Trato de concentrarme de la mejor manera para poder contarles un buen relato. De trasfondo a unos 50 metros un zorzal colorado, que pajarito cantor, canta y canta desde la primera luz del alba hasta ponerse el sol. A éste lo acompañan las calandrias y cardenales. Pero sin dudas la vedette del campamento es el "chiviro".
Es de verdad un lugar paradisíaco (al menos para mí), por eso lo elijo ya hace mas de 40 años. Tiene un arroyito cuando está bajo y un río bravo cuando crece. Lo llaman "El Tigre" nace aquí y desemboca en el río Gualeguay. La estancia a la que pertenece es "La Palma sola"; la cual fue de una familia de apellido Galicchio.
A este viejo palo de alambrado del que les hable en un principio no lo encontré en este lugar; sino que en un paraje distinto, al cual llegue por cosas del destino. Las incesantes lluvias no me permitieron viajar hasta aquí y es así que llegue a "La Picada de Segovia" en Lucas Sud. Mi familia tiene una chacrita allí. Después de estar unos días y sin saber que hacer salí a caminar por la calle sin rumbo fijo. Por cosas de Dios o vaya a saber de quién (soy muy creyente de mi "Gaucho Antonio Mamerto Gil" (al cual he tallado en madera y siempre me acompaña donde voy).
A unos mil metros encuentro un portón el cual me llamo la atención, me acerqué y reconocí que esta obra había sido realizada por mi padre fallecido ya hace 42 años. Se llamaba "Humberto Zoilo Baima".
Créanme que me quebré como en este momento al relatarlo. Fue una emoción tan grande que no me cabía en el pecho.
Sigo caminando y es ahí donde lo encuentro...
¡Que alegría, que emoción! (Dije en voz alta)
¡Al fin te encontré "viejo palo de alambrado"!
Te espere durante años, se lo había encargado a varios clientes, conocidos, pero nunca llego. Tuve la maravillosa suerte de encontrarlo yo.
Eran varios, a medida que los miraba me emocionaba más. Pero a su vez me preguntaba ¿qué hago?, están tirados en la calle pero no son míos...
De regreso a la ranchada ya tenía resuelto qué hacer.
Al otro día 25 de diciembre junto a la luz del alba puse en marcha mi furgón (al que llamo catangón), le enganché el acoplado y salí a buscarlos. Uno a uno los iba cargando. Eran 20 o 25. Llegué a la ranchada, los descargué nuevamente para acomodarlos mejor para mi regreso. Sabía que no había hecho lo correcto, pero como todo aquel que no es ladrón, al poco tiempo encontré al dueño.
Llegué a la distribuidora "Mariani". Allí estaba uno de sus dueños y le pregunto: Carlitos, encontré un portón hecho por mi padre en un campo que sé que es tuyo, pero ¿de quién es el campo de enfrente? -Mío también, respondió. ¿Por qué?
Al escuchar su respuesta levanté mi cabeza, lo miré a los ojos y le dije con voz firme: "acá esta el malhechor que se llevó los palos de alambrado".
Me miró y con una sonrisa irónica dice: "yo ya hice la denuncia".
Mi respuesta fue inmediata: "podés retirarla, ya tenés al sospechoso haciéndose cargo".
Entre chistes y demás lo invité a mi taller para que vea lo que hice con "los viejos palos de alambrado".
A los pocos días me visita y fue tal su sorpresa al ver mi primera obra que no le salían las palabras. Melancólicamente me felicitó y me dijo: "cayeron en buenas manos".
- Nunca pensé que servirían para tanto, reconoció.
Luego del sillón, vinieron las demás obras (que verán en las fotos) mesa, vinoteca, perchero y cama. Hay muchas mas rondando en mi cabeza de artesano, se los aseguro.
Por esto llamo a la reflexión, aquella persona que tenga este material tan noble, "no lo queme" porque se le puede dar mucha vida a aquello que sirvió de mucho cuando fue joven, horcón, poste, esquinero y tantos más. Aquello que se encuentra ya putrefacto y quebrado que ya cumplió un ciclo y no te saben valorar. Te digo que este viejo artesano les dará vida, vida de otra vida que en mis obras se verán reflejadas con el correr del tiempo.
No lo dudes, si no sabes que hacer con ellos comunicate conmigo.
Soy "Norberto Raúl Baima"(el "Toto Baima"). Vivo en calle Lavandeira 370. No manejo redes sociales, pero los interesados en conocer más de mí y de mis obras pueden comunicarse a este número: 03455-15433272.
Es de verdad un lugar paradisíaco (al menos para mí), por eso lo elijo ya hace mas de 40 años. Tiene un arroyito cuando está bajo y un río bravo cuando crece. Lo llaman "El Tigre" nace aquí y desemboca en el río Gualeguay. La estancia a la que pertenece es "La Palma sola"; la cual fue de una familia de apellido Galicchio.
A este viejo palo de alambrado del que les hable en un principio no lo encontré en este lugar; sino que en un paraje distinto, al cual llegue por cosas del destino. Las incesantes lluvias no me permitieron viajar hasta aquí y es así que llegue a "La Picada de Segovia" en Lucas Sud. Mi familia tiene una chacrita allí. Después de estar unos días y sin saber que hacer salí a caminar por la calle sin rumbo fijo. Por cosas de Dios o vaya a saber de quién (soy muy creyente de mi "Gaucho Antonio Mamerto Gil" (al cual he tallado en madera y siempre me acompaña donde voy).
A unos mil metros encuentro un portón el cual me llamo la atención, me acerqué y reconocí que esta obra había sido realizada por mi padre fallecido ya hace 42 años. Se llamaba "Humberto Zoilo Baima".
Créanme que me quebré como en este momento al relatarlo. Fue una emoción tan grande que no me cabía en el pecho.
Sigo caminando y es ahí donde lo encuentro...
¡Que alegría, que emoción! (Dije en voz alta)
¡Al fin te encontré "viejo palo de alambrado"!
Te espere durante años, se lo había encargado a varios clientes, conocidos, pero nunca llego. Tuve la maravillosa suerte de encontrarlo yo.
Eran varios, a medida que los miraba me emocionaba más. Pero a su vez me preguntaba ¿qué hago?, están tirados en la calle pero no son míos...
De regreso a la ranchada ya tenía resuelto qué hacer.
Al otro día 25 de diciembre junto a la luz del alba puse en marcha mi furgón (al que llamo catangón), le enganché el acoplado y salí a buscarlos. Uno a uno los iba cargando. Eran 20 o 25. Llegué a la ranchada, los descargué nuevamente para acomodarlos mejor para mi regreso. Sabía que no había hecho lo correcto, pero como todo aquel que no es ladrón, al poco tiempo encontré al dueño.
Llegué a la distribuidora "Mariani". Allí estaba uno de sus dueños y le pregunto: Carlitos, encontré un portón hecho por mi padre en un campo que sé que es tuyo, pero ¿de quién es el campo de enfrente? -Mío también, respondió. ¿Por qué?
Al escuchar su respuesta levanté mi cabeza, lo miré a los ojos y le dije con voz firme: "acá esta el malhechor que se llevó los palos de alambrado".
Me miró y con una sonrisa irónica dice: "yo ya hice la denuncia".
Mi respuesta fue inmediata: "podés retirarla, ya tenés al sospechoso haciéndose cargo".
Entre chistes y demás lo invité a mi taller para que vea lo que hice con "los viejos palos de alambrado".
A los pocos días me visita y fue tal su sorpresa al ver mi primera obra que no le salían las palabras. Melancólicamente me felicitó y me dijo: "cayeron en buenas manos".
- Nunca pensé que servirían para tanto, reconoció.
Luego del sillón, vinieron las demás obras (que verán en las fotos) mesa, vinoteca, perchero y cama. Hay muchas mas rondando en mi cabeza de artesano, se los aseguro.
Por esto llamo a la reflexión, aquella persona que tenga este material tan noble, "no lo queme" porque se le puede dar mucha vida a aquello que sirvió de mucho cuando fue joven, horcón, poste, esquinero y tantos más. Aquello que se encuentra ya putrefacto y quebrado que ya cumplió un ciclo y no te saben valorar. Te digo que este viejo artesano les dará vida, vida de otra vida que en mis obras se verán reflejadas con el correr del tiempo.
No lo dudes, si no sabes que hacer con ellos comunicate conmigo.
Soy "Norberto Raúl Baima"(el "Toto Baima"). Vivo en calle Lavandeira 370. No manejo redes sociales, pero los interesados en conocer más de mí y de mis obras pueden comunicarse a este número: 03455-15433272.