gente de movía a caballo o en barcos. Las pandemias de los últimos 100 años incluida la actual, el 2009, así como el actual brote de Coronavirus han tomado por sorpresa a las autoridades produciendo crisis sanitarias con millones de personas afectadas.
En casi todo el mundo la vulnerabilidad del sistema de salud antes estos eventos quedo en evidencia. Nadie se atreve a imaginar el día después del fin de este desastre global, aunque no hay que ser infectólogo ni epidemiólogo para imaginarlo...
Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com