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Mario Secchi: “TENER MI PROPIO AUTO Y A MI FAMILIA AL LADO ES ALGO QUE ME CUESTA CREERLO REAL”

El piloto villaguayense Mario Secchi obtuvo el triunfo en la Clase N7 Light del Rally Entrerriano en la 1° fecha del certamen que arrancó el 20 y 21 de marzo en Estancia Grande (Depto. Concordia).
 
Diario EL PUEBLO dialogó con Mario sobre su gran actuación y la expectativa de pelear por el título durante esta temporada, pero también analizó un año muy particular ya que por primera vez nuestra ciudad cuenta con un equipo armado para competir dentro de la categoría: El Villaguay Rally Team, que también integra Andrés Díaz.

- ¿Cuáles son las sensaciones que te quedaron luego de este ansiado triunfo?

- Por sobre todas las cosas siento una enorme alegría, porque volvimos con la idea de correr un campeonato completo y con auto propio, por lo cual el desafío era bastante grande. También teníamos cierta incertidumbre para saber dónde estábamos ubicados con el auto, conocer si íbamos a ser competitivos o no. Además supongo que debió haber sido la carrera más difícil del año debido a las condiciones climáticas por las variaciones que tuvo el piso durante el fin de semana. Terminar de esta manera fue muy importante.


- ¿Cómo te fuiste adaptando a los cambios del piso?

- El viernes realizamos tres tandas de entrenamiento en un lugar especial que nos dieron para practicar. Enseguida notamos que el auto venía muy bien y firme, pero al no tener parámetro con los demás autos no logramos saber si estábamos siendo competitivos, aunque nos sentíamos muy seguros. Cuando el sábado se largó a llover ya era un hecho que se iba a suspender la carrera de ese día y que se iba a correr el domingo sobre piso mojado, mi primera sensación era que nos iba a ir bien porque noté que el auto iba perfecto, aunque no lograba saber si era lo suficientemente rápido. En condiciones de piso mojado la velocidad no cuenta demasiado porque la humedad no te permite desarrollarla. Eso me dio mucha tranquilidad para el domingo y el auto se comportó muy bien.

- ¿Cuáles son los parámetros de comparación que tienen los caminos de Estancia Grande con las distintas zonas entrerrianas donde has corrido anteriormente?

- Estancia Grande es un lugar único, son todos caminos ubicados en medio de plantaciones de eucaliptos, de pinos, con muchas subidas y bajadas, numerosos cruces de vados con agua, el piso es un 80 o 90% arenoso, en otras partes es suelo arcilloso, por lo cual se torna complicado y resbaloso con la humedad. La verdad que no había corrido nunca en un lugar así, de las competencias en las cuales he estado presente puede ser un piso similar al de Goya (Corrientes). De las carreras que he corrido sin dudas fue la más exigente de todas, junto a Puerto Yeruá, que es justamente una localidad ubicada a muy poquitos kilómetros y que posee un escenario muy parecido.

- ¿Significó una gran tranquilidad volver a tenerlo a tu hermano Emilio como navegante?

- Sí, totalmente. Desde el minuto cero estoy tranquilo con él porque sé del trabajo que hace arriba del auto. Necesito saber que él está ahí, en la otra butaca. El acompañamiento que uno puede tener con su navegante es fundamental. Yo necesitaba correr con él en un auto propio para saber dónde estábamos parados. Veníamos de intentar pelear carreras en numerosas oportunidades y no lo podíamos conseguir. Ahora nos encontramos con un fin de semana perfecto, porque fuimos competitivos desde el primer tramo hasta el último que se corrió. Es una alegría enorme pero tampoco nos deja bajar los brazos porque ahora nos gustaría prendernos de firme en la pelea del campeonato. Pero la competitividad que existe es grande y la prueba está en que el domingo, en el último tramo, después de haber corrido más de 100 km en el agua y el barro, sólo pudimos distanciarnos 4 segundos.

- Y en esta temporada tenés un medio mecánico como para cimentar ese sueño.

- Sí, realmente, el auto se mostró muy competitivo pero también extremadamente confiable, no se cayó nada, no tuvimos ninguna anormalidad, ni problema ni contratiempo de nada, lo cual nos brinda una tranquilidad enorme. Tenemos una suspensión excelente y un motor tremendo, que lo hace José Renón, un hombre que dentro del rally tiene un prestigio muy bien ganado en muchos años de trayectoria. Estamos armando en Villaguay junto a Andrés Díaz un equipo muy interesante de gente para que trabaje en los autos. Santiago Antivero, quien cuenta con muchísima experiencia, está como jefe de equipo en mi auto. Esto te da un plus a la hora de correr porque sabés que tenés el arma necesaria para poder pelear. Esto surgió de la locura de Andrés luego de haber ganado la última carrera de Villaguay, me invitó para armar un equipo de gente para trabajar en los autos. Todos los sponsors que fuimos a hablar nos dieron el sí. Estamos muy felices con lo que hemos logrado, gracias a Dios está funcionando y tenemos ganas de ser protagonistas con los dos autos en todas las carreras. Con todo el empuje que hay, sin duda que van a venir muchas alegrías para el equipo.

- Justo cuando preparabas tus carreras de despedida del rally llegó este momento tan impensado como fantástico.

- Sí, es verdad, todo nació cuando ya estaba para dejar de correr, de hecho ya casi no pensaba en estar presente en las carreras de Villaguay. Pero cuando se conoció la última fecha que se hizo acá, salió el tema en mi casa y mi mujer me preguntó si iba a correr, a lo cual le contesté que no lo tenía pensado. Y ella me dijo que era una lástima, porque le gustaba verme correr. La verdad que nunca había tenido esa charla con ella y además se sumó mi hija mayor (Sofía) quien me expresó que le encantaba verme adentro del auto compitiendo. Pensé que iban a acompañarme pero nunca me imaginé que eran fanáticas y disfrutaban tanto yendo a las carreras. Me encontré con que en mi casa tenía a mis hinchas número uno y eso me dio un plus especial. Cuando salió el tema de comprar el auto fueron las primeras que me apoyaron, para poder vivir en familia las carreras, así que más no puedo pedir. Tener mi propio auto y a mi familia al lado es algo que me cuesta creer que es real.

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