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¿ESTAMOS EN MANOS DE LAS CORPORACIONES FARMACÉUTICAS? Por Daniel de Michele



Ese viaje entre la vacuna y la vacunación comienza a mostrarnos que todas las cosas que deben ocurrir a tiempo y coordinadamente, se están alejando del reino de la simplicidad. Dificultades, imprevisiones, incertidumbre e inexperiencia, son obstáculos que angostan caminos y nos alejan del objetivo.

Siempre se invocó a “la vacuna”, como la herramienta infalible capaz de detener la propagación del virus y conducir a la humanidad al cierre del espantoso capítulo de la pandemia.

Siempre se la consideró la victoria y el fin de la lucha por la supervivencia.

Cerrar el circuito entre proveedores, distribuidores y usuarios parecía una cosa factible.





Por alguna razón este fenómeno de lentitud operativa es global y agobia a todos los gobiernos de todas las tendencias políticas del mundo, con un par de excepciones entre las cuales sobresale Israel.

Han vacunado hasta inicios de marzo 2021 a más del 52% de su gente.

Conseguir que ese circuito funcione eficientemente en países pequeños y enormes como el nuestro incluye un mundo de nuevos problemas donde influyen las rutas, aeropuertos, las comunicaciones, el volumen y capacidad de los recursos humanos sanitarios, el transporte, la gestión del proceso de distribución, administración y registro unificado de datos.

Distribuida la vacuna, surgen los problemas de la administración ordenada y rápida para cubrir los millones de ciudadanos en el orden que se ha dispuesto.

Y cuando todo eso esté asegurado hay que replicarlo para una segunda dosis.

Afrontar la tarea llevará un tiempo tan prolongado como incierto.

En tanto la vacuna dibuje límites entre enfermedad, muerte y supervivencia, acechan otras amenazas del tipo de las miserias humanas.

Aparece allí la lógica ¡SQP! (¡sálvese quien pueda!). Suele brotar entonces el feroz olvido social agudo destrozando la idea noestamossolosenelmundo.

Desde países caracterizados por el orden, la transparencia, los altos indicadores sanitarios, elevados niveles de bienestar llegan noticias que sin calmarnos en verdad, muestran que la cosa no es fácil.

Le Monde, nave insignia de la prensa francesa, el 9 de marzo 2021 opina en malos términos sobre la Campaña de Vacunación de Bélgica. Lo de malos términos es un eufemismo suavizante.

El periodista que escribe la nota la titula “Caótica Campaña de Vacunación en Bélgica”. ¿Caos en Bélgica? No jodamos:¡Bélgica es un paraíso de paz, orden y bienestar! El titular cayó sobre mis prejuicios, xq siempre creí que ninguna cosa caótica pudiera ocurrir en Bélgica. El caos no puede tener espacios entre los belgas : )

Angela Merkel declaro un día antes: "Alemania podría entrar en otro encierro en medio de la farsa del despliegue de vacunas de la Unión Europea”. ¡Epa! Los alemanes por la banquina. Extraño ¿verdad?

Desde el Mediterráneo la prensa catalana a través de Crónica titula: “Sanitarios alertan de improvisación en la vacunación masiva en Cataluña”. Afirman que el Instituto Catalán de Salud (ICS) no ha montado los equipos de inmunización, no ha designado a los responsables, etc, etc.

La BBC por su lado titula “Vacuna contra el Covid-19: ¿por qué en Europa ha empezado tan lento la inmunización?”

La publicación ONU News informa “La Organización Mundial de la Salud critica el egoísmo de los países ricos y las farmacéuticas frente a las vacunas del COVID-19”. El líder de la ONU concluyó que “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico respecto a la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID-19”.

La actitud individual de adelantarse en la fila de vacunación jodiendo a los otros, se repite a nivel de las corporaciones farmacéuticas, pero ahora, a nivel global.




La mayoría de los fabricantes de vacunas han priorizado la aprobación regulatoria en los países ricos donde las ganancias serán más altas. Alguien debe decirles que la estrategia yo primero, es inmoral y no solo deja en riesgo a los más pobres y vulnerables sino, que facilitará la eternización de la pandemia.

Aunque usted esté vacunado sufrirá con el encierro, la enfermedad y la muerte de amigos y familiares, así como las restricciones en cualquier parte del mundo que elija como refugio. Salvo que cargue su dinero en un globo aerostático y viva en el aire.

Por las dudas, sepa de antemano que el desastre de abajo no le permitirá descender ni a comprar un pancho y una coca para el almuerzo.

Daniel de Michele
eljibaro2002@gmail.com


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