Cartas de lectores. RIESGOS INNECESARIOS EN EL RÍO GUALEGUAY


Dos escenas de una hermosa tarde de sábado en la costa del río Gualeguay. Por un lado, varias familias disfrutan de un arenal, sentadas en la orilla, pescando y tomando mate. Del otro, dos nenitas de no más de 10 años, metidas en el agua, jugando en un sector muy peligroso, mientras sus padres o responsables permanecen arriba, lejos, sin ninguna posibilidad de llegar a tiempo en caso de que ocurra algún accidente. 
 
Todos conocemos de sobra lo peligroso que es el Gualeguay. El lecho está lleno de pozos que resultan difíciles de ubicar porque van tapándose y creándose todo el tiempo a raíz de los diversos remolinos y correntadas que adopta el río de acuerdo a factores como su profundidad o las intensidades del viento y las lluvias. 





Sabemos bien que mucha gente se ha ahogado ahí en las últimas décadas o incluso siglos. ¿Por qué entonces hay familias que dejan a sus hijos a merced de una posible tragedia que podría marcarlas para siempre? ¿Qué las lleva a correr un riesgo totalmente innecesario? La escena se vuelva aún más incomprensible cuando se tiene en cuenta que la playa dispone de lugares muy amplios en los que se puede andar, correr y jugar de manera totalmente segura.

No parece fácil crear conciencia sobre este tema pero quizá se logre un poco de repercusión si los comportamientos desaprensivos son registrados, difundidos y finalmente cuestionados por la mayoría de la población.

Un vecino




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